domingo, 27 de agosto de 2017

Cuando una novela no te gusta


La palabra gustar, del latín gustare, en su 3ª acepción hace referencia a «agradar, parecer bien»; tiene algunas otras entre las que se encuentran la 6ª, «que se desea, se quiere o se tiene complacencia en algo», o la 4ª, «que al tratarse de una persona se dice de ella que es atractiva». De cualquier forma, empleamos en el lenguaje común la palabra gustar considerables veces, a lo largo del día. En un restaurante es normal que nos pregunten si nos ha gustado la comida; si vamos al cine, al salir, seguro que hablaremos de si nos ha gustado la película; si vamos de compras, solemos preguntar a nuestro acompañante si le gusta la prenda que nos estamos probando, o cuando nos preguntan: ¿te gusta el fútbol? Respondemos sí, no o depende de quién juegue; en mi caso particular solo veo los partidos de la selección española.… Es decir, a lo largo de nuestra vida, nos vamos decantando por aquellas cosas, personas, situaciones…, que nos gustan y, también forman parte de nosotros, todas aquellas que no nos gustan, reservando otro amplio abanico para las que ni fu ni fa, las que nos dejan indiferentes o nos gustan regular (no todo puede ser blanco y negro porque existe el gris). 
Como lectores, cuando estamos ante un libro, nos ponemos —lo queramos o no—  en esa tesitura: ¿me gustará?, ¿no me gustará?, ¿me resultará indiferente? De hecho, a veces recurrimos antes de cómpralo a dejar que se manifiesten nuestra emoción más simples: agrado o desagrado. Me gusta la portada o no, me gusta la sinopsis o no, me gusta el papel o no, me gusta el precio o no, me gusta lo que han dicho de él o no… Y tras algunas deliberaciones, llega a nuestras manos o no. Cuando salió Patria se habló mucho, principalmente por el tema que trataba. A todos los que tenemos cierta edad, remover los recuerdos de ETA nos sacude el estómago y no es plato de gusto trasladarnos a una época que preferimos olvidar. De hecho, por aquel entonces, hubo muchos lectores que manifestaron que no pensaban leerlo y aún lo siguen diciendo a tenor de los comentarios que han dejado en mi muro de Facebook. Yo decidí leerlo porque algunas críticas ya anunciaban que la novela te llevaba a entender el «problema vasco».  Aquello era un buen inicio, entender algo que a priori, por encontrarte a miles de kilómetros, quizá no era capaz de alcanzar en toda su plenitud. Solo por eso merecía la pena. Y compré la novela. Luego me faltó tiempo para comenzarla y mientras se dispararon las buenas críticas. Algunas bien sustentadas y otras escritas al pairo del contagio que suele haber cuando una novela tienen un marketing de lanzamiento como la de esta. A pesar de todo, he tenido que esperar hasta mis vacaciones para dedicar mi tiempo de lectura a la novela y al concluir la misma me di cuenta de que no opinaba como la mayoría. No me había gustado. Simplemente eso. Y aquí se debería haber terminado el asunto. Era otra más de las tantísimas novelas que a lo largo de mi existencia no me han gustado. Pero sentí la necesidad de dar mi opinión públicamente porque la vida se construye con las distintas versiones de un mismo hecho y estaba segura que a muchos lectores les había pasado como a mí. Tras esto, en bastantes comentarios se me requería para que explicara mis razones. Y aquí estoy haciendo una entrada en mi blog, que no sé si debería hacer. Ni yo ni nadie —a no ser que se dedique a la crítica literaria y viva de ello o lo haga por placer— tiene la obligación de explicar qué razones hay detrás de que al concluir la última página de una novela verbalice que le ha gustado o no; como tampoco lo hace tras ver la escena última de una película, o después de saborear un postre. Lo dice y punto y si se tercia se puede convertir en una charla distendida o eso debería ser. 
Cuando leemos se ponen en marcha mecanismos neuropsicológicos muy complejos de los que participan circuitos sensoperceptivos, emocionales, cognitivos, de memoria, etc. Todos ellos han intervenido en esa sensación final, en esa impresión de agrado o no. Quiero decir con esto, que todos somos medianamente conscientes del porqué de nuestras opiniones (siempre hay una parte inconsciente de la que es difícil sustraernos, pero a la que no podemos acceder) y eso es lo que voy a intentar deslindar para explicaros el porqué de mi opinión. 
