El frío arrecia y la lluvia empieza a cuajar en diminutos copos que quedan prendidos en su chaqueta. La oxidada cerradura se le resiste. Sam frota sus manos con energía para que entren en calor. Insiste con la llave hasta que logra abrir la puerta de la deprimente habitación. No es la primera vez que se aloja en aquel motel y conoce al dedillo lo que va a encontrar al encender la luz: una vieja cama cubierta por una desgastada colcha de irreconocible color de tantos lavados, un estrecho baño, un viejo televisor y un sillón. Suspira. No puede con su alma. ¿Cuánto tiempo podrá resistir aquel trabajo, aquella vida errante? Él no está hecho para ir de un lado a otro como una hoja a merced del viento. Cada día en una ciudad distinta y tan sólo el fin de semana en casa, durmiendo en su cama. ¿Cuánto la echa de menos? Tira la maleta y mira el reloj, aún tiene media hora antes de su cita de negocios. Se deja caer en la cama, cierra los ojos y piensa antes de dormirse que debería quitarse la chaqueta. Cuando despierta han trascurrido tres horas. Sale de la habitación con rapidez, hecho una calamidad. Nervioso llega al bar, nadie espera. Ha perdido otro cliente. Se acerca a la barra y pide un whisky. Lo apura de un trago y se marcha. Sam sube el cuello de su chaqueta, mete las manos en los bolsillos y se pierde en la noche nevada. Sus fatigadas huellas dejan un sucio rastro, único y mudo testigo de su desesperación.
© MJMoreno 2010
Una vez más felicidades por el post.
ResponderEliminarY suerte para tu novela.
Un beso Mª José.
...así que nostalgiosas, no? Acabo de agregarle una posdata al post por si no se entendía de qué iba.
ResponderEliminarSabés? tengo un amigo que acaba de separarse y lo vi reflejado en esa situación de quedar sin hogar, sin rumbo, desesperado, solo. Así que me metí en tus letras muchos más que otras veces (y eso que siempre lo hago con todo). Bueno... quería al toque, visitarte, sentirte más cerquita, juevera!!
Elena
ResponderEliminarGracias, lo de la novela ya es habitual. YO presento y presento y aún no he conseguido nada, pero igual algún dia toca...jajaja
Cas
ResponderEliminarjaja.. a mi no me hacía falta posdata pro claro yo estoy en el lío. Has hecho bien en aclararlo.
Gracias por compatir conmigo esta reflexión sobre la situación desesperante del que cae en la rueda de la rutina sin saber como desprenderse de ella.
Besos
Que vida mas triste que lleva y lo peor que su desesperacion es muda, solo la conoce el.
ResponderEliminarUn relato fascinante desde que comienzas hasta el final.
Primavera
La soledad de este hombre trasciende sus sábanas solitarias. Conmovedor personaje.
ResponderEliminarTe dejo un abrazo y espero tengas suerte en el concurso.
perfecto....me perdí entre esas pisadas, el olor de la maldita habitación de ese hotel....increíblemente lindo el relato eh! un saludo
ResponderEliminarMuy buen relato, lo describes muy bien.
ResponderEliminarLa soledad es una mala compañía pero por desgracia existe.
Un beso y mucha suerte
Soledad, rutina, cansancio, alejamiento, repulsa a su situacion, son muchos los atributos achacables a tu personaje, descritos todos con maestría y sobriedad. Me ha encantado tu relato.
ResponderEliminarUn abrazo.
O necesita jubilarse, o espabilarse, o cambiar de empleo... todo menos dejarse abatir. Y mira que es fácil abandonarse, mira que puede verse todo negro, todo lejano.
ResponderEliminarUn abrazo.
Que situación tan deprimente y tan habitual (aunque en distinto escenario), en algunos momentos de nuestra vida, cuando nos hallamos inmersos en un laberinto situacional del que no podemos salir.
ResponderEliminarMe encantó.
Un abrazo
El relato perfecto, dibujas una situación cotidiana, la del agente comercíal con toda su verdad, sus soledades y su apatía.
ResponderEliminarEn una ocasión, (casi durante dos años) tuve que compatibilizar con mi trabajo habitual, la promoción de un producto de mi autoría. He de reconocer que fueron dos años intensos, divertidos, de avión en avión, de ciudad en ciudad, conocí lugares y gentes interesantes, algunos de ellos, hoy imprescindibles, tanto unos como otros.
Para mi fue una fiesta y por supuesto que echas de menos tu casa y tu familia, pero las circunstacias supongo que son diferentes.
Yo elegí aquello, de esa forma y durante aquel tiempo. Creo que eso lo cambia todo.
Besos
He leido este despues de tu relato de las velas, me ha parecido el caso contrario, una rutina que le ahoga y le deprime pues es una rutina no deseada. No deberiamos permitir entrar en ese circulo vicioso pero realmente a veces es dificil evitarlo.
ResponderEliminarBesos, MJ