Un viaje iniciático
Todas las mañanas, nada más llegar al trabajo leo a fondo el periódico. Esta costumbre la he adquirido recientemente; solo y exclusivamente para darle la razón al gobierno que tacha a los funcionarios, y yo lo soy, de vagos, prepotentes e incumplidores. Antes, nada más ticar me ponía a darle a las teclas, primero de la máquina de escribir y luego del ordenador; porque yo soy capaz de adaptarme a los avances, cosa que según esa partida de chorizos y corruptos, los funcionarios no hacemos. Bueno, a lo que iba, que leyendo las últimas páginas del diario encontré un anuncio que llamó mucho mi atención:
El gatoZen
Cruce fronteras por un módico precio. Le proponemos un viaje iniciático que nunca ha imaginado.
En realidad lo que me gustó fue la frase “por un módico precio”. No es por volver a dar la tabarra pero no sólo nos llaman de todo y nunca nada bonito, sino que nos han bajado el sueldo unas pocas de veces y ahora, lo tenemos más congelado que la merluza de Pescanova en altamar. Mis ahorros me han ayudado a tirar un tiempo pero ya estoy más tiesa que la mojama y, sin embargo, necesito cambiar de aires.
Todos los domingos se lo digo a Purita, mi amiga: «Niña, estamos amojamás, se nos va a vida y ni nos enteramos; tu y yo peinamos canas y más desde que el sueldo no da para ir a la peluquería y tenemos que usar el tinte del Mercadona, así que debíamos de hacer un viajecito...
Esta era la ocasión.
Llamé al teléfono y una señorita, parecía por el habla china o japonesa, me atendió muy amable. Le expliqué que mi amiga y yo queríamos cruzar la frontera pero que no queríamos dejarnos el sueldo en el viaje, que nos buscara lo más barato pero con calidad. Por ahí ya empezamos mal, porque ella insistía en que barato y calidad nunca iban juntos, y yo le repetía que en el anuncio hablaba de precios módicos y así, dale que te pego a la lengua durante un rato. Yo no tenía prisa y ella tampoco. Acordamos que por el precio que yo le ofrecía podía darme el viaje que ella llamó: En ocho minutos.
No quise preguntar más pero tampoco entendía como podríamos llegar en ocho minutos a la frontera más cercana. Me debatí mirando el google map entre si sería Portugal por Huelva o Gibraltar que ahora estaba tan de moda. Telefoneé a Purita y se lo conté y como le dije que yo la invitaba no puso pegas ni reparos y ante mi duda sobre los ocho minutos me convenció de que sería una forma de hablar, que se trataría de un autocar muy veloz. Tampoco objetó que tuviéramos que ir a la calle del Tocino donde estaba la agencia El gatoZen, ambas imaginamos que el autobús saldría desde ahí.
El día señalado para nuestra partida, el viernes a las cinco de la tarde, nos presentamos con nuestro equipaje de mano delante de la puerta de la agencia. Como no veíamos ningún autocar entramos y pude comprobar que efectivamente llevaba razón, la señorita era de ojos achinados, mi conocimiento de los países orientales no daba para más. No sé como la chica nos reconoció de inmediato, se extrañó al vernos con las maletas, y quiso que las dejáramos en la entrada, nos hizo pasar a través de una cortina de terciopelo color rojo a una habitación muy espaciosa donde había muchos cojines en el suelo. Purita y yo nos miramos, y entonces comenzó a sonar una música muy relajante. Instantes después, una voz por encima de la música nos decía que nos sentáramos y nosotras obedientes lo hicimos
—Debe ser que sale con retraso y nos entretienen de esta manera —dijo mi amiga mientras dejaba caer sus casi cien kilos en uno de los cojines.
La chica de la entrada nos sirvió un té que sabía a rosas. Un detalle muy bueno, así entonábamos el estómago antes de la partida. Nada más beberlo sentí una relajación grandísima.
—Oye, Purita ¿Y si nos han drogado? Yo me encuentro fenomenal. Hasta me está entrando sueñecillo. A mí esto me suena a chamusquina. ¿Y si nos han drogado para robarnos?
