Después de un año sin ponerme cara a cara delante de los lectores gracias al Día del Libro he vuelto a compartir momento con ellos en dos actos: Unos con los más pequeños para presentar a Pepe Pepino y otro con el Club de lectura de Espacio Atena, un centro cultural de mi ciudad, Córdoba.
Dos experiencias muy diferentes pero igual de gratificantes.
El día 23 de abril a las diez de la mañana los niños de cinco años del Colegio Virgen del Carmen de Córdoba (España) me esperaban impacientes en el Salón de Actos. Cuando llegué sentí sobre mí la mirada de casi ochenta pequeñajos, deseosos de conocerme y de conocer a Pepe Pepino. Nada más proyectar la primera imagen, en la que se veía la cabeza de Pepe, leyeron espontáneamente las tres letras que conformaban el nombre "PAL" (nombre primitivo de Pepe antes de llegar a la Tierra y que le llamaran Pepe). Comprendí que andaban inmersos en el aprendizaje de la lectura y de que los pocos textos que había escrito para acompañar las ilustraciones los leería todos, como así fue. Desde el primer instante se implicaron en el cuento y cada poco levantaban las manos adelantándose a lo que les iba a contar. Dramatizamos las caras de tristeza, los abrazos, los susurros al oído, la voz de la mamá de Pepe, los saltitos de Pepe cuando anda... y ellos colaboraron con la mejor de las sonrisas. En ningún momento se aburrieron, ni tuvimos que centrarlos. Al final se fueron encantados con su chapa que los conformaba como miembros del Club de Pepe.
Tras un recreo me reuní con los de seis años. Parece mentira que con solo un año de diferencia sean tan distintos. Mucho más lanzados, no solo se implicaron en el cuento sino que ya opinaron sobre él, sobre qué les había gustado más o menos y a menudo interrumpían haciendo sus propias observaciones. Me sorprendió cuando una pequeña me preguntó si el monstruo que había tapado el Sol del planeta de Pepe era un agujero negro, también cuando me preguntaron exactamente que poderes tenía ese reloj supersónico que Pepe llevaba en la muñeca... Me rei improvisando poderes tan geniales que al final todos los niños querían uno igual.
Unos me llamaban "Seño", otros se dirigían a mí como "Escritora"... y lo que más me llenó fueron los abrazos que me dieron antes de marcharse. Todos querían a Pepe pepino y a su mamá (papel que me adjudicó uno de ellos y que tampoco andaba tan descaminado jajaja).
Estoy deseando de reunirme, de nuevo, cuando tenga el libro físico y por supuesto, dispuesta a compartir esta experiencia tan gratificante, otra vez, con los que serán nuestro futuro y que ojalá se conviertan en ávidos lectores.
Ayer día 24 de abril, cambiando de tercio, me reuní en un espacio cultural: Espacio Atenea, con los integrantes de un club de lectura y algunos lectores de mi ciudad que me han conocido a través de Facebook.
Gloria Lopez, la persona que dirige el Club de lectura, y que me había invitado a que les hablara de Bajo los Tilos, realizó una presentación de mi biografía literaria y dio la palabra a Pilar Muñoz, amiga y escritora, también cordobesa, que relató cómo nos conocimos y las impresiones que tuvo cuando leyó la novela. Pilar escribe muy bien y, habla mejor. Con un enorme cariño se adentró en los aspectos más relevantes de la novela hasta disecar el porqué del interés de la misma y cómo su lectura pausada nos acerca a otros aspectos por fuera de la intriga propia de la trama.
Comencé mi intervención con un video que relataba el ayer y el hoy de la novela y los booktrailer que se habían hecho para su promoción. Conté cómo surgió la idea para la novela, el porqué de su número de páginas, hablé de Elena, de María, del resto de personajes, por qué está escrita en primera persona y un sin fin de cosas que se me iban ocurriendo. La atención era máxima y todos parecían disfrutar. Lo mismo me ocurrió a mí cuando comenzó el turno de preguntas.
Es muy interesante comprobar como los lectores captan incluso más allá de las intenciones de escritor y estaban muy contentos de poder comentar la obra con el propio autor, algo que hasta hace muy poco era casi imposibles y que gracias a las redes sociales, ahora es habitual. Hablamos del título, de la portada, de contenidos concretos, de frases que les habían impactado, de la vida diaria, del futuro, del pasado... cerca de dos horas de amena charla que me acercó a un escogido grupo de participantes.
Estas experiencias valen millones.
ResponderEliminarEnhorabuena.