El
calor era sofocante, las chicharras cantaban desde bien entrada la mañana.
Los perros se escondían en sus casetas y las pesadas moscas buscaban el frescor
de la casa para refugiarse.
Sólo
sentí un leve tirón. Un pequeño paseo y sin más me vi debajo del agua. ¡Bendita
agua, que todo lo limpia y que refresca
los cuerpos ardientes!
Manos
cuidadas que me masajean. Placer extremo para mi redondo y jugoso cuerpo.
Luego,
reposo, sin más. Paciente espera junto a mis compañeros que me adormece.
Despierto
cuando la gran cuchilla se hinca en mi tersa piel, rebana mi organismo, y mi caldo resbala con lentitud entre sus manos, tiñendo todo de rojo. Una vez más, otra y otra siento cómo el
cuchillo me mutila, me amputa, me viola.
Mi
último aliento está cerca, no puedo dejar que se salga con la suya, sin más.
Hago acopio de fuerzas y en el siguiente corte emito de manera violenta mi néctar que mancha su impoluta camisa blanca.
Su
cara se contrae presa de la rabia, suelta el cuchillo, y me deja allí tirado...
La vida me abandona..., lanzo mi último
estertor orgulloso de mi gesta, satisfecho de mi venganza.
Más venganzas en casa de Teresa
Más venganzas en casa de Teresa
"victoria pírrica".
ResponderEliminarAl menos, que la mancha delate al malvado. Existen tantos modos de vengarse...
ResponderEliminarUy, no sé por qué me da en la nariz que esta víctima es algo así como el pavo de la navidad. Ja,ja,ja,ja (si me equivoco me das una colleja)
ResponderEliminarMuy interesante tu micro, María. Un abrazo.
Pues no será el pavo de navidad porque hace mucha calor, pero un redondito cerdo....pobrecito, menos mal que se ha ido satisfecho de su fechoría, sacó fuerzas para vengarse del cruel verdugo.
ResponderEliminarUn beso.
Que va ni pavo, ni cerdo jajaja
ResponderEliminarUn tomatito! kizas?..soy tu amiga la k come poco...jaja
EliminarMe ha parecido muy acertado lo de "victoria pírrica"...creo que no sólo él, sino los demás tomates habrán sido, al cabo, la mejor de las ensaladas!jejeje...y la mancha, al menos, el consuelo de quien ya se sabe acabado jejje
ResponderEliminarMuy bueno!
Muy bien Neo, diste en el clavo. Un aplauso jajaja
ResponderEliminarY la película se llama? ...La venganza del tomate de rama... jaja. Es que redondito y rojo o eso o una sandía que ya me parecía mas "heavy" la veo más torpona, no sé.
ResponderEliminarBesos!!
Muy bueno,Victoria pírrica....
ResponderEliminarUn beso y buen día
Quien no se consuela es por que no quiere, incluidos los tomates. :)
ResponderEliminarMe ha encantado el relato, un abrazo!.
Bueno, tengo ventaja, yo al principio creí que era un cerdo; pero lo del nectar me dejó a cuadros.
ResponderEliminarLa victoria le sirvió de poco
Un abrazo
O sea, que eran tomates, snif...Bueno, no malpienses, prefiero los tomates a una carnicería a lo Viernes 13 o parecido. Pero si no llegua a ser por Neo, meto la pata hasta el codo en el comment.
ResponderEliminarUn beso
Pues yo pensaba que era un sapo venenoso... y él se convirtió en rana???
ResponderEliminarUn beso y un café!
Muy muy original, yo estaba viendo un cerdito de estos que andan no muy lejanos de aquí, pero si lo pienso mejor el tomate es mucho más acertado. Ay ese estertor.... ¡qué bueno! Bss.
ResponderEliminarja! que original relato y qué atinado lo de victoria pírrica (breve y certera siempre la paradela!)
ResponderEliminarun beso de jueves!
jajajajajaj, que macabra mi imaginacion, ya veo al cerdo espachurrao...cuando el pobre tomate hace acto de presencia en las mentes privilegiadas. Yo, torpe.
ResponderEliminarUn besazo original muchacha
Menos mal que he leido por ahí que era un tomate, yo no lo hubiera esperado. En realidad te iba a comentar que aunque el final se me escapaba, el relato resulta hipnótico y se lee sin respiración. Ahora que se quien es la víctima, me voy más tranquilo a dormir, sin pesadillas.
