jueves, 31 de julio de 2014

Este jueves un relato: Ella y sus circunstancias





Juana masajeaba sus rodillas doloridas. Sus ciento veinte kilos de peso no hacían bien a su artrosis; por eso esperaba delante de la puerta del endocrino. 
La enfermera voceó su nombre y lo más aprisa que pudo, dad sus circunstancias, se levantó del asiento.   
       —Ha perdido solo un kilo. Tiene que ser más estricta con la dieta. Le voy a prescribir una de ochocientas calorías, espero que sea estricta si no será complicado que pierda peso —dijo el médico malhumorado.
Juana quería morirse. ¡Un mes comiendo espinacas y lechuga! Sin protestar abandonó la consulta con la nueva dieta en la mano. 
Despacio se encaminó hasta su casa cuando avistó una pastelería y sus pies le llevaron en esa dirección. Entró decidida y pidió una bandeja de merengues, la más grande que tuvieran. De pie en el mostrador, uno a uno, se los comió todos. 
Aún apreciaba el gusto de limón y azúcar en su boca cuando escuchó un vozarrón que gritaba su nombre.
 —¿Doña Juana García? ¿Doña Juana García?...
—Sí, soy yo —respondió desorientada.
—Se ha dormido, Juana —le indicó la enfermera—. ¡Vamos! ¡Deprisa! El médico la espera.
Renqueando entró en la consulta, la pesaron, la midieron y se sentó frente al doctor a esperar el veredicto:
—He de comunicarle que esto no va bien. Sólo ha perdido un kilo de peso… Pero, ¡señora! ¿De qué se ríe? ¿No le da vergüenza? —gritó muy enfadado.

Frente a él, Juana soltó una sonora carcajada. Se levantó del estrecho asiento en el que estaba embutida con la boca echa agua imaginando la bandeja de merengues.

(Texto revisado y reeditado)

Más circunstancias el The Planet's Bloggers

miércoles, 30 de julio de 2014

Mercedes Gallego: Dama española de la novela policíaca.








De siempre me ha gustado el género negro "light", como yo lo llamo, o  novela policíaca. 
Será mi deformación profesional, pero toda novela en la que hay un malo, malísimo, que con mente perturbada (y digo perturbada que no enferma) va cometiendo asesinatos a diestro y siniestro, llama mucho mi atención. 
Si hiciera un repaso en mi biblioteca física y en la virtual, seguramente sería el género en el que encontraría un mayor número de novelas. 
Uno de mis escritores preferimos en H. Mankell. He leído todo sus libros protagonizados por el inspector Wallander  y los he disfrutado de principio a fin. Además he visto la serie protagonizada por  Kenneth Branagh que hacía de Wallander y también gustó en ese papel muy cercano a como lo había fantaseado en mis lectura. También he leído casi todo de Vazquez Montalban, de Andrea Camillieri, Jose María Guelbenzu ...y muchos más.
Respecto a las damas de la novela negra, también he hincado el diente a sus novelas. En el 2002 se publicó un artículo en el País en las que se nombraba a cinco autoras de novela policíaca que por entonces estaban de moda: P. D. James, Patricia Cornwell, Alexandra Marínina, Donna Leon y Sue Grafton; se olvidaron de la Patricia Highsmith, otra clásica. Todas ellas continúan deleitándonos con sus novelas aunque han sido desbancadas en popularidad por escritoras escandinavas a las que en nuestro país rendimos una exagerada pleitesía, según mi humilde opinión:  Camila Läckberg, Ana Rosman, Karin Fossum, Liza Marklund... y muchas más. Con ellas nos sumergimos en novelas de lugares y nombres de personajes impronunciables y todas, como es lógico con bastantes grados bajo cero, a la caza y captura del asesino en serie. 
Sin embargo en nuestro país tenemos muy buenas escritoras de novela policíaca: Alicia Gimenez Bartle, Dolores Redondo, Marta Sanz y ya entro en faena, según el argot taurino, añado a todas ellas el nombre de Mercedes Gallego.
Llevaba tiempo con ganas de leer su novela el asesino del ajedrez y al concluirla fue cuando se di cuenta de que estaba delante de una novela cuya escritora merecía el sobrenombre de Dama española de la novela policiaca.

El asesino del ajedrez

Sinopsis

"Un asesino en serie asola Barcelona y hace del característico barrio de El Ensanche su particular tablero. Elige sus víctimas por la profesión y juega una enloquecedora partida que se inicia con la muerte de un cabo de la Guardia Urbana, asimilado a un alfil. ¿Quién será el rey? 

