De vez en cuando hay que parar, mirar atrás y reflexionar. Con ello nos situamos en un plano distinto.
Dejamos a un lado la rutina diaria, con un quehacer incesante donde siempre echamos de menos el poder tener unos minutos para dedicarnos a nosotros mismos y nos adentramos en un mundo construido a base de deseos, de futuros inciertos, de fracasos y éxitos, de decepciones, soledades, amores y desamores.
Nuestra vida es como una novela o mejor dicho, las novelas están sacadas de las vidas de las personas. La diferencia es que en la novela, el final lo ponemos a nuestro gusto, incluso hay novelas en las que puedes elegir el final como la de mi querida amiga y compañera indie Olga Miret y que se titula: Feliz al primer click, en la que ha planeado tres finales y tu escoges el que más te guste, más te llene o te redondee mejor la novela, mientras que en la vida a veces lo que ideamos, planificamos se nos resiste y el resultado no es el esperado.
Decía esto porque cuando reflexionas, sin tener que hacerlo en el más puro y fiel sentido filosófico, sino de una manera menos complicada: considerar con detenimiento algo y, echas la vista atrás, el panorama que disfrutas puede que se asemeje poco a lo que tu diseñaste en tu mente.
Hace unos días, en el acto KDP Amazon, celebrado en Madrid, a todos les interesaba saber desde cuando escribía, por qué lo hacía, si era algo que había deseado hacer siempre... Preguntas que pocas veces yo misma me había planteado. Respondí con la verdad. Nunca estuvo en mi mente escribir, di el paso de lectora empedernida a escritora en un momento de mi vida en que por cuestiones personales necesitaba rellenar huecos y porque en mi cabeza comenzó gestarse una historia que poco a poco iba tomando forma, casi sin mi participación, con unos personajes que se perfilaban interesantes y que no dude en plasmar en el papel. Así de simple fueron mis inicios.
Como dice el refrán El hombre propone y Dios dispone, y en mi caso, tras esa primera novela, vino una segunda y una tercera; un gusanillo iba metiéndose dentro de mí, haciendo que cada vez pasara más tiempo escribiendo y menos leyendo, que mi mente siempre estuviera creando escenas, imaginando diálogos y buscando palabras con las que definir tal o cual sentimiento. Y de pronto me vi sumergida en la necesitada de buscar lectores, ya no sólo me gustaba escribir sino que quería que me leyeran (el ego del escritor lo llama Bruno Nievas).
Los encontré de manera gratuita para Vida y milagros de un ex; con eso me bastaba, me servía de alimento para continuar escribiendo. Después con la llegada de Amazon, recién instaurado en España, pensé que a lo mejor debía buscar lectores que pagaran por leerme, aunque fuese a un precio mínimo, y los encontré, en abundancia. Bajo los Tilos ha tenido muchos lectores en Amazon y dentro de poco en su nueva andadura, con B de books, espero que aún tenga más en el resto de plataformas. Sí, sin yo proponérmelo, una editorial se interesó por mi novela, cuando me lo propuse (al principio de comenzar a escribir) me dieron con las puertas en las narices. Había conseguido más y más y mucho más de lo que me era posible imaginar. Ahí estaba yo feliz y entusiasmada con los avances que iba teniendo. Aún tenía otra novela pendiente de publicar y embriagada por las mieles del éxito la subí a Amazon. Las primeras reseñas no se hicieron esperar. La caricia de Tánatos gusta y mucho.
Qué mayor alegría que saber que los lectores disfrutan con lo que escribes, comparten tus puntos de vistas, están contigo alentándote a continuar por esta senda y..., entonces es cuando reflexionas y miras hacia atrás y luego hacia delante, y te das cuenta de que ya estás inmersa en otra novela que es continuación de la anterior y tienes en mente, dos o tres más para cuando concluyas ésta: Escribes, escribes y escribes. Miras a ver que lugar ocupan tus novelas obsesivamente, si has vendido una o cien, si la reseña o comentario es bueno o malo, y todo eso contamina tu vida. Tienes que promocionarte más: redes sociales, tuiter, facebook, más tuiter, más grupos de facebook de los que puedes abarcar, pero es el único medio de llegar a más y más lectores... y en ese momento es cuando te detienes, vuelves a reflexionar y recuerdas algo que Ramón, tu profe de escritura siempre dice: Con la escritura hay que divertirse, pasárselo bien...y recuerdas con alegría cuando lo hacías y con pesar que ahora no lo haces.
