miércoles, 12 de noviembre de 2014

Este jueves un relato: Supersticiones



En la consulta del psicólogo

—Dígame su nombre.
—Trece
—Y, señor Trece, ¿qué le  ha traído a consulta?
—Me siento muy desgraciado. Todo el mundo me mira mal. Nadie quiere salir conmigo. Parece que soy un apestado y me ignoran, hasta el punto de que me están borrando del mapa
—Vayamos con calma, todo eso que me cuenta son atribuciones irracionales.
—De eso nada. Mire, cuando estoy esperando en la ventanilla de alguna oficina y me llaman no me dicen señor Trece sino doce más uno. ¿Se imagina la humillación que eso significa para mi autoestima?
—Quizá el problema sea ese, necesita reforzar su autoestima.
—¿Y cómo lo hago si hasta en los edificios altos no existe la planta trece?
—La confianza está en uno mismo. Señor Trece tiene usted que aprender a quererse.
—Si yo me quiero, son los otros los que no me aceptan.
—Eso es paranoia.
—Que no. Esto ya viene desde muy antiguo. ¿Usted sabe quien era Hesíodo?
—Claro.
—Pues ese señor advertía a los labradores que nunca comenzaran a sembrar en el día trece, por no hablar de lo que se lió en la Última Cena con los trece comensales…
—¿Tiene novia?
—No. Ya le digo que todos huyen de mi lado.
—Bien. Compruebo que tenemos mucho trabajo por delante. Si le parece nos vemos en una semana.

Trece se despidió de su psicólogo  esperanzado. En la sala de espera, pidió cita para dentro de una semana y se fijó en una chica muy guapa que esperaba mientras hojeaba una revista. Se enamoró perdidamente: su pelo, su cara, su nariz respingona… Lo mejor era no perder la ocasión. Probaría suerte. Se le acercó y se presentó:
—Hola, soy Trece.
La chica pestañeó varias veces y se sonrojó. Parecía tímida. Trece pensó que había encontrado a su media naranja. 
—Soy Martes. Encantada de conocerte —susurró.
Le ofreció la mano y Trece la tomó entre las suyas. Una corriente eléctrica pasó entre ambos y les provocó un escalofrió. Rieron nerviosos.
Se levantaron y embobados salieron de la consulta. Ya no se encontraban solos. Se sentían fuertes estando juntos.
Aún no lo sabían pero se hablaría mucho de ellos y de sus hechos. El destino cruel y juguetón los había juntado para atormentar a los humanos.

© María José Moreno 2014   







37 comentarios:

  1. Qué preciosidad, María José !! Harían como dijo Benedetti: "... aceptar tus sombras, enterrar tus miedos...".
    No sería tan mala unión, acuérdate que todos los martes y trece, en un día tan conocido por la mala suerte, en la iglesia de San Lorenzo de nuestra ciudad, según manda la tradición se rinde devoción a la Virgen de los Remedios, que de tres deseos te concede uno con seguridad. Habrá que probar !!

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    1. Pues no conocía eso que me cuentas. Me voy a informar y como dices no estaría mal darse un paseo por allí ese día. Gracias tocaya por estar aquí. Un beso

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  2. Los culpables son algunos humanos, que creen que los demás días están libres de la mala suerte.

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    1. Jejeje en efecto ahí reside nuestra ignorancia con la que vivimos bastante mejor. Un beso

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  3. Yo naci un 13, y mi hijo un 13 y cumplimos el mismo mes de diciembre. ¡El 13 es una maravilla! Ahora conocer una marciana (de martes) debe ser un subidón ja! ja! saludos para ti María Jose

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    1. Para ti veo que mi número 13 es genial. Me alegro, fuera supercherías!!!

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  4. Me gusta tu relato. Me ha recordado a mi padre que era muy supersticioso.
    Mi único matrícula de honor la
    conseguí examinábdome en martes y trece.
    Como siempre, gran final.

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    1. Gracias Almudena y por lo que cuentas me parece que martes y trece es algo bueno para ti. Un beso

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  5. Muy bueno. Si encima se encuentran con Viernes, ya se monta un lío. Un abrazo

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  6. Me ha encantado, en tu estilo humorístico.

    Un abrazo.

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    1. Ya sabes que alterno lo trágico con el humor, y a veces lo mezclo. Un beso

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  7. Me ha gustado mucho. Ágil y divertido y ese toque de esperanza para todo el mundo. Incluido el numero mas despreciado. Felicidades!!!

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    1. Gracias Javier por acompañarme y comentar mi relato ;-) Un beso

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  8. ¡Qué preciosidad, Mª José!
    Me ha encantado,muy original y divertido.

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    1. Al pobre 13 lo tenemos loco en los blogs jajaja. Gracias. Un beso

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  9. Me gustó ese toque de humor y fortaleza de tu protagonista. Una trama muy buena con el 13 y el martes . =)
    Besos

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    1. Una forma divertida de afrontar la mala suerte. Gracias. Un beso

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  10. Bueno, al menos encontró su media naranja.
    Muy chulo el sentido del humor que has puesto en la historia.Y es que todos nos merecemos una oportunidad; aunque te llames trece.
    Un abrazo

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  11. jaja... esa es la actitud!... la fuerza de voluntad y las ganas de salir adelante entusiasmados por la cercanía del amor hará que esos dos olviden sus complejos e inseguridades... ¡seguro que sí!
    Un abrazo Ma José.

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  12. Menos mal que dijiste que no estaba inspirada Me ha encantado. Gracias por escribir

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    1. Estos relatos me sirven de distracción y ejercitan mi mente. Gracias por venir a comentar. Un abrazo

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  13. Espectacular, amiga. Esa escena de Don Trece y Doña Martes conociéndose en la sala de espera merece un cortometraje, jaja.
    Pero tengo mis dudas sobre la buena relación, porque creo que Don Trece tiene un lio con Miss Friday ...
    Disfruté tu relato. Besos.

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    1. ¿Te lo imaginas? y si aparece Miss Frady sería una novela romántica jajaja

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  14. Y si se casaron, ¿cuándo lo hicieron?...absolutamente genial...llevado a un terreno inesperado...me encanta...para releer y degustar.
    Besos

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    1. Ni se casaron ni se embarcaron como reza la tradición. se hicieron pareja de hecho ;-)

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  15. Buenísimo relato María José!! Me gustó muchísimo!! Lo que hace suponer es que los dos se deben haber ahorrado mucho dinero de la terapia......

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  16. Muy estimulante, pero creo que insuficiente para el que todavía no ha encontrado a su chica en la consulta. Buen diálogo alrededor del 13 con final de cuento... ¡¡COMO TIENE QUE SER!!
    Besos

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    1. Bueno todo es ponerse igual algún día aparece tu media naranja en el lugar que menos esperas ;-)

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  17. Querida M. José: al pan pan i la vino vino.Tu eres escritora,no lo puedes disimular.
    un relato original, muy bién redactado. Me encantado. Desde Vien, dondo me encuentro, un saludo a un recuerdo.

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    1. Gracias Monserrat, la verdad es que lo pasé genial escribiéndolo ;-)

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  18. Se rompió el mal agüero, martes y trece unidos, se ve que hasta despertaron a tus musas dormidas. Muy bueno M! Jose y muy agil el diálogo.
    Besos.

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  19. Trece y martes, Se juntaron el hambre y las ganas de comer. Esa unión que los hace frágiles por separado tal vez les proporcione una solidez considerable unidos. Tal vez acaben como sugiere Juan Carlos en un ménage a tròis con Miss Friday.
    Divertido texto, María José,
    Un fuerte abrazo.

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