La policía descubre su juego pero él consigue burlar los controles hasta que la partida sufre un giro inesperado que amenaza a una persona muy vinculada a los investigadores. ¿Quién conseguirá dar el jaque mate?"


Mi Comentario
Lo primero que me encuentro en esta novela son unos personajes muy bien construidos, con unas peculiaridades físicas y psicológicas que captas de inmediato; sin darte cuenta te llevan a conformar su peculiar mundo individual y el que comparten con el resto del mundo. 
La inspectora de policía,Ramona, el subinspector Cañete, el psicólogo forense, Silvia, Tito.... son personas reales, de a pie, que podemos encontrarnos en cualquier momento, en nuestra ciudad o trabajo, y situación de tal modo que se adhieren a tu piel. Mientras lees la novela estás viviendo con ellos todos las peripecias a las que la escritora los enfrenta. Hasta los nombres (todos pronunciables) no son al azar sino que te ayudan a recrearlos en tu mente a modo de cliché fotográfico 
La trama comienza con un asesinato, no podía ser de otro modo, con un "modus operandi" característico y que hace pensar que estamos ante un asesino en serie. 
Esta vez, gracias a Dios, no tenemos que andar sobre el hielo, ni asistir a tormentas de nieve, ni transitar por  lugares impronunciables porque está ambientada en Barcelona, en calles muy conocidas de esta ciudad.
Lo primero a lo que se enfrenta Ramona, la protagonista, es a sí misma. 
La autoestima a veces nos juega malas pasadas y en este caso, ser inspectora crea incertidumbre ante las exigencias de un mundo eminentemente masculino. 
Una vez resuelto este duro momento existencial, en el que ayuda  la intervención de su amiga Silvana, psicoanalista, nos adentramos en una búsqueda cuadriculada por las calles barcelonesas. 
Ramona se enfrenta a un asesino inteligente y con grandes deseos de venganza (como todos, unas veces consciente y otras inconsciente) y también, con la ineficacia de la policía cuando se la saca de sus misiones rutinarias. 
Cuando encaras la mitad de la novela comienzas tu propia quiniela intentando averiguar cuál es el asesino, errando una y otra vez; hasta que un giro final, en un jaque al rey, te muestra al asesino en su narcisismo, desafiando a la propia Ramona y precisamente ahí está su perdición.  
Ramona luchará como una jabata, en unas cincuenta últimas páginas de infarto, para salvar lo que es "suyo" y poder llegar hasta el asesino. 
El final tendrás que leerlo... 
La novela está sustentada en buenos planteamientos psicológicos lo que da una gran fuerza a la trama y el tempo es el adecuado para que una vez que te sumerges en la historia no puedas dejar de leer.
Os la recomiendo y me reafirmo en ese merecido  sobrenombre para esta escritora independiente que no debería serlo. 


lunes, 28 de julio de 2014

¿Qué siente el escritor mientras escribe?