Ultimamente no me divierto escribiendo porque no lo hago pensando en mí sino en un sin fin de cuestiones accesorias que dominan mi escritura.
Quiero volver a pasarlo bien, quiero escribir cada vez mejor, quiero que me lean pero no a cualquier precio, porque al final tengo la impresión de que todo va en detrimento de mí como persona.
Quiero volver a disfrutar escribiendo, simplemente eso. ¿Lo conseguiré?
Seguro que lo conseguirás y te saldrán historias preciosas.
ResponderEliminarNo sé Manuela, hay algo que me está machacando y no doy con lo que es . Gracias por venir a mi blog y dejar tu comentario.
EliminarInteresante reflexión. Creo que cuando llegas a cierto lugar, no solo no hay vuelta atrás, sino que a partir de ahí nada volverá a ser como era. Supongo que la clave está en descubrir cosas que llenen el hueco dejado por las que nunca volverán e ilusionarse con ellas sin añorar los tiempos pasados. Eso, o dejarlo todo...
ResponderEliminarEduardo, es muy complicado llegar y no saber donde estás en realidad. Quizás tengo que aprender de nuevo a estar en paz con mi escritura y prescindir de todo lo que la rodea.
EliminarNo sé que ha pasado que se eliminado mi comentario.
ResponderEliminarTe decía que comprendo perfectamente tu preocupación. Fíjate que yo solo escribo en los blogs y muchas veces me he sentido presionada porque el tema propuesto no me inspiraba, y después he sufrido el agobio por ver los comentarios de los lectores como si sin ellos lo escrito no tuviera valor alguno, no recordamos que las primeras letras las hemos escrito para liberar nuestros sentimientos, sin estar dirigidas a nadie salvo a nuestra propia satisfacción, que son la vía de escape de nuestros fantasmas internos, pero con el tiempo lo vamos olvidando y necesitamos reconocimiento, ese ego que emerge en todos.
Estoy segura que conseguirás escribir divirtiéndote nuevamente, olvida tantas reglas, deja en un segundo plano lo correcto y lo incorrecto, y deja fluir las palabras sin pensar que otros van a leerlas, dedícatelas a ti misma.
Besos.
Has dado justo en el clavo y me alegra saber que hay más personas como yo, que se han planteado este mismo problema. Lo malo es que ahora quizas esté en un camino sin retorno. Esperemos que no.
ResponderEliminarCreo que me encuentro en un punto parecido al tuyo, la vorágine de la promoción, del intento para que más gente lea tu obra y descubra tu historia logra que se pierda un poco el sentido de todo esto, que no es otro que escribir, mejorar, aprender a narrar con estilo y con gusto, es contadora de historia y no vendedora. Tu reflexión me suena muy cercana. Y creo que hay que regresar a los orígenes, a lo importante, y siempre tener presente las palabras de Ramón, lo importante es divertirse, sino, para qué tanto trabajo. Un besote
ResponderEliminarEs bueno pararse. Creo que me ha venido bien, hablar conmigo mismo. Besos
EliminarAy, compañera, esa es una de las frases de Ramón que deberíamos enmarcar. Yo creo que la tengo siempre muy presente, porque de verdad sigue divirtiéndome cuando estamos a solas, mis personajes, mi historia y yo. Ahí ni me acuerdo de las listas de ventas, de las reseñas, o de si este dijo o la otra dijo.
ResponderEliminarEs cierto que las redes sociales, que de tanto nos sirve para promocionar nuestras novelas, son a la vez una trampa, que en el mismo día te sube a los altares o te baja a los infiernos. Se trata de serenarse, relativizar, y confiar en tu trabajo. Una palabra amable de un lector debe servir siempre para seguir adelante y tratar de hacerlo cada día mejor.