Patria es una novela de seiscientas y pico páginas sobre: «El retablo definitivo de más de 30 años en la vida de Euskadi bajo el terrorismo», cito textualmente lo que se anunció cuando obtuvo el premio de la Crítica Literaria 2016. Cuando empecé a leerla lo primero que se me vino a la cabeza es si estaba ante una realidad novelada o una ficción más o menos realista. Para mí tiene mucha importancia saber si lo que voy a leer tienen una base auténtica, o es simplemente producto de la mente del autor, inventada hasta donde es posible puesto que siempre hay algo de veracidad. De acuerdo con lo que se había dicho de ella, parecía que estaba ante una fiel realidad novelada para hacerla asequible al público general (para un público más especializado existen multitud de libros de ensayo) y ahí ya sufrí el primer bache, que me tuvo empantanada en las primeras páginas. Fue por culpa del narrador. Me pasé los primeros capítulos intentando saber quién me la estaba narrando. Unas veces me daba la impresión de que era un narrador omnisciente, otras, un narrador testigo y para colmo, a veces, en la misma frase había un narrador omnisciente y otro en primera persona. Como una no es tonta, se acaba acostumbrando a esta forma de narrar (desde luego más que original) y de esa manera seguí adelante con la novela. 
El siguiente bache lo tuve con las idas y venidas de la biografía de los personajes. Es cierto que cada autor hace con sus protagonistas lo que quiere, pero a mí y, recalco lo de a mí, eso de no saber en cada capítulo con quien me iba a encontrar ni en que época de su vida iba a estar, me seguía enlenteciendo y, lo peor, no favorecía poder obtener una imagen completa de la vida de los personajes, necesaria para entender por qué hacía lo que hacían (se supone que era lo más importante de la novela) y casi estuve a punto de dejarla. Pero continué, también me hice a esos saltos descomunales que ni los artistas de circo, lo mismo que a las frases que se repetían una y otras vez de forma idéntica en distintos capítulos y me dije: céntrate en lo que cuenta. Y conforme pasaba las páginas cada vez me llegaba menos la historia. No conectaba con esa versión simplista (a mi entender) que el autor nos plantea de un problema sumamente complejo. He leído bastante sobre el tema, he visto documentales, he charlado con personas vascas que vivieron inmersas en el problema, he tratado a víctimas de aquellos días de barbarie y conforme leía me decía: tiene que haber algo más, continúa ya llegaras al meollo…, pero no hubo nada más. 
De todos los personajes, y hay bastantes, solo fui capaz de empatizar con uno, Bittori. Aceptablemente retratado tenía un fin (por ninguno de sus allegados entendido) y no paró hasta conseguirlo, aunque me decepcionó enormemente el final, que me recordó la manera en que terminan siempre las películas americanas. Personalmente creo que ese final es más un deseo que una realidad. Del resto de personajes, que son muchos, nada de nada. Ni los buenos, ni los malos, ni los regulares me atraparon, porque toda la novela, a mi parecer, es plana. Quizá ese fuese el deseo del autor, no mostrar emociones ni pasiones ni reacciones hacia un lado u otro, escribir una novela neutra, y seguramente eso es lo que he echado en falta y lo que ha hecho que llegar al final me haya costado la misma vida. No nací en un pueblo ni he vivido nunca en él. Por supuesto, comprendo que vivir en uno, donde todos se conocen, es muy diferente a vivir en una cuidad donde prima el anonimato y que eso justificaría algunas de las acciones que ocurren en la novela, pero aún teniendo en cuenta esto, la imagen que me ha quedado, por ser pregnante a lo largo de sus páginas, es que los hombres vascos son bobos, las mujeres tienen todo el poder (mucho se ha hablado del matriarcado vasco, quizás se trate de eso), nadie se enteraba de nada, hacían frente común ante el señalado, la víctima. Historias que se han repetido en numerosas confrontaciones nacionales e internacionales y que no me aporta nada porque esa, para nuestra desgracia, es la auténtica condición humana independientemente de donde se haya nacido.  
En fin, para que dar más vueltas. Lo importante es la sensación final y la mía ya os la comuniqué. Cada cual puede tener la suya y es tan respetable como la mía. Es la primera vez que justifico que una novela no me ha gustado y espero que sea la ultima, porque yo no me dedico a criticar ni a reseñar sino, simplemente, a leer o mejor dicho a disfrutar con la lectura y con esta novela no tuve ese gran placer. 