Las primeras palabras quedan impresas en la página en blanco, van conformando una frase, esa primera de muchas que constituirán tu novela. 
Desde hace semanas la tienes en tu cabeza revoloteando todo el día, añadiendo escenas, cambiando diálogos hasta que decides que es el momento de plasmarlo y comienza un período en el que te sumes en la trama, te sitúas en el espacio y tiempo de la ambientación y vives la vida de los personajes. Ahí es donde quería llegar, porque al vivir sus vidas, también las vivencias y por ello sufres, ríes, lloras, te enfandas... con ellos y por ellos.
Durante el pasado año (debido a mi trabajo en la universidad mi año va de septiembre a junio)  he estado dedicada a escribir la segunda novela de la trilogía sobre el Mal. 
En la primera novela, La Caricia de Tánatos, la trama giraba en torno a la violencia psicológica tan frecuente y tan poco abordada en comparación con la violencia física. 
En esta segunda, me centro en otro aspecto del Mal, también muy frecuente, por desgracia, y que tiene que ver con los niños. Con el sufrimiento grave que causamos a los niños y sus posibles repercusiones en la vida adulta. No os cuento más porque no quiero desvelar la trama y porque esta entrada no va sobre eso, pero sí me sirve para explicaros lo mal que lo he pasado, emocionalmente hablando, mientras escribía esta novela. 
Por suerte para la vida real y no sé si por desgracia para escribir ficción, soy bastante empática por lo que la angustia que sufría mi personaje era mi angustia y su daño, su dolor, el mío. Había momentos en que tenía que parar de escribir porque se me encogía el corazón ante lo que detallaba, real como la vida misma, como si lo estuviera sufriendo en mi cuerpo. 
Considero que si yo formo parte de estas emociones, el lector, fin último de escribir, también lo sentirá con lo que la novela le llegará, le removerá algo a nivel afectivo y eso es muy importante para mi, se trate del género que se trate. No sé si esto les ocurre a todos los escritores o solo a los novatos, quizás cuando uno se profesionaliza se desprende de estas emociones y la página escrita es solo eso, un página más. Eso tendrán que confirmarlo ellos.
Ahora, esta segunda novela está en proceso de revisión, la he dejado en manos de otros, y para dentro de unas semanas, irá hasta otros lectores que me darán su opinión antes de lanzarla al público. 
Os confieso que después de haberla escrito necesitaba una terapia intensiva y nada mejor que alejarme del dolor mediante la RISA. 
Por eso decidí dar continuidad a  Baldomero Puerto Casillas, el protagonista de Vida y milagros de un ex. Desde que la comencé (y ya llevo treinta páginas) no paro de reírme con sus peripecias, disfruto con sus diálogos frescos, ingenuos y con la aparición de nuevos personajes que estoy segura os gustarán; además de los clásicos: su protectora madre, Cándida, su medio novia Nadia, su amigo Dioni... 
En pocos días la terminaré porque fluye como la espuma y mis dedos teclean con rapidez una nueva historia de este simpar personaje, gafe donde los haya, pero con un corazón como la copa de un pino. 
Así que ahora me divierto... 



domingo, 27 de julio de 2014

Paseando con... Josep Capsir

En este caluroso día estival paseo de la mano del escritor Josep Capsir por la calles de Barcelona, ciudad en la que vive. 


Bajamos por el Paseo de Gracia desde la Avenida Diagonal, nos detenemos a contemplar La Pedrera o la Casa Batlló y llegamos hasta Plaza Cataluña;  ahí, nos perdemos entre el gentío del Portal de l’Àngel, llegamos hasta la Catedral y después nos paramos  para impregnarse de la historia que soportan los muros del barrio judío (el call). Deshacemos  el camino y vamos hacia Las Ramblas, pasando por la Plaça del pi y enfilamos Petritxol hasta encontrarse de cara con El Liceo. El paseo llega hasta el monumento a Colón y el puerto. 






Una larga caminata que da para mucho. Esto es lo que hablamos mientras paseamos con él:

¿Quién es Josep?
Buena pregunta... Cada mañana me lo pregunto mientras trato de afeitar al tipo que se refleja en mi espejo. A veces creo que soy un niño atrapado en el cuerpo de un hombre de casi 44 años. En fin...
Pues soy un padre de familia, la profesión más importante de cualquier ser humano, aunque dedique un alto porcentaje de mi día a día a trabajar de administrativo en una empresa de servicios y a escribir historias para los demás.

¿Té, café o chocolate para desayunar?
No suelo desayunar a primera hora. Tengo una rutina un poco rara, me tomo un vaso de agua a las nueve, un café descafeinado a las diez y un bocadillito a las once.

Pues sí que es un poco rarito, pero a partir de las 11,00 ya se convierte en persona normal, os lo aseguro.

¿Recordar o soñar?
Uno de mis personajes dice que los sueños son para los jóvenes lo que los recuerdos son para los viejos. Supongo que estoy en un punto de la vida en el que tienen tanta importancia los recuerdos como los sueños. En general, suelo valerme de mis recuerdos para forjar mis sueños. Eso me convierte en un soñador analítico que desestima los sueños imposibles.  
  
¿Una figura importante en tu infancia? ¿por qué?
Sería injusto si destacara a alguien de mi familia por encima de los otros. Todos han aportado un granito de arena y todos han sido especiales y necesarios. Mi madre, una jabata capaz de encargarse del cuidado de cuatro hijos, de la casa y de mi abuela; mi padre, un hombre con una personalidad desbordante, trabajador y generoso. Mis abuelos, que me aportaron vivencias únicas, mis hermanas, mis amiguetes, mis... Hay tanta gente especial en mi infancia que sería injusto ensalzar a alguien.

