Genaro se enamoró de aquellas gafas de cristal amarillo. El óptico lo animó a comprarlas asegurándole que cuando se las pusiera vería el mundo de forma diferente.
Aunque escéptico, siguió las instrucciones al pie de la letra que le indicaban que debía colocárselas sólo durante pocos segundos hasta acostumbrarse. Así lo hizo. Cada vez más ansioso, aguardaba a que se produjera el tan deseado cambio.
Un día, cuando menos lo esperaba, al mirar por sus cristales amarillos, contempló con estupor que el color de su mundo se había transfigurado. Fue hasta la ventana, el sol, amarillo como los cristales, refulgía con una extraña intensidad, iluminaba tanto que las sombras habían desaparecido. A salir al pasillo, comprobó que los rostros amarillentos de las personas con las que se cruzaba, irradiaban una alegría extrema. Hasta él, siempre miedoso, inseguro y apocado se percibía distinto, poderoso.
Con sus nuevas gafas de cristales amarillos se sentía el rey de su nuevo universo. Entonces supo que se había producido el cambio. Él era testigo del nacimiento de un mundo diferente, justo lo que anunciaba la publicidad de aquellas lentes, con las que podría enfrentarse a todo y a todos. Decidió no quitárselas jamás.
—¡Genaro! ¿Otra vez te has puesto las gafas amarillas? ¡Te he dicho mil veces que no te quiero con ellas en la cama que te puedes marear! Quítatelas y prepárate que el psiquiatra pasará a verte en pocos minutos.
Es muy bueno. Y sí, las gafas amarillas, en mi caso eran de cristal rosa, nos hacen ver el mundo mejor, así que por qué no tenerlas siempre a mano, ¿no?
ResponderEliminarUn abrazo y porque el estigma de la enfermedad mental desaparezca. No es justo.
Gracias, por pasarte a leerlo y sí, ojalá terminemos con el estigma. Un beso
EliminarMuy buen corto donde unas gafas en un momento dado le puede cambiar la vida a una persona , aunque sea a ratos . Y después tenga que ir al psiquiatra. .. Un abrazo
ResponderEliminarSí, una forma delirante de ver un mundo bello.
EliminarPues hacen falta gafas así... Muy buen relato!
ResponderEliminarBesotes!!!
Ojalá existieran para ver las cosas mejor. Gracias.
EliminarUna gafas mágicas necesitamos todos, que pena que en este caso su dueño tenga problemas. Un abrazo
ResponderEliminarYo las usaría rosas
ResponderEliminar=D
Yo, también.
EliminarTal vez no se necesiten gafas para ver el mundo del color que prefieras, rosa, amarillo, azul ... Si ves el mundo del color que tu quieres eso que ganas.
ResponderEliminarEs muy interesante lo que has escrito, un abrazo.