viernes, 4 de agosto de 2017

Mis lecturas de julio








Este mes de julio he tenido más tiempo para dedicar a la lectura y aquí os muestro los libros que me han gustado con mis comentarios personales
He de confesar que uno de los que tenía previsto leer (era la segunda vez que lo intentaba), no he podido terminarlo a pesar de que lo he intentado. Ni me ha gustado el argumento, ni el personaje, con el que no empatizo en absoluto, ni la manera de narrar. Así que a ese ya no le voy a dar más oportunidades, que el tiempo es escaso y hay mucho que leer (que conste que he leído muy buenas reseñas de ese libro).

LA LUNA HUELE A LAVANDA
María José Voltes
Playa de Ákaba
364 pag

Sinopsis
¿Es posible crear una empresa con una vidente, un perro, una monja y un auditor de cuentas?¿Se puede estar buscando el amor muy lejos cuando siempre ha estado cerca?Mariana es una economista desorientada que decide escapar de su triste existencia para embarcarse en un proyecto empresarial diferente. Aprovechando un dinero caído del cielo iniciará un viaje que le hará cruzar el Atlántico y emprender en España su propio negocio, iniciando una nueva vida. En este camino, sus particulares ideas se enfrentarán con muchas de las teorías que estudió sobre management, su intuición desafiará a la sensata prudencia, los sueños retarán a sus miedos y la búsqueda del gran amor rivalizará con la acomodada conveniencia.
Opinión personal: 
Esta novela, como explica la autora en un epílogo final no solo es en parte autobiográfica (recoge situaciones que ella misma ha vivido en su labor profesional) sino que es un homenaje a su padre fallecido, Pedro Voltes, y que en ese mismo epílogo, María José recoge un escrito de él titulado Las desdichadas empresas que pertenece a su obra Historia de la estupidez humana, publicada por Espasa en 1999.
Como os decía, teniendo como fondo laboral el mundo empresarial, la autora diseña una trama que de primeras parece imposible, pero que su buen hacer va conjugando hasta conseguir una historia entrañable, en la que sus personajes: Mariana, Dani, el Chucho, Teresa, Sandra...van tomando cada uno su lugar para contarnos la historia. En ella asistiremos a desencuentros importantes, mediatizados por el desamor, pero también a encuentros especiales, en los que la amistad termina convirtiéndose en algo más. Personajes peculiares, Mariana una economista con dotes de vidente, Dani, un auditor, que daría todo por su amiga, Teresa, una monja que se enclaustra por no estar de acuerdo con el traslado a otro convento, un chucho al que llaman Chucho que formará parte de la familia, la secretaria, Sandra, que no sabe como salir del apuro en que se encuentra y cuyo aura es de color lila, Manuel, un marido que ha ha dejado de serlo hace mucho tiempo... y sobre esto unos recuerdos de una infancia de felicidad torcidos por una desgraciada noticia  justo la noche que la luna estaba en el cielo en su máximo esplendor y habían brotado las flores de lavanda. De ahí este bello título que conjuga a la perfección lo que su autora nos quería contar. Una novela para leer despacio. Para disfrutar de sus reflexiones y para adentrarnos en un mundo del que conocemos muy poco. Me ha gustado muchísimo. 

TAN TUYO COMO TU MUERTE
Emili Bayo
Ed. Versátil
356 pag 

Sinopsis
Una asesina convertida en víctima, un moribundo dispuesto a salvar una vida, el odio de la mano del amor... El sargento Abel Claramunt aspira a acabar sus días como policía en un retiro tranquilo, pero el pasado familiar y la pasión de una joven compañera le complican la existencia. Deberán esforzarse por salvar una vida, atrapar a una asesina e investigar un secuestro. Mucho para alguien a quien solo quedan unos meses de vida.

