HISTORIAS PARA NO DORMIR Rachel no creía en fantasmas, ni en zombis, ni en brujas, ni en vampiros, ni en hombres lobos…o cualquiera de esas criaturas entre mágicas y sanguinarias que van por el mundo intentando fastidiar lo más posible a los mortales humanos. Rachel se mofaba del miedo de los demás y disfrutaba con las películas de terror. Rachel no creía hasta que sucedió aquel trágico suceso que le cambió la vida para siempre. El desencadenante fue una película, Pesadilla en Elm Street, que había visto en casa de una amiga protagonizada por el horripilante Freddy Krueger, que nace en las pesadillas de los niños y adolescentes para asesinarlos, teniendo así sus actos repercusión en la vida real. Nada más salir en pantalla con su caracterización física: un rostro desfigurado, un sombrero ajado, un jersey de rayas verdes y rojas y un guante de cuchillas que él mismo ha elaborado, su amiga Alice comenzó a chillar, lo que hace siempre, mientras Jodi se tapaba los ojos con un cojín.
Blog literario de la escritora María José Moreno