miércoles, 25 de mayo de 2011

Este jueves un relato: Tres personajes en busca de una historia


125 palabras para una historia
Sebastián huía de las personas sin plantearse el por qué; sólo tenía un amigo, Tobi, un chucho feo, amarronado, de orejas pequeñas que renqueaba de la pata trasera izquierda. Sebastián anhelaba la llegada de la primavera; entonces, la arena se convertía en su cama y contaba las estrellas para dormirse. Su mayor ilusión de cada día era pasear por la solitaria playa al amanecer. Aquella mañana fue diferente, un enjambre de hombres uniformados la profanaban. Se acercó despacio, con miedo. Un inflado y grisáceo cuerpo, con el cuello degollado, flotaba balanceado por las olas. Era Cecilia, la chica del supermercado que le regalaba siempre una barra de pan. Dos saladas lágrimas mojaron su rostro barbudo; entonces comprendió por qué vivía en la calle alejado de los hombres.
El que Gustavo me haya dedicado este jueves y el que sea un micro me ha permitido participar este jueves. Estoy deseando pillar de nuevo el ritmo, a veces tenemos cosas que nos frenan, y el cuerpo se vuelve vago, prefiere leer a escribir que conlleva más esfuerzo intelectual. Pero una vez solucionadas aqui estoy si no al cien por cien por lo menos al setenta, algo es algo...Me he enrollado y creo que esto es mas largo que el micro...jajaja. Besotes

21 comentarios:

  1. Precioso, pues no tambien puedo decir que me gusta leerte asi que ir quitando la vagancia ja ja y escribir para que podamos disfrutar de tus historias.
    Primavera

    ResponderEliminar
  2. Alejarse de los que nos rodean por el temor de sufrir, no se, tal vez todos en algún momentos hemos hecho eso, alejarnos, aunque siempre hay quien tiende una mano, como a Sebastian le tendia esa barra de pan Cecilia. Triste final. Precioso relato.
    Un abrazo grande, grande.

    ResponderEliminar
  3. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

    ResponderEliminar
  4. No hay peor soledad, en el ser humano, que la de sentirse solo cuando todo es gente y bullicio alrededor... Quienes han hecho de la calle su "hogar", voluntaria e involuntariamente, acaban siempre convirtiendose en sospechosos. La sociedad no suele perdonar, tolera mal la deserción del grupo, y a inventado etiquetas para quienes se muestran, según ella, insolidarios y nadan contra su corriente. Sebastian, llora y nada dice, porque la muerte de Cecilia, rompe, una vez más, la poca credibilidad que le merece la bondad de sus semejantes, los que cada día pasan por su lado y, miran sin ver, al hombre... para ellos, él solo es un puñado de sucios andrajos.

    Felicidades, un buen relato, digno de reflexión.

    Un abrazo.

    ResponderEliminar
  5. Hubiera preferido que ese mar les hubiera devuelto caracolas a quien vive aislado de ese modo y su perro. ¡Dentro de ella, el susurro tan enigmático de de esas formas de expresarse de una sirena!

    ResponderEliminar
  6. Muy conmovedora historia de un "marginal" que se niega a vivir como la "normalidad" de la gente.
    Recién ahora encuentro una manera para poder comentar desde mi blog. espero que dure.
    Un abrazo.

    ResponderEliminar
  7. Yo he tenido que parar, por exceso de labores varias y porque me encontraba muy cansado. Pienso que es mejor parar, descansar y luego volver.

    El microrelato, EXCELENTE.

    ¡Un beso!

    ResponderEliminar
  8. María José!!!! Si te descuidas, dices que estás vaga, que estás sin ganas, pues a este relato de 125 palabras o las que sean, le metiste historia de las intensas.

    Montarte la vida fuera te hace ver la vida desde fuera, es una elección, tendrá sus ventajas y sus infinitas tristezas, suerte de contar con el amigo perro.
    Besitooo y hasta ahora.