Besos.
La voy a enmarcar y a ponerla en un pos-it en la pantaklla de ordenador, de esa manera no la olvidaré. Gracias Teresa por tu comentario.
EliminarEstáis hablando de una fina línea que separa lo literario (la afición, lo que nos gusta) de lo "no literario" (una necesidad, una "obligación", que llega a convertirse en una vóragine que nos atrapa y que nos llega a agobiar). Sin darnos cuenta, el mucho tiempo que pasamos escribiendo y el poco que dedicábamos a promoción, pasa a ser poco tiempo escribiendo (incluso nada) y mucho para la promoción. Craso error. La promoción en sí misma se convierte en un fin, en una meta, y olvidamos que lo verdaderamente importante es lo otro. Mi consejo es plantarse en ese punto y ser consecuentes con nosotros mismos. Está bien que, tras escribir y publicar, se dedique un tiempo a promocionar, pero ese tiempo ha de ser una transición entre el libro anterior y el que vendrá después. Tras un tiempo prudencial de promoción, es muy importante volver a escribir y dejar que lo "anterior" siga solo su camino. No hemos de tener miedo a "desaparecer" durante un tiempo de las redes sociales y de internet. Tampoco esa desaparición ha de ser absoluta, pero sí hay que poner límites y dedicarle un mínimo tiempo, como parte de esa "obligación" de promocionar, que no ha de pasar a ser obsesión. Ese miedo a que nos olviden no es real, y a los lectores les viene bien e incluso agradecen un periodo de descanso entre libro y libro. Es un error llegar a creer que la promoción es más importante que los propios libros. Si un libro no es bueno, no habrá publicidad que haga pensar a los lectores lo contrario. Y si un libro es bueno, le bastará poco para que sean los lectores quienes lo difunden y le den el reconocimiento que merece. El esfuezo, el tiempo y la dedicación se han de centrar en escribir y mejorar lo que escribimos. Si olvidamos eso, nos agotaremos, además de dejar de divertirnos escribiendo. Y otro detalle: no hay mejor publicidad para lo ya escrito que el éxito de futuras obras.
ResponderEliminarAbrazos
Mi esfuerzo irá en esa dirección que propones de escribir y mejorar. Habrá que dosificar las cosas para que no sentir ese vacio que te hace plantear acciones más drásticas. Gracias por tus consejos, como siempre me llegan.
Eliminar¡ Hola, María José, cordobesa, juevera con aromas de café de palabras !!!
ResponderEliminarNos has rozado la sensibilidad, esa que nos recuerda lo que de verdad queremos ser. Que humanos somos.
Mientras te leía, pensaba que yo, que no escribo, ni tengo que promocionar nada en face, ni Twuiter, ni en lad redes de los barcos que en la madrugá salen del puerto... tampoco me divierto. Es más no soy feliz.
Me conformo con juntarme con los amigos, leer nuestras ocurrencias, soltar lastres y volver a puerto con un puñado de sonrisas.
Cuando publique, ese día, graparé tus reflexiones en la portada, para no tener que promocionar nada que tenga que ver con lo se quiera vender. Hablaré, eso sí de vosotros, de nuestras reuniones, de ilusiones inalcanzables, de escribir, de reunirnos cada año a comer, de moar en el mejor aceite de oliva virgen extra, de abrir unas botellas de vino, de comernos unos dulces borrachitos que alegran la sobremesa, es lo que nos une.
Porque leer ,a veces, es sólo camino; la escritura, paisaje de los secretos, las personas...
Hace unas semanas estuvimos en la conferencia de un académico de la lengua. Fue preciosa. A sus setenta y tanto y bien llevados años, llenos de lecturas, libros, conferencias... le pregunté que si se alegraba de haber dedicado tanto tiempo de su vida, de su Vida a eso.
O por el contrario no envidiaba un poco al joven ignaro de veinte años, trotamundo, que fue conquistador de una hermosa novelista llena de cultura y que le doblaba la edad. Allí estábamos esperando los de Café de Palabras, la respuesta mágica...
