miércoles, 5 de enero de 2022

Este jueves un relato: Los Reyes Magos

 

 

 

 


 

 

En el campo de refugiados

 

Melchor cargaba con una garrafa de agua de gran tamaño. Pesaba demasiado y la dejó en el suelo para descansar. Los gritos de los niños jugando al futbol llamaron su atención. Le hubiera encantado estar con ellos, pero hacía poco que había llegado al campo y aún no tenía amigos. De repente, la pelota llegó a sus pies. Uno de los jugadores lo apremió para que le devolviera el balón. Melchor lo cogió y lo acarició. ¡Era de verdad! No se parecía en nada a los que él se fabricaba con restos de telas que le daba su madre.

—¡Vamos!, lánzalo que estás interrumpiendo el juego —gritó Baltasar.

Melchor sintió que alguien tocaba su hombro y se giró:

—Hola, soy Gaspar. ¿Te apetece jugar?

—Me gustaría, pero tengo que llevar el agua a mi madre.

—Parece que pesa mucho, si quieres te ayudamos y así podrás venir a jugar. ¡Baltasar! Ven a ayudarnos, por favor.

Baltasar se acercó a ellos y se presentó. Melchor también lo hizo.

Entre los tres cogieron la garrafa y se encaminaron hasta el asentamiento de Melchor.

—Como no cojáis mejor este chisme se nos va a despanzurrar —dijo Baltasar.

Todos rieron ante la ocurrencia del niño. Entre chácharas y risas llegaron hasta el asentamiento de la familia de Melchor. Dejaron la garrafa y se fueron corriendo para continuar con el partido de futbol.

Día tras día, su amistad fue creciendo en aquel inhóspito lugar, en el que apenas sobrevivían. Por la noche, alrededor de la hoguera, jugaban a inventar su futuro. Un futuro lleno de esperanza. Un futuro en el que saldrían de la miseria y tendrían una vida digna. Melchor, el más pesimista, siempre objetaba que ese día nunca llegaría. Y Baltasar siempre le respondía mirando al cielo:

—¡Cómo que no! Sabremos que ese día ha llegado cuando veamos un cometa atravesar este cielo estrellado.

—Y, ¿cómo lo sabes? —preguntó, Gaspar.

—Me lo ha dicho mi abuela —aseveró.

Los tres alzaron sus ojos hacia la esfera celestial y ansiaron con todas sus fuerzas que ¡ojalá! ese día llegara cuanto antes. 

Más relatos en el blog de Dorotea 

https://doroteafuldebenke.blogspot.com/2022/01/convocatoria-del-6-de-enero-los-reyes.html

lunes, 3 de enero de 2022

EL BAZAR DE LA MEMORIA

 ¿Quién no vive con y de sus recuerdos?

¿Quién no tiene miedo de no poder  recordar?

 

El puente del Día de la Constitución tuve la suerte de poder viajar a Tierras de Castilla. Nunca había estado por esa zona y lo hice de manos de unas personas residentes en esa España vaciada, Alberto y Mayte, y que nos acompañaron enseñandónos todo lo que nos permitió los días de vacaciones que teníamos.

Nos alojamos en Turégano en un bonito y tranquilo pueblo. La ventana de nuestra habitación daba a un grandísimo castillo que no pudimos visitar porque estaban restaurándolo. Fuimos de pueblo en pueblo, a cada cual más bonito: Cantalejo, Sebulcor, Pedraza, Sepulveda, Peñafiel y La Granja de San Ildelfonso. También vimos el Parque Natural del Río Duratón, los bisontes de Lastra de Cuellar y tocamos la nieve en Riaza y La Pinilla. Nos recreamos en los paisajes, pero, sin duda, lo mejor fueron los momentos compartidos y las charlas y risas mantenidas. Eso se queda ya en mi memoria para el recuerdo.

 



Pero esta entrada tenía como objetivo hablar de una visita especial que hicimos  a un café librería en La Granja de San Ildelfonso. Se llama Farinelli y entramos en ella con idea de descansar y librarnos momentáneamente del frio que ya se hacia notar. Nada más abrir la puerta me di cuenta de que yo pertenecía a ese lugar. Una librería  con un sótano lleno de libros y con unas mesitas donde te puedes tomar un cafe, un té o un refersco. Estaba tan a gusto que le propuse a mi marido que  cuando nos jubiláramos deberíamos montar algo parecido en Córdoba; a lo que me contestó: que si no nos íbamos a dedicar a viajar cundo dejáramos de trabajar.

Me dejó !plof, plof!, pero tenía razón. No nos íbamos a jubilar para volver a trabajar ja, ja, ja.

En aquella librería compré un libro que llevaba tiempo buscando "El bazar de la memoria" de Veronica O`Keane, una psiquiatra experta en redes neuronales Ya el título atrapa, pero su sinopsis te hace querer tenerlo a toda costa: 

"Una punzada de tristeza, un suspiro de pesar, el ímpetu del amor, el entumecimiento que produce la pérdida; los recuerdos tienen el poder de conmovernos, a menudo cuando menos lo esperamos. Es señal del complejo proceso neuronal que actúa tras los bastidores de nuestra vida cotidiana. Un proceso, además, que nos conforma y nos construye al filtrar el mundo que nos rodea, moldear nuestro comportamiento y alimentar nuestra imaginación". 

