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Mostrando entradas de febrero, 2014

8 de 52

La palabra de esta semana que nos propone Sindel es DESEO y como siempre hago con este juego de la palabra dejo la mente en blanco y lo primero que se me viene al pensamiento es la obra de teatro de Tennessee Williams: Un tranvía llamado deseo . Esta obra fue estrenada en Brodway en diciembre 1947, dirigida por Ella Kazan y protagonizada por Marlon Brandon y Jessica Tandy. La tormentosa obra, ambientada en una época posterior a la II Guerra Mundial, nos cuenta el enfrentamiento cultural entre dos clases sociales; de un lado Blanche DuBois, una madura dama sureña de ciase acomodada y bastante desequilibrada que se esconde de sí misma en sus delirios de grandeza, en su altanería y en un mundo inventado para sobrevivir y también en el alcohol va a visitar a su hermana Stella casada con un humilde obrero polaco y que vive en una casa de vecinos junto a otros inmigrantes.  Este edificio se encuentra en la calle Campos Elíseos  y se llega a ella usando la ruta de tranvía llamada

Dos pájaros de un tiro: Palabra 7 de 52, este jueves: amor

Casi al final de la semana encuentro un hueco para escribir sobre  la palabra que propone Sindel esta semana que curiosamente es: PALABRA y sobre el tema del jueves que propone Cass: AMOR P alabra que vuela A rrastrada por el viento L iberada por tu mente A rdiente en tus labios B usca trastornar en mí R eglas y preceptos Amor, amada, amante.

Palabra 6 de 52

La palabra que propone Sindel esta semana es Paz. Después de pensarlo y de barajar muchas opciones pienso que para mí la Paz tiene que ver con  el silencio del Pepito Grillo interior (El superYo), con la tranquilidad de la conciencia.

Crónica de una presentación anunciada

A las siete de la tarde escoltada por mi maestro de ceremonias, Ramón Alcaraz, mi marido, y mis amigos jueveros Pepe, Chelo y Jose encaramos la avenida del Gran Capitán bajo  una llovizna que amenazaba con transformarse en tormenta. Caminábamos despacio, charlando y riendo mientras pensaba que había llegado el gran momento y una especie de pellizco me encogía el estómago. La inquietud provenía, como creo que le puede ocurrir a todos los que hacen una presentación, de la incertidumbre ante los asistentes. Cuando convocas un evento de este tipo, todo el mundo te dice que asistirá, cómo van a faltar a tan magno acontecimiento, por supuesto que estaré contigo...sin embargo, tu sabes que luego surgen multitud de excusas, perdón, de causas,  que hacen que puedas llegar a encontrarte con más gente en la mesa de presentación que entre el público. Precisamente de eso hablábamos Ramón y yo cuando  atravesábamos la Plaza de las Tendillas camino de la calle Jesús María donde está la librería Luq