ResponderEliminarUn abrazo
Pensé en un cerdo como primera opción, luego los comentarios me abrieron los ojos que se trataría de un tomate. No importa la pobre víctima, de todas formas supo llevar con dignidad (dentro de sus posibilidades) su triunfal venganza. Saludos, muy atractivo micro
ResponderEliminarJejeje, María José !aquí hay tomate!
ResponderEliminar¿pensamos que no siente el tomate o el higo? Pues siente el cuchillito punzate, a este paso comeremos piedras, pero vete a saber si va a dolerles más que a nosotros su digestión.
Toque sensual tomatero y toque sangre en camisa, no se quita, o cuesta, merecido castigo.
Besito contento, voy a hacerme pá amb tomàquet patomaquet, ummmmmmmmm.
No había una película "La venganza de los tomates asesinos" o algo asi??? o yo estoy muy loca? No sé ...
ResponderEliminarTomate ... también podría ser alguna ciruela de esas bien coloradas y gordas, alguna frutilla también ... . Siempre se toman su venganza y es complicado sacar las manchas si la ropa es blanca.
Muy buena idea, un jueves original
besos
jajaja, lo bueno de llegar tarde es que ya no meto la pata!
ResponderEliminarQué bueno, muy divertido! eso sí que es una buena venganza, yo me estaba situando en un matadero jejeje
Que muchas gracias por estar siempre!
Siento no haber venido antes a leerte pero he estado muyyyy liada!
Un besazo, madrijuevera.
P.d.Tienes que leer una novela de una chiquita cordobesa que me han dicho que es todo un éxito, Bajo los tilos,o algo así :)
Buen relato María José, eso sí, la mejor venganza es el olvido, o como se dice por ahí... no hay mejor desprecio que no hacer aprecio. Un fuerte abrazo desde el blog de la Tertulia Cofrade Cruz Arbórea.
ResponderEliminarhttp://tertuliacofradecruzarborea.blogspot.com/
Escasísimo consuelo para aquel que acaba de perder su lozanía, su redondez, su tersura, junto con la vida. Una salpicadura nada más que será convenientemente eliminada con algo de detergente. Si al menos pudiera provocarle acidez de estómago.
ResponderEliminarComo siempre, un desenlace sorpresivo para una excelente narración.
Un abrazo.
Esa marca si que deja huella, ahora ni con ariel... hace un ratito cometí yo semejante atropello.
ResponderEliminarAnda que no eres nadie amiga.
Besos.
Parecía violento, pero es ley de vida. Si es comido,vuelve otra vez a su origen. Buen relato.
ResponderEliminarTe juro que desde el comienzo pensé en el tomate, es que soy muy amiga de ensaladas, pero por tu culpa, cada vez que parta uno, recordaré este relato, y me va a dar penita.
ResponderEliminarGenial como siempre. Besitos.
Qué genialidad María José, una venganza naif, sin sangre, sin crimen, la venganza más interesante y divertida que leí hasta ahora.
ResponderEliminarUn abrazo.
Cuando leí "redondo y jugoso" cuerpo sabía que no eras vos...
ResponderEliminarLlegar hasta el tomate, me costó un poco, pero eso porque nos despistaste muy bien, y yo ando más espesa de lo común, jajaj
Sutil relato, descriptivo y comprometido: esos cortes DOLIERON!!!
bESOS y abrazotes
Al menos consigue mancharle. Lo único que podía hacer. Me ha gustado, una venganza, la única y que ocurre a menudo.
ResponderEliminarUn beso
Esa venganza la he sufrido alguna vez, jaja. Con tomates, ojo, que si hubiera de matar yo mismo los animales sería vegetariano.
ResponderEliminarBesos, amiga.
Con el último aliento llegan tus palabras a dar un excelente final a la historia. Muy lindo aporte m.. José beso.
ResponderEliminarwommm
ResponderEliminarque historia me has sorprendido eee ...
El juego de la adivinanza. Yo no pensé en un tomate, pero sí en un pulpo, una granada, yo que se.
ResponderEliminarBuen relato, muy original.
Un saludo
ibso