    ResponderEliminar
  9. Tremendo relato. Con pocas palabras dices mucho.
    Un besote, amiga.

    ResponderEliminar
  10. Triste muy triste. Uno no puede aislarse como el Sebastián de tu relato, pero a veces dan ganas ...
    Que bueno lo de contar estrellas para dormirse, es una hermosa imagen.
    Al 20, al 70 o al 101 (¿? je) lo importante es que aqui estás, poniéndole garra. Me gustó mucho tu pequeño relato.
    Un beso

    ResponderEliminar
  11. A tu aire, amiga.
    Yo también me planteo a veces el vivir alejada de la gente, me pregunto muchas cosas socialmente, pero no soy tan valiente como tu Sebastián.

    Abrazos y un café.

    ResponderEliminar
  12. Me alegra leerte, María José. Señal de que estás mejor :)

    Este micro se podría titular "El colmo de la desgracia". Al pobre Sebastián no le falta mas que haya un terremoto y le caiga un balcón encima.

    Me ha encantado compartir este jueves contigo.

    Un abrazo.

    ResponderEliminar
  13. Me alegro de leerte en este micro aunque para leer y comentar yo si que ando mendigando un PC el mío a "petao" ya veremos si tiene arreglo.
    Si, si, si hemos coincidido y no solo en el perrillo, sino también en el "sin techo" a quien acompaña, en tu caso, es Cecilia, generosa ella, compasiva, confiada, ¿que desalmado se cruzó en su camino?
    Beso grandote preciosa.

    ResponderEliminar
  14. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

    ResponderEliminar
  15. Perdón por ese "HA petao"quería decir.besitooooo

    ResponderEliminar
  16. Querida Maria José, me alegro mucho de que estés "en marcha", todo es empezar... aunque sin prisas...
    Un relato triste, pero con un contenido muy intenso... ¿Sebastián ha decidido vivir "marginado"? nunca lo sabremos, no creo que lo sepa ni él. De todas formas, si él piensa que ha sido elección propia y a él le hace feliz...Qué complicadas son las cosas... caray.
    Pobre Sebastián, pobre Cecilia...
    Un besito, querida amiga y gracias por tu visita a mi nueva casa.

    ResponderEliminar
  17. Bonito relato para la soledad compartida. La felicidad se nos niega en cualquier esquina, unos, como Sebastian la arrastan, otros, como a Cecilia, se la arrancan.
    Un beso

    ResponderEliminar
  18. Breve pero contundente, ¿como era aquello? "el hombre es un lobo para el hombre", ¿no? . La sociedad a veces empuja a la marginación y después estigmatiza al marginado, ¿quien lo comprende?
    Un beso.
    P.D.: Menos mal que dices que no estas al 100%, jajajajajajajaja

    ResponderEliminar
  19. Pues me alegra que aquí estés, con todos tus rollos y con tu excelente relato.
    ...estar lejos de todo, a veces se encuentran sobrados motivos para hacerlo, pero hay que revertir la inclinación, enderezar el norte, y seguir...

    besotes y abrazotes.

    ResponderEliminar
  20. También en la distancia corta, dejas un rastro de buen perfume.

    Relato con sabor a sal y dorada arena de playa. A decepción y rabia. Nuestra marginación tampoco es suficiente... ¿qué nos queda ya?.

    Besos

    ResponderEliminar
  21. Quedo impresionada por la elocuencia de esa foto que colgaste, tanto como la de tu relato breve, y dos veces bueno.
    Que destino se les niega y se ensaña con esos seres?
    Entristece y emociona, y uno querría otro final para tus personajes, pero...aveces por el bien de la prosa, es mejor dejarlo así!
    Besote

    ResponderEliminar

LAS PALABRAS DE MIS AMIGOS

FELIZ AÑO 2024

  7 meses sin escribir en el blog y vuelvo como en años anteriores con deseos de compartir que esta comunicación ocasional no se termine. Ha...