miércoles, 30 de noviembre de 2011

Este jueves un relato: Mascotas




POPY

Está sentada sobre sus patas traseras y me mira. Me mira, pero no me ve; hace tiempo que sus cristalinos se volvieron opacos, casi blancos.
Está sentada sobre sus patas traseras y mueve las orejas en un gesto característico, como si prestara atención a lo que le estoy diciendo. Imposible, no oye; hace tiempo que sus oído se endureció, dejó de alterarse ante cualquier movimiento, sonido, ruido, dejo de ladrar cuando escuchaba que alguien llegaba al portal de nuestra casa.
Está sentada sobre sus patas traseras y al poco se levanta, cambia de posición. Sus articulaciones artrósicas le provocan dolor. Cambia de postura, me mira, mueve sus orejas y de echa sobre el cojín. Uno, dos minutos…y sus ronquidos se escuchas en toda la casa. Duerme y duerme.
Ésta es Popy, mi mascota. Una perra schnauzer tierna, cariñosa y amada que ha envejecido a mi lado. Acaba de cumplir  quince años; una viejecita, como yo le digo cariñosamente con un nudo en la garganta que confunde mis palabras y lágrimas en los ojos, cuando compruebo, con el pasar de los días, que  se hace un poquito más vieja.
Mi querida Popy, la que llenó el hueco que dejó nuestra anterior mascota, Chispa, una perrita de lanas que nos dejó después de diez años, más arisquilla y traviesa.
Mi fiel Popy que a la muerte de mi padre, estuvo mucho tiempo triste,  sin comer, yendo y viniendo al dormitorio que él ocupó. Una depresión, me dijo el veterinario que tenía. Paradojas de la vida… y yo sin enterarme.
Mi afectuosa Popy que me esperaba detrás de la puerta a que llegara del trabajo, moviendo su diminuto rabo para manifestarme su alegría con grandes lametones de su rosada lengua.
Mi glotona Popy, que se subió un día a la mesa para comerse  el acompañamiento del cocido, incluído el tocino y que tardó casi una semana para digerirlo.
Popy es mayor, no ve, no oye, se asusta de todo, no le gusta que la toquen, no me da lametones…, pero aún mueve el rabo en una circunstancia: ante su plato. En el momento de la comida sufre una trasformación al estilo de Mr Jeckill; como si volviera a su juventud, danza y brinca con sus patas reumáticas esperando el alimento. Incompatible con sus achaques, pero cierto. Disfruta comiendo, más bien, devora en  instantes. Al poco, el plato está vació y vuelve sus ojos ciegos hacia mí, implorando más y más…no tiene hartura. Luego a dormir, a roncar y a soñar con el próximo plato de comida.
Esta es mi Popy. Y a mí se me encoge el alma cuando enferma, cuando no se quiere levantar de su cama o cuando no se acerca a la comida como es habitual en ella. En ese justo instante, se me hace presente su edad, su posible pérdida… No sé qué haré cuando no esté conmigo.
Por ahora continúo disfrutando de su tranquila y ausente compañía, de sus ronquidos y de su danza alrededor de la comida; espero que por mucho tiempo.
Mi amiga, mi compañera, mi mascota,  como tú no habrá otra.

Gustavo sabía que con este tema volvería a estar aquí, y así ha sido. Me alegro de encontrarme de nuevo con vosotros.
Más mascotas en casa de Gustavo

domingo, 6 de noviembre de 2011

Sorry, we're closed!

Cuando quiero acordar ha pasado un día, dos, tres...una semana, dos, tres... Soy incapaz de ponerme al día con todos aquellos que me visitan. En muchos momentos, me siento mal, por eso precisamente, por no corresponder; por no poder estar el tiempo suficiente vagando tranquilamente por internet para visitaros en vuestras casas y dejaros unas palabras, simplemente eso.
Podría echar la culpa a millones de cosas, que en realidad existen: trabajo, viajes, preparación de clase, conferencias..., sin embargo no creo que esté ahí el motivo. Soy yo. A veces la rutina nos puede y lo que antes nos ilusionaba, ahora no lo hace tanto. O tal vez sea culpa de la maldición de los zombiblogs....jajaja.
Todo este rollo es para contaros que me marcho. Espero y deseo que sea de manera temporal, pero si os soy sincera, no lo sé. Por ahora lo dejaré en un "tiempo sabático" ( tiempo en que una persona se libera voluntariamente de sus actividades blogueras con el fin de dedicarse a intereses personales como viajar, descansar, disfrutar de la familia o desarrollar una actividad personal).
Que deje de escribir aquí  no significa que no esté en contacto con vosotros para eso tengo vuestros emails y vuestros blogs que visitaré sin tanto remordimiento.
El próximo fin de semana os reuniréis en Valencia. Será muy divertido, de eso estoy segura. Me gustaría saludaros y abrazaros en persona, como no me es posible sabed que estaré con el pensamiento.
Hasta la Malvarrosa os envío un fuerte abrazo y un hasta siempre. 

FELIZ AÑO 2024

  7 meses sin escribir en el blog y vuelvo como en años anteriores con deseos de compartir que esta comunicación ocasional no se termine. Ha...