Borrachera anestésica
Cuando recibió la orden de contar hacia atrás desde cien, lo hizo sin pensar: 100, 99, 98..., se le vino a la cabeza lo que tantas veces había escuchado sobre un túnel oscuro y sombrío en cuyo final reluce una luz... 77, 76, 75..., según cuenta los que habían atravesado, la luz es mágica, cuando la divisas lo único que quieres es seguir caminando hacia ella... 55, 54, 53..., sin embargo, cuando estás cerca e ilusionas con entrar dentro de la luz eterna es cómo si unas manos grandes y fuertes te arrebataran del disfrute de la misma, echas marcha atrás en el túnel... 42, 41, 40..., y vuelves a la vida después de haber padecido una experiencia cercana a la muerte... 10, 9, 8... ¡MUERTE! voy directo al túnel, y eso que veo allí...¡horror! es la luz...¡No! ¡No quiero ir a la luz!.. 3, 2, 1, 0...
—Cuando quiera doctor, puede comenzar.
Tengo que contar hacia delante es la única forma de salir del túnel 0, 1, 2, 3, 4, 5, 6...30, 31, 32, 33...56, 57, 58...70, 71, 72..,97, 98, 99 y 100. ¡Bien! Escapé. Tengo que abrir los párpados, un último esfuerzo... Pero, ¿qué es eso? ¡Noooooooooo! La luz
—Doctor —dijo la enfermera—, este hombre se ha despertado.
—Imposible —dijo el anestesista—. Aún queda cirugía para rato.
—Pues este hombre tiene los ojos abiertos y mira directamente a la lámpara.
—Le pondré un poco más de anestesia.
Se le cerraron los ojos y dejó de ver la luz. Se abandonó a su suerte, estaba claro que con túnel o sin él, la luz está siempre dispuesta a engullirte. ¡Ojalá llegaran a tiempo las manos!
Más relatos sobre el túnel en el blog de Charo
Qué inquietante me ha resultado tu túnel...
ResponderEliminarEs verdad, el tuyo si que era bueno, disfruté.
EliminarMuy bueno, éste si que no quería ir hacia la luz.
ResponderEliminarUn beso
En verdad el pobre no sabía si ir o no jajaj
Eliminarjeje muy buen relato!
ResponderEliminar=)
Gracias Mónica.
EliminarPobre hombre estaba hecho un lio con las luces. Muy original y perturbador relato. Un placer leerte.
ResponderEliminarSaludos
La anestesia lo emborrachó de pesadillas.
EliminarQué horror de quirófanos, cuenta atrás y luces que te deslumbran. Mejor entrar ya sedado. Me ha resultado tan real.
ResponderEliminarbesos
Impone y tú los sabes :)
EliminarUffff...agobiante por momentos...creo que por el ritmo trepidante que lleva...
ResponderEliminarEs agobiante desde su inicio hasta el fin es lo que tiene estar en el límite entre la vida y la muerte. Gracias max por venir a mi casa
EliminarQue desesperante pasaje por la anestesia, su propio temor a la muerte lo hizo despertar! Menos mal que luego lograron compensarlo. Pero que buen juego has hecho con las luces, la del túnel, la del quirófano, me encantó!
ResponderEliminarUn abrazo!
Gracias Sindel.
EliminarProbablemente sea una pesadilla, indicio de su temor a la operación. Razonable temor.
ResponderEliminarSalvo que haya algo extraño acechando, que es lo que se sugirió en algún momento de tu relato.
El acecha es su propio miedo a dejarse vencer por es a luz y que se lo lleve al más allá. Un beso
EliminarQue agobio, abrir los ojos y encontrarte con las caras tapadas por esas mascarillas verdes, uffff!
ResponderEliminarUn tunel que muchos hemos recorrido en alguna ocasión.
Besos.
En efecto y si estar aquí es lo mejor de haberlo atravesado ;-)
EliminarInteresante relato que habría que desmenuzar un poquito para desentrañar su metáfora. Miedo y deseo parecen ir de la mano. Sí pero no, quiero y no puedo, amor odio. La vida está repleta de ambivalencias. Oscilamos entre el bien y el mal, la vida y la muerte. Tal vez esas manos gigantes fueran unas manos maternas. Unas manos que si bien antes estaban en el último momento, parece que dejaron de estar.
ResponderEliminarMe ha gustado muchísimo tu relato María José. Un fuerte abrazo
Lo has desgranado a la perfección, ese es el sentir del relato. Un beso
EliminarNo estaría mal poder contar atras y adelante las horas, días, semanas, años... y viajar así de libre. El lío que se hace con el tunel, la luz de la muerte, la de la lámpara... parece una abducción marciana!!!
ResponderEliminarBeso.
¿Te imaginas que pudiéramos hacerlo ? El lío es producto de la borrachera ;-) Besote amiga
ResponderEliminarMuy bue relato Ma. José! perturba, confunde y además la luz lastima los ojos, pero que se le va a hacer, se la necesita para la cirugía! queda confiar...
ResponderEliminarbesote
Puede resultar altamente inquietante y aterrador ir hacia una luz que supone el paso hacia el otro lado de la vida. Esa cuenta atrás es angustiosa y has creado el clima de tensión necesario para que así sea. Luego es una simple anestesia, pero es igualmente inquietante la posibilidad de no despertar de ella.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo.
la anestesia total nos hace sentir sensaciones parecidas a las de tu relato ......
ResponderEliminarponer en palabras lo que se pasa cuando un doctor anestesista te duerme...o cuando te despiertas, es difícil. tú, sin embargo,lo has conseguido. además, con esos conteos has añadido intriga, no, intriga no, sino suspense, eso es¡¡¡
ResponderEliminarmedio beso, de las morenas.
Hola, María José:
ResponderEliminarMe ha sorprendido el desarrollo de la trama y ese final que es en realidad un continuará. No lo esperaba.
Un saludo.