 ¿A qué país te gustaría viajar?
Más que un país, una ciudad. Roma. Sí, tan cerca y accesible como parece pero aún no he encontrado el momento de ir. Soy un apasionado de la historia antigua y para mí, Roma es la meca de cualquier entusiasta de la historia. A ver si consigo ahorrar un poco...

¿Cómo es un día cualquiera para Josep?
Estresante, de verdad. ¿Estás segura de querer saberlo? Me paso una gran parte del día encerrado en una oficina, rodeado de teléfonos y papelotes, de listados, de facturas y de balances. Luego, lo típico de cualquier ser humano, estar con los hijos, los deberes, las duchas, las extraescolares, las reuniones de padres, etc., etc., etc. Intento encontrar huecos para escribir, para promocionar mis libros, para patrullar por las redes sociales, para las clases de inglés o para leer. Luego la casa..., que si las lavadoras, la plancha, inventarse un menú cada día sin hacerse repetitivo. ¡Qué difícil es, por Dios! Acostumbro a alargar la noche para estar con mi pareja, para explicarnos como ha ido el día y para poder dedicarnos, aunque sea media hora, a nosotros mismos.

¿Soledad o bullicio?
Soledad. Soy una persona muy familiar y, en el fondo, me encanta ver los sofás de mi casa llenos de carne humana, con sus discusiones, con las risas y ese “runrun” de fondo de una casa cálida, pero también necesito mis momentos “homenaje”, esos minutillos para encontrarme con mi mejor amigo –yo mismo-. Mi salud mental necesita de esos momentos de paz interna donde mis reflexiones me ayudan a organizar mi complicado día a día. Suelo desplazarme a pie, de casa al trabajo y del trabajo a casa; son momentos que aprovecho para hablar conmigo, para reñirme, para felicitarme, para preguntarme cómo me encuentro y para cerciorarme de que soy feliz.

 ¿Cuál es tu comida preferida?
Soy de los que disfruta de cualquier plato, por sencillo que sea. Si tengo que decantarme por uno, la paella.
  
¿Te gustan los animales? ¿Tienes mascota?
Me gustan los animales y he tenido mascotas desde que tengo uso de razón, pero en ese sentido he cambiado un poco. Considero que los animales deben vivir en su hábitat natural o, en su defecto, en un lugar con unas condiciones mínimas de espacio y movilidad. Un piso no es el lugar idóneo para un gato o un perro, sin quererlo, acabamos convirtiendo a esos pequeños amigos en animales sedentarios, obesos y atrofiados. Ellos son felices a su manera, porque no conocen espacios más abiertos. Enjaular a un pájaro o enlatar a un pez en una pecera es privarles de libertad. Si algún día tengo un espacio adecuado, entonces sí, volveré a tener mascota.
  
Una canción
Me has matao... Hay muchas, muchísimas... Me gustan muchos géneros y asocio muchas canciones a muy buenos momentos. Me gusta Springsteen, Sinatra y Elvis Presley, crecí con canciones de Serrat y Dire Straits. Quizá esto es lo que más me remueve: La Mamma Morta:
                   https://www.youtube.com/watch?v=hGYcXmAsZLA&feature=kp

Si alguien consigue escuchar toda la pieza sin emocionarse es que es de otro planeta.
  
Una película
La reina de África

Un libro
¡Bufff! Vete a... No te podría decir un título, hay demasiados.
  
¿Cuántas horas necesitas dormir para encontrarte bien?
Unas siete horas. Mi vejiga es mi despertador biológico.

¿Crees en el amor a primera vista?
No, a primera vista existe la atracción y el deseo. El amor conlleva valores como la comprensión, la lealtad y el compromiso. Puedes tardar muchos años en conocer realmente a una persona y solo cuando has sido capaz de entenderla y aceptarla habrás establecido un vínculo de amor.

¿Qué importancia das a la familia?
Mucha.

¿Qué es para ti la amistad?
Con el tiempo he aprendido a comprender que la amistad es algo que puede no perdurar. Las circunstancias provocan que muchas amistades se pierdan, pero entonces aparecen otras de nuevas. La amistad ha de ser una relación incondicional, de lo contrario se convierte en un episodio más de tu vida.

¿Tienes muchos amigos o muchos conocidos?
Tengo algunos buenos amigos, tengo amigos y tengo muchos conocidos con currículum suficiente como para ser amigos.