—¿Tu crees? Pues se van a dar con un canto en la boca porque yo no tengo un euro. Que no mujer, no seas desconfiada. Disfruta del momento.
Por el altavoz, la misma voz de antes, nos ordenaba que respiráramos profundamente con los ojos cerrados. Que nos centráramos en inspirar y espirar, inspirar, espirar, inspirar, espirar... Al cabo de un rato ordenó que nos acercáramos y que nos tocáramos los brazos suavemente, sin abrir los ojos. Como marionetas en manos de su amo obedecíamos sin rechistar. Luego nos indicó que nos tocáramos las piernas, luego el pecho, luego el…
Abrimos los ojos y nos encontramos en una postura de lo más vergonzoso. ¡Dios mío! a punto de meter mano a Purita en su… ¿Cómo podía ser eso?
Me levante de un salto y gritando le dije la chinita o lo que fuese, que aquello era una estafa, que ¡cuándo salía el autocar! Aguantó mi sermón y luego dijo:
—No autocal. Eso es mucha gente, aquí lo más que cluzamos es de cuatlo en cuatlo. Pelo como escogió el selvicio de ocho minutos solo ha podido cluzal con su amiga.
—¿Cómo que opté por el servicio de ocho minutos, yo escogí un viaje para cruzar la frontera?
—Exacto. Escogió un cluce de flontela sexual, que es lo que hacemos aquí. Lo que nunca se atrevelía a hacel nosotlos se lo selvimos en bandeja. Un viaje iniciático… —dijo la cabrona con una sonrisa de oreja a oreja y con los ojos hechos una raya.
jajaja, creo que no era ese el viaje que tu protagonista buscaba, pobrecita. Muy buen relato compañera. Un besote
ResponderEliminarte aseguro que no, pero a Berta le pasa de todo maja
Eliminarjajajajaja, muy bueno
ResponderEliminarSi quieres conocer más de quien es Berta puedes leer las entradas del blog referentes a Anécdotas de una de 50 y ...
EliminarGracias por dejar tu comentario.
Que bueno tu jueves! Como siempre que quedo con ganas de más....
ResponderEliminarGracias por las risas.
Besos guapa amiga.
Es que Berta es un caso, mira que en lo que se ha metido jajaja ;-) Gracias Lucia.
EliminarMira mira quién escribe lo de la "moto". Genial, has estado genial. No sabes tu bien lo bien que conozco las fronteras de los cincuenta, todas, que es cuando uno se plantea que no va a vivir otros tantos. La de los sesenta son más relajadas, garantizado, la de los setenta, está por ver. Besos para ti y para Berta, ahh y dile que se encuentra en la segunda adolescencia, que la aproveche bien c.ñ. Besos.
ResponderEliminarjajaj yo creo que tb andaba como una moto y sin cafeína. le paso tu mensaje a Berta. Un beso
EliminarCafeina tal vez no, pero esa infusión relajante creo que a ambas las relajó en demasía. Nuevas experiencias a módicos precios. El cruce de fronteras no era precisamente el que ellas esperaban, lo cual me lleva a pensar que hay que leer siempre la letra pequeña de los contratos. :)
ResponderEliminarUn abrazo.
A veces la vida nos da sorpresas...como dice la canción. Lo de la letra pequeña es una realidad, yo me echo a tembar jajja. besos
Eliminarun cuento chino! jajajaja! Vaya! si habrá que ser cuidadosos con algunas promociones, o nos desgañitamos pidiendo referencias previas o nos abstenemos a las consecuencias! Muy original y bien contado tu relato!
ResponderEliminarBesos!
Gaby*
Gracias Gaby por venir a comentar y sí hay por ahi más de un cuento chino que merece ser contado ;-)
EliminarMaría José!! tu relato me ha sorprendido y divertido!!