"Veronica O´Keane ha dedicado muchos años a observar el modo en que memoria y experiencia se entretejen. A partir de las conmovedoras historias de sus pacientes, e involucrando a conocidos escritores, la autora explica las últimas investigaciones neurocientíficas para resituar nuestra comprensión del extraordinario rompecabezas que es el cerebro humano. Se pregunta, entre otras cosas, por qué los recuerdos nos producen una sensación tan real, de qué modo están vinculadas a ellos nuestras sensaciones y percepciones, por qué el lugar es tan importante para la memoria, o si existen recuerdos «verdaderos» y «falsos». Y, por encima de todo, ¿qué sucede cuando el proceso de la memoria se ve alterado por la enfermedad mental?

Mis recuerdos me influyen y yo influyo en mis recuerdos. Un feed-back que permite hacer un uso de la memoria a nuestra voluntad. ¿Es esto posible? Dentro de unos días cuanto termine el libro os lo podré contar; de todas maneras, intrinsicamente es un tema apasionante 

Como decía Buñuel: «Nuestra memoria es nuestra coherencia, nuestra razón, nuestro sentimiento, incluso nuestra acción. Sin ella no somos nada».

sábado, 1 de enero de 2022

De cerrado a abierto. Historia de una decisión


La última entrada que hice en el blog fue el 31 de diciembre de 2020. En ella, mi recuerdo iba para todos aquellos que habían perdido a alguien por culpa de la COVID. 

He estado UN AÑO sin publicar nada. UN AÑO entero. Y hoy me he acercado a este blog con intencion de CERRARLO. Sí, de cerrarlo, porque si en un año no he tenido nada que decir no tiene sentido que siga abierto.

De fondo tengo el Concierto de Año Nuevo y las magníficas vistas que nos ofrece de Viena, y recuerdo cuando estuve allí, en el año 1983. Tantos años ya ... Y, de repente, mi corazón se resiente, porque echo mucho de menos a personas con las que recorrí sus calles y que ya no están conmigo. Y me doy cuenta de que mis dedos vuelan por el teclado rellenando esta entrada, expresando lo que siento en este preciso instante. 

Voy con el cursor recorriendo las últimas entradas y llego al apartado de estadísticas y veo que he publicado 627 entradas desde que lo creé en 2009, que tiene más de medio millon de visitas, 597 seguidores y casi 10000 comentarios y se me vuelve a encoger el corazón y el estómago al pensar en que este blog ha estado comigo 12 años y que de un plumazo me lo voy a cargar.

Recapacito..., me digo que no tengo valor para hacerlo. Me regaño por ser tan apática y no haber pasado por este mi lugar de encuentro en todo el año. Pero, del mismo modo, me justifico diciendo que este año ha sido extraño. Aunque para mí ha sido un año bueno, en general. El Covid 19 se ha mantenido alejado de los míos, el trabaja ha sido soportable, me he estrando en el collage con excelentes resultados (creo yo)y lo he disfrutado muchísimo y, sobre todo, he podido ver crecer a mis nietos un año más y disfrutar de los míos. 

¿Entonces? 

Quizá la razón esté en que este blog lo tengo ligado a mi escritura. Lo inicé cuando terminé de escribir La caricia de Tánatos para darla a conocer y luego se ha alimentado con mis relatos cortos. Y, respecto a la escritura, este 2021 ha sido un año en blanco. Tan solo he escritos algunas líneas que adjuntaba a mis collages. Solo eso.

¿Por qué?

Supongo que este alejamiento de la escritura será de etiología multifactorial, como tantas enfermedades, y no me voy a poner a desglosarlos en este momento, porque tampoco quiero  hurgar en la herida. 

Y, sin embargo, poco a poco voy rellenando de líneas esta entrada y me siento bien mientras escribo y DECIDO que este blog debe serguir ABIERTO. Voy a darle la oportunidad de que sea un lugar para reencontrame con mis letras. A lo mejor, es lo que me hace falta. Volver a mi Yo de escritora, presciendiendo de cómo, del qué, del por qué y del para qué. Volver a los origenes siempre es una buena manera de resetear y pulsar el botón de inicio. 

Y mientras la obertura El murciélafo de R. Strauss llega al final, me doy cuenta de que me siento contenta y entusiasmada, por lo que aprovecho para poner final a estas impresiones y desearos a todos un 2022 cargado de SALUD para que podamos cumplir nuestros sueños. 

PD/ Releo la entrada y me doy cuenta de que no está muy bien estructurada. Y no me importa. Las palabras ha salido tal como las sentía y creo que eso es bueno. Muy bien. Momento de dejar los encorsetamientos propios de la propia responsabilidad.

FELIZ AÑO 2024

  7 meses sin escribir en el blog y vuelvo como en años anteriores con deseos de compartir que esta comunicación ocasional no se termine. Ha...