La chica de las pecas tuvo un presentimiento; una vaga sensación de que algo iba a acontecer. «Podría ser bueno o malo; o ni malo ni bueno, algo normal inmerso en nuestra rutina pero que nos sorprende y atenaza quizá por lo inesperado o lo comprometido o lo inusual o tal vez por el momento o por la situación... Demasiados factores a tener en cuenta, no merece la pena» se dijo, queriendo parar su mente que comenzaba a tomar carrerilla.
El semáforo se puso en rojo y frenó. A lo lejos por el espejo retrovisor vio un coche cuyo conductor se entretenía hablando por el móvil.
Volvió a sus pensamientos. «Lo que haya de venir, vendrá, para que mortificarme, aquí lo estaré esperando», justo en ese instante ¡zas! el coche que venía detrás de ella impactó contra su vehículo.
Su cabeza se bamboleó de delante hacia atrás un par de veces, la sensación de mareo iba en aumento, cerró los ojos y antes de perder el conocimiento musitó:
—¡Esto del sexto sentido es una mierda!
Están muy bien conjugadas las palabras y te ha salido un relato redondo, con un final muy original.
ResponderEliminarYa he colgado el mío. Te dejo el enlace.
Un abrazo
http://carmenandujarzorrilla.blogspot.com.es/
Me encanta :)
ResponderEliminarPues si, eso mismo digo yo, que lo del sexto sentido es una mierda, si tiene que venir una desgracia, casi mejor no saberlo... Besos.
ResponderEliminarTal vez tendría que empezar a entrenarse para usarlo, para que sea más efectivo.
ResponderEliminarExcelente micro, María. Me ha encantado.
ResponderEliminarLo del sexto sentido es lo que tiene, además de ser una mierda, como se dice en el relato..
ResponderEliminarYo hubiera apoyado la cabeza en el respaldo. Sabiéndolo...
ResponderEliminarUn beso.
Genial relato! A veces saber las cosas por adelantado puede servir si sabemos como usarlo. De otra forma creo que genera mayor ansiedad y confusión. Todos tenemos un sexto sentido, que podemos desarrollar con tiempo y ganas. Un beso!
ResponderEliminarjajaj buenísimo!...un final con humor es algo que se agradece!
ResponderEliminar=)
Magnífico...grande en su sencillez porque se cruzan las historias y nos llevas por ellas casi sin darnos cuenta.
ResponderEliminarBesos y gracias.
Jaja! Qué bien hilado! Breve y con contundente reflexión de cierre.
ResponderEliminarLa verdad, es que a veces los presentimientos aturden un poco.
Besos!
Gaby*
Me ha gustado la ultima frase cuando se dá cuenta de lo que se le vino encima " Esto del sexto sentido es una mierda " jajajajjajaj . Hace que acabes el relato riendo. Un micro estupendo, como tu singladura en este jueves. Gracias
ResponderEliminarBesos sinceros amiga.
María José, he releído tu relato para poderte dejar comentario. A ver si esta vez funciona. Tu texto me sigue pareciendo muy bueno. Ligero, creativo, y vivo como la vida misma. Creo en ese sexto sentido, creo q todos los humanos lo tenemos.... aunque sólo algunos saben escucharlo. Gracias por tu esfuerzo en esta convocatoria, por tus letras y por dejarme participar. Un abrazo y besos.
ResponderEliminarTe diré que me he visto en esa situación en dos ocasiones, llevándome sendos bamboleos mareantes de las cervicales. Al parecer, según los que me seguían, el amarillo no sirve para atenuar la marcha sino para acelerarla. Así que coincido en la frase que cierra tu creativa entrada. "El sexto sentido es.... eso, una mierda!.
ResponderEliminarEnhorabuena por el éxito de tu convoctoria.
Un fuerte abrazo.
Ni media línea más, toda una historia sin artificios- Sencillamente muy buen micro.
ResponderEliminarUn abrazo.
Guuuaaauuu !!!
ResponderEliminarme dejaste sin palabras excelente relato, me ha encantado, FELICITACIONES !!!! me has sorprendido
Texto que te puede, línea a línea. Lees con recelo y espera y una vez más el sexto sentido te sorprende.
ResponderEliminarBesos
Jajá, en efecto. Era adivina (usando una de las palabras sugeridas) y menos mal que sabía que NO iba a morir.
ResponderEliminarBesos.