¿Cómo llegaste a las redes sociales, facebook, twiter…?
Hace años, una compañera de trabajo se fue a vivir a Madrid y me envió una invitación para unirme a Facebook y así no perder el contacto. Allí me encontré a antiguos compañeros del colegio, a gente que había perdido de vista y a gente que compartía mis mismas aficiones. Una red te lleva a otra y todas parecen útiles, aunque últimamente empiezo a preguntarme si esa afirmación es cierta.

¿Quién o cómo te aficionaste a escribir?
Empecé a escribir con once o doce años, nada serio, relatos cortos, crónicas de sociedad y sobre todo, reflexiones de mi día a día. No conservo nada de lo que escribí en esa época, lo importante no es lo que escribí, lo importante es que me ayudó a crecer.

¿Libro en papel o lector  de ebook?
La pregunta del millón. Desde que leo en ebook, son pocos los libros en papel que he comprado, la mayoría de ellos de compañeros de letras. El ebook es ligero, cómodo y barato pero debo confesar que siento que estoy contribuyendo al declive de la esencia de los libros.

Cómo escritor dinos ¿cuántos libros has publicado?
Tres. “REC-Relatos para ensanchar costillas”, “La herencia de Jerusalén” y “Las leyes de Hermógenes”. Actualmente estoy terminando la segunda parte de la herencia y preparando una versión en catalán. Tengo alguna cosilla más en el cajón pero si está ahí dentro es por algo. Quizá algún día...


 ¿Qué genero es tu preferido, en el que te siente más cómodo?
Para escribir, el humor. Es algo innato, disfruto escribiendo y generando comicidad, la escritura fluye sin necesidad de pausas y uso los diálogos como eje principal de la historia. Por otra parte, me gusta mucho la Historia y disfruto mucho documentando todo lo que he escrito en este género.

¿Lees mucho?
Es curioso, cada vez menos. En mi caso, escribir y leer a la vez es incompatible, no tengo tiempo para todo. Cuando no estoy inspirado para escribir me pongo a leer.

¿Cuál es tu momento del día preferido para leer?
Soy un tío raro. A mediodía, antes de comer. Si puede ser, sentado en un banco y con el sol en la cara. Antes era un lector de vagón de metro, de esos que leen veinte páginas al día y a trompicones, pero desde que decidí desplazarme a pie he dejado de leer esas veinte páginas de traqueteo. Alguna vez he leído por la calle, mientras andaba, hasta que un día me encontré frente a un muro... Me sentí ridículo.

 ¿Qué te aporta el contacto tan directo que mantienes con tus lectores y con otros escritores?
Me permite conocer de primera mano lo que el lector capta de mi obra y nutrirme de sus opiniones para aprender y mejorar. Un lector te dirá en qué fallas y dónde están tus puntos fuertes. Hay comentarios, que aunque duelan, son muy útiles. Por otra parte, relacionarse con compañeros de escritura es algo necesario para mi salud mental, me doy cuenta que hay gente mucho más “friky” que yo –y lo digo desde el cariño y el respeto-. Es muy sano compartir tus ilusiones, tus éxitos, tus fracasos y tus neuras con gente que te entenderá a la perfección. Algunos de esos “frikys” ya los considero amigos y ese título se lo han ganado a pulso. ¿Verdad, María José?
Lola Mariné, Josep Capsir y yo

Una pregunta comprometida jajaja: ¿Qué opinas de los autores independientes?
Los escritores son seres independientes por definición. Escribir es un trabajo individual y solitario. Publicar su trabajo representa perder esa independencia porque entran en acción otras personas: un agente, un editor, un corrector, un maquetador, un distribuidor, un librero... Con la revolución digital, el concepto de independencia ha cambiado y la nueva hornada de autores tiene las herramientas necesarias para poder dar a conocer su obra sin intermediarios. Eso repercute a favor del lector, quien puede conocer a más autores y más obras. Todos salen ganando, bueno, no..., los intermediarios, no.
No obstante, el filtro de calidad es menor y hay escritos que no deberían ver la luz, pero como todo en la vida, hay políticos que no deberían serlo o abogados que hubiesen sido más útiles a la sociedad estudiando filología. La gracia de la autoedición es que el lector se convierte en el único que puede juzgar tu obra y situarla en la órbita que se merece.
  