Opinión personal

Me ha gustado muchísimo. El nivel que va adquiriendo la novela negra española es cada vez más alto y esta es prueba de ello. Se entremezclan el grave problema de salud del sargento Claramunt, con una historia alrededor de su biografía y con la desaparición de una joven. Todo perfectamente hilado, con giros inesperados, una investigación en tiempo presente y reflexiones personales de quien ya nada espera en esta corta vida. Un excelente final, que en algún momento había intuido y que explica todo los acontecimientos. Como psiquiatra me ha gustado el tratamiento psicológico.psiquiátrico que se le dan a los personajes y que hacen que esta novela sea redonda. Lo único que no he conseguido averiguar es el porqué del título, ni antes de leerla ni después. 

LA SEÑORA STHENDAL
Rafael Nadal
Destino
288 pag


Sinopsis
Cuando el último día de la guerra una bala se lleva la vida de una joven madre en un tiroteo en la plaza de Sant Pere de Girona, el destino de Lluc queda para siempre atado al de la señora Stendhal, que lo criará cómo si fuera hijo suyo. La fuerza de la madre adoptiva, la rebeldía del joven Dani y la sabiduría del abuelo Dídac acompañarán la mirada inocente del niño por un paisaje cargado de emociones y promesas. Hasta que choque con el ansia de venganza de los ganadores, decididos a saldar cuentas.

Opinión personal

Avalada por muy buenas críticas esta novela plantea una historia que comienza en 1990 para retrotraerse a los años cuarenta y contarnos la historiagrafía de Lluc, un niño recogido por la señora Stendhal después de que a su madre el último día de la guerra le pegaran un tiro. A partir de ahí, formará parte de su familia y participara de todas la cuitas que le van sucediendo a la misma y que decidirán lo que será la vida futura del niño. Contada en cuatro partes: La casa de la carretera de los árboles, el internado, las montañas, 1965, el regreso al pueblo; con un último capítulo, Gerona, 1990, que cierra la novela al unirse con el primero. Muy bien ambientada, con unos personajes creíbles, al final podremos descubrir aquello que estaba silenciado y que el Lluc desconocía, con lo que se fundamentarán muchas de las buenas y malas acciones que a lo largo de la novela el autor nos va presentando y que según él mismo refiere ha sido inspirada refiere en  hechos y personajes reales. 
Esta novela me ha gustado. Aunque a pesar de que la novela es corta, a mí me han sobrado bastantes páginas, sobre todo las del internado. 

ANNA
Roberto Santiago
Planeta
864 pag

Sinopsis
Años atrás, Ana Tramel fue una brillante penalista a la que se disputaban los mejores despachos. Un oscuro suceso en su pasado cambió su vida y ahora pasa sus días entre recursos administrativos en un mediocre bufete, ahogándose en un vaso de whisky. Pero su vida da un vuelco cuando su hermano Alejandro, con el que no habla desde hace cinco años, la llama angustiado. Ha sido detenido por el asesinato del director del Casino Gran Castilla.
Ana pide ayuda a su jefa y vieja amiga, Concha. Necesita la estructura y recursos del despacho para llevar adelante una defensa en la que tiene prácticamente todo en contra. Acompañada de un peculiar equipo (un viejo investigador, una abogada novel y un becario ludópata) se enfrentará a las grandes empresas del juego.

Opinión personal

Una excelente novela, con una trama vertiginosa, con muchos giros inesperados que hacen que casi no te des cuenta de que tiene 900 páginas (aunque las páginas dedicadas a hablar del juego me han sobrado), tratando temas escabrosos como el problema de la ludopatía, las mafias del juego, los problemas que esconde el sistema judicial...; pero con una protagonista, que al contrario de la mayoría de las reseñas de la novela que he leído, no me ha llegado nada. Anna no es una personaje de carne y hueso, es una superwoman, que como su autor dice es capaz de resistir todo, pero que yo no me he creído ni en sus momentos fuertes, ni en sus momentos más bajos, autodestructivos. Quizá sea por mi formación, pero he encontrado muchas lagunas psicológicas, no demasiado bien resueltas que al final concluyen en esta mujer "tan admirada" por los lectores, que a mí no me ha impresionado. 
La novela está bien escrita y como decía la trama merece la pena. Te recomiendo que la leas. 




FELIZ AÑO 2024

  7 meses sin escribir en el blog y vuelvo como en años anteriores con deseos de compartir que esta comunicación ocasional no se termine. Ha...