ResponderEliminarGracias Lao, una manera diferente de ver el camino ;-)
Eliminarjajajajaja, bueno, pues como también soy funcionario, estoy en mi despacho en la facultad, no tengo clases, y quiero dar la razón a los que nos tildan de vagos...AQUÍ ME TIENES DE RONDA JUEVERA, y lo que te rondaré, morena (bueno no, que luego me voy con el de métodos matemáticos a por el caraja al ron, cantina, jajajajaja...)
ResponderEliminarY bien, MENOS MAL...que lo has ambientado con dos mujeres, llegas a meter a Pedro y Luis, y echo el café del desayuno, jajajajaja
Excelente!!!!!
Un besazo
Yo también soy funcionaria, como Berta, que te crees jajaja te acompaño en la ronda juevera jajaja
EliminarComo funcionaria que soy declaro que tampoco me llega el parné para naaa, así que dame el número de la china, por probar que no quede, aquello de que nunca digas que de esa agua no beberás.
ResponderEliminarIncentiva la imaginación lo del sueldo congelado cual merluza pescanova, lo compruebo al leerte, jocosa, ingeniosa, genial.
Besito de funcionaria a colega.
Nada Natalí, pues ya sabes el tinte del Mercadona que no tapa mucho pero para algo da jajaja. ¡Fuera los chorizos!
EliminarBueno, pues tuvo una anécdota que contar, ya ves, Berta te ha regalado una entrada de blog...
ResponderEliminarUn abrazo.
Berta siempre regala una sonrisa para alegrarte el día. ;-)
EliminarMuy divertido, María José, me imagino a la china diciéndole eso que pones al final, con su acento y todo, y a las otras dos mirándola asustadas. Jajajaja. Gracias por hacernos sonreir. Un beso.
ResponderEliminarYo me partía mientras lo escribía ;-)
EliminarUn APLAUSO. Me he divertido y reído leyendo tu relato, que buena falta me hace. Ha estado genial!
ResponderEliminarRespecto a tu comentario en mi relato de este jueves, hasta ahora, eres la única que ha captado el verdadero mensaje del mismo: la felicidad que da el camino de la cama ;-)
Bss.
jajaja, ta te digo a la hora que estaba comentando no me veia la manera de encontrar el camino a la cama ;-)
EliminarMuy divertida esta historia que me parece va a tener continuidad, ¿no? Leeremos las anécdotas de una de 50 y ...
ResponderEliminarBesos.
Este personaje se merece nuevas anécdotas ;-)
EliminarJajaja que divertido María José tu relato, ese final es maravilloso, y bueno hay que tener cuidado con esas promociones, porque a la larga lo barato termina costando caro.
ResponderEliminarUn besote.
Pues si Sindel lo barato suele tener gato encerrado ;-)
EliminarAy Dios! Soy funcionaria y me queda poco para cumplir 50, me veo con Berta y con Purita disfrutando de nuevas experiencias!!!Muy divertido.
ResponderEliminarVeo que te has identificado con ella jajaja
Eliminar¡Ay amiga, mira que si el viaje que me ha tocao es algo asi de exotico jajajajaja que bueno.
ResponderEliminarUn abrazo
Muy buena tu historia Maria José. Menos mal que tomaste tú la iniciativa y no tu amiga de cien Kilos... Por cierto, frontera que muchas personas han pensado cruzar alguna vez, ¿o no? Cómo se nota que dominas el arte de la pluma. Un abrazo
ResponderEliminarQuizá muchos agradecerían que alguien les ayude a cruzar la frontera. Me ha encantado visitaré a Berta a ver que más anécdotas nos cuenta.
ResponderEliminarBesos.
y bueno... por un precio módico!!! Pero Berta puede con esta aventura y muchas más. Yo por el momento, paso!
ResponderEliminarBravo por Berta.
besos
Me has arrancado una sonrisa, esta Berta como es... el precio módico le salio con sorpresa y no precisamente en las fronteras, o si? las del placer compartido... jaja
ResponderEliminarBesos
Está visto que no puede una fiarse de los precios módicos, a mi esta Berta es que me ha gustado, habra que seguirla...
ResponderEliminarUn beso.
(gracias por estar atenta, solo ha sido menisco y ligamentos para reparar a mi futbolista, ya en casa mejorando)