¿Algún secreto inconfesable que quieras contarnos…jaja?
Soy un tipo muy normal, sincero y llano. De hecho, suelo explicar todo lo que me preguntan, principalmente, porque no tengo nada de que avergonzarme y me siento orgulloso de cómo soy y de lo que hago.
No obstante, y para que veas que lo contesto todo, excepto lo del libro, confesaré algo y explicaré una anécdota que muy poca gente sabe.
La confesión: Mamá, ¿recuerdas el geranio de la entrada?, ¿recuerdas que un día te lo encontraste roto y se las cargó la perra?, pues eso, que fui yo, que le pegué un balonazo y lo espachurré.

La anécdota: En toda mi vida, solo he salido de casa sin calzoncillos en una ocasión. Fui a pasar un fin de semana a Blanes y me olvidé de coger ropa interior de recambio. Muy limpio que es uno, para no tener que ponerme los mismos calzoncillos, los lavé a mano y los puse a tender en el balcón. El destino quiso que la lluvia se encargara de que los calzoncillos no se secasen y salí de casa sin ellos. Lo bueno es que acabé la noche en urgencias y lo primero que me dijo el médico fue: -A ver, bájese los pantalones, por favor...

Muchas gracias Josep por este largo paseo, por darnos a conocer un poco más de ti y la próxima vez nos encontramos en el sur. 

sábado, 26 de julio de 2014

Cierre del jueves






Ha llegado el momento de proceder al cierre de este jueves, en el que una máquina del tiempo nos ha llevado de un lado para otro y en el que hemos estado de acuerdo en que  a falta de máquina la imaginación y la fantasía es lo mejor para viajar a cualquier lugar y época: pasada, presente y futura. De ahí la riqueza de los relatos.
Agradezco a todos los que han participado este jueves en mi casa con este tema apasionante y a los que no, los animo a que lo hagan el próximo jueves que tendrá lugar en el famoso periódico en el que trabajan nuestro famoso jueveros Lois y Clark : The Daily Planet's Bloggers 

jueves, 24 de julio de 2014

Este jueves un relato: La máquina del tiempo




El azar hizo que aquella tarde la visitara su prima Alice, a la que no veía desde hacía bastante años. Tras ponerse al día de lo acontecido en sus vidas decidieron hacer algo interesante con  idea de pasarlo bien y celebrar el reencuentro.
En el periódico encontraron el anuncio de una feria que habían ubicado a las afueras de la ciudad. Entre risas y cotilleos subieron al coche. Nada más llegar, Alice vio una atracción que llamó su atención: La máquina del tiempo.
Sofía, partida de la risa, se dejó convencer por su prima para entrar. Entre las sombras distinguió una extraña máquina de bellos colores, iluminada por una potente luz que caía del techo, que podía albergar a un pasajero. Se dirigió hacia dentro hasta que un hombre de edad indefinida, pero con muchas arrugas en su rostro, la detuvo:
—Donde quiere ir señorita, hacia atrás o hacia delante.
No lo había pensado. Miró a su alrededor, se fijó en un cartel muy bonito de otra feria en la había una gran noria en primer plano y difuminado en el fondo la carpa de un circo, también destacaba una fecha: 1954, precisamente la de su nacimiento
—Quiero ir a ese año, 1954 —dijo señalando el cártel.
—¿Estás segura?
—Sí —dijo divertida mirando a su prima.
Entró en la máquina, incrédula de que aquello funcionara. El hombre la tapó con una cúpula de cristal. Cerró los ojos y un ruido ensordecedor se apoderó de la estancia.
Apareció en la habitación de un motel. Una joven que le recordaba a las fotografías de su madre cuando era joven, retozaba en la cama con un hombre. Se ocultó tras la cortina para no ser descubierta. Sabía que había llegado al momento de su concepción. Su madre siempre le había dicho que había sido concebida en un motel, en una noche loca de amor. Y aquella parecía serlo. La pareja entre gemidos y suspiros llegó al clímax.
Su padre, hasta ese momento vuelto de espaldas, se giró para coger un cigarrillo del paquete que había en la mesita de noche y, entonces, pudo comprobar que su padre no era su padre, sino su tío, el padre de Alice.  El grito que escapó de su garganta  fue callado por  ensordecedor ruido; cuando abrió los ojos estaba en la carpa y el hombre le decía:
—“A los curiosos los disgustos suelen venirle a granel. La curiosidad empieza, nos domina y una vez
 satisfecha, ya no queda
 de ella siquiera el placer,
 pero quedan sus peligros
 que has de evitar por tu bien”

FELIZ AÑO 2024

  7 meses sin escribir en el blog y vuelvo como en años anteriores con deseos de compartir que esta comunicación ocasional no se termine. Ha...