domingo, 22 de septiembre de 2013

Bienvenido Otoño



OTOÑO
Aprovechemos el otoño
antes de que el invierno nos escombre
entremos a codazos en la franja del sol
y admiremos a los pájaros que emigran
ahora que calienta el corazón
aunque sea de a ratos y de a poco
pensemos y sintamos todavía
con el viejo cariño que nos queda
aprovechemos el otoño
antes de que el futuro se congele
y no haya sitio para la belleza
porque el futuro se nos vuelve escarcha
Mario Benedetti, “Otoño”, Insomnio y duermevelas

jueves, 19 de septiembre de 2013

Este jueves un relato: Recetas




Receta para ser escritor de novela negra

(Ingredientes para una persona)


En una habitación, lo más silenciosa posible y bien acondicionada mezclar los siguientes ingredientes a las dosis expresadas: 

150 gramos de creatividad: No puede faltar este ingrediente. Se basa en tener algo que contar y estar muy decidido a realizarlo. Las palabras irán surgiendo y llenando la tan temible página en blanco.

150 gramos de personajes bien construidos con los que el lector pueda identificarse y  movilizar su simpatía o antipatía. El/la protagonista/a debe tener unas peculiaridades tanto físicas como de personalidad que le cualifiquen como investigador/a, cuanto más “friki” o “cutre” mejor. No olvidar los personajes secundarios que también tienen su sitio.

150 gramos de trama coherente, bien armada, que parte de un asesinato, con un inicio impactante y un final no esperable, pero bien hilado con las pistas que vamos dejando. Nunca jugar a prestidigitador y sacarnos las pistas de las mangas. Un tono endiabladamente rápido y una atmosfera que tienda a lo lúgubre.

150 gramos de técnica detectivesca sólida, para lo que se requieren muchas horas de documentación, pensamiento y reflexión.

Todo ello emborrizado en

400 gramos de paciencia: dedicarse durante un período de largo de tiempo a la tarea de escribir necesita de altas dosis de este ingrediente, sobre todo porque habrá momentos en los que queramos tirar todo lo escrito a la papelera y esta virtud nos atemperará y nos facilita continuar en el camino que nos lleve a la meta. Abstenerse por tanto los nerviosos, hipercinéticos, inconstantes, con tendencia al aburrimientos, los de hoy para hoy... etc

Si se siguen al pie de la letra las indicaciones de esta receta, le aseguro que usted escribirá una novela negra. Por supuesto, no puedo prometerle que sea un bestseller, pero bien es verdad que el mayor éxito es lograr aquello que durante tiempo hemos fantaseado y que y que por fin hacemos realidad..

¡Mucha suerte!

Espero que me informe de los resultados y si puede  lo acompañe de una fotografía ;-)


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miércoles, 4 de septiembre de 2013

Este jueves un relato: El olvido






Aquel día llovía al salir de la oficina y no llevaba paraguas. Era tan feliz que me dio lo mismo. Recuerdo que pensé que caminaría hasta casa para poder sentir el frescor del agua en la cara. Doblé la esquina y me encaminé tras los pasos de una pareja que se tapaban bajo un paraguas rojo con lunares blancos. 
Extasiada no dejaba de mirar el vaivén de los lunares, quería dejar de hacerlo, pero no podía.  A cada paso que daba me iba encontrando peor, como si estuviese hipnotizada por aquellos redondeles. Comencé a notar que el corazón se disparaba en su galope y muchas imágenes cruzaban por mi mente tan deprisa que no me daba tiempo a saber de qué se trataba. Una gran angustia se apoderó mi y busqué refugió en un portal. Me senté en un escalón, agaché la cabeza y cerré los ojos para no ver nada. Entonces, en mi mente se dibujaron unas infantiles botas de agua rojas con lunares blancos, dentro de ellas había unas delgaduchas piernas unidas a un fino tronco que terminaba en una cabeza adornada de  trenzas rubias y un rostro salpicado de lágrimas. Aquella niña era yo.
—¿Estás segura?
—Completamente.
Por más que insistí no veía mis brazos, ni mis manos. al poco, todo se volvió rojo y entonces aparecieron las manitas. Grité de miedo y de asco al ver cómo acariciaban algo duro pegado al vientre  un hombre. La voz masculina que me apremiaba para que terminara me machacó los oídos. Esa voz era inconfundible, dirigí la vista hacia arriba y vi sus hoyuelos, sus ojos achinados y su pelo negro. Era Julio, el hombre con el que me iba a casar en menos de un mes, el amor de mi vida, por el que abandoné a mi familia en contra de nuestro amor porque me llevaba veinte años. Ese bastardo abusaba sistemáticamente de mí en la escalera cuando era una niña. Vivía en el piso de arriba. 
¿Cómo fui capaz de olvidarlo, si cada vez que me obligaba a hacerle aquello me juraba que algún día me vengaría? ¿Cómo fui capaz de enamorarme de aquel mal nacido? 
—Nuestro cerebro se defiende de los traumas infantiles mediante el olvido. De esa manera sobreviviste y te has convertid en lo que eres. La suerte tuya fue ese paraguas rojo de lunares que trajo del olvido aquellos recuerdos, de esa manera te libraste de ese ser.
—No, no me he librado.
—¿Te casaste con él?
—Sí. 
—¿Por qué lo hiciste?
—Recordé...

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FELIZ AÑO 2024

  7 meses sin escribir en el blog y vuelvo como en años anteriores con deseos de compartir que esta comunicación ocasional no se termine. Ha...