Reconoció que después de recrearse en paisajes que las novelas describían, quiso pasearlos. Al llegar, casi todos estaban por debajo de sus expectativas, de sus ensoñaciones, de lo que esperaba, en sus colores y aromas, rincones y esquinas.
Las respuestas son como los finales de los libros buenos, siempre es mejor que sólo se perfilen.
Yo, en Córdoba, también te pregunté cómo eras capaz de escribir tanto. Y ha pasado un año, y has publicado, viajado...
Qúe humanos somos, María José, que suerte tenemos.De poder decir, escribir lo que pensamos.
Se despiede atentamente, el Josemiguel, el que con un buen helado cremoso, se da por bien pagado.
Un beso!!!
Tus palabras me conmueven y me animan. Sé que nacen del profundo afecto que me tienes y de cómo intentas minimizar esa sensación de desubicación que transmito. Yo también quiero risas al final del día, y sobre todo disfrutar con lo que hago o quiero hacer con mi vida.
ResponderEliminarQue sepas que aún me río cuando recuerdo tu recital a los postres de aquella excelente comida en Jaén.
Un beso
Poco queda por decir después de tantos comentarios, pero quería felicitarte por estas reflexiones.
ResponderEliminarA veces es inevitable llegar al momento de "no retorno", como el de los aviones cuando están a punto de despegar y deben alzar el vuelo. Eso no es necesariamente malo y supongo que uno tiene que buscar el equilibrio y ubicarse de nuevo. Pero en el fondo, me parece difícil volver a sentirse como la primera vez que escribimos, cuando no teníamos tantos amigos escritores, ni tantos grupos que atender, ni tantas expectativas que satisfacer, ni tantas promociones que realizar...
Creo que somos menos libres.
Un beso.
Tu estas muy cerca de esto que cuento. También te sucede y empatizo con tu frase final, somos menos libres, pero a pesar de todo creo que merece la pena. La solución encontrar un punto medio. Gracias Mayte por venir a mi casa.
EliminarA veces me pregunto ¿escribir es un acto íntimo que luego para promocionarse ha de ser obsesivamente público? (por no decir obscenamente expuesto) Escribimos para que nos lean, queremos comunicar, OK, es la base, pero no a toda costa, hasta que resulte casi una carrera de obstáculos la promoción, un entrar en la competitividad feroz, en el control de marcadores ventas y demás. Me inquieta este tema, te comprendo amiga mía. Una escribe lo que buenamente puede e intenta disfrutar (y se sufre en ello)escribiendo, y por si fuera poco (¿o no?), a una la meten en la cinta de despegue que es la promoción hasta que dedica más tiempo a ello que a inventar o a reflexionar o a iniciar otra novela. Aquello de las charlas entre amigos, aquello del sosegado y calmo intercambio.
ResponderEliminarAhora estoy un poco baja de tono, sin embargo el asunto que abordas me parece muy importante, merecedor de un debate a fondo, sobretodo entre los que ponemos letras con más o menos fortuna, a veces me parece que eso está en manos forasteras, en los medios, en algo que se nos escapa.
Un besito muy cariñoso y ánimos, escritora.
Estoy contigo y creo que en cuanto te repongas deberíamos de tratar este tema en profundidad. Por ahora recibe todo mi cariño y mi ánimo. Un besote diosa
ResponderEliminarMaría José además de ser una reflexión siento que estás mostrando un sentimiento tuyo. Admiro como escribís, la facilidad con la que podés armar una novela excelente, y deleitarnos, tenés un don maravilloso y eso es lo único que debe importarte.
ResponderEliminarEs lógico que dado a tan gran salto que dio tu vida de escritora por momentos te sientas confundida, o hasta incomoda, pero es solo un momento, ya volverá esa etapa en la que uno escribe sin presiones ni esperas de resultados.
Yo siempre digo que escribo porque sí (de todas formas no puedo compararme jamás a vos) y eso es lo que hace de esta actividad algo tan especial para mí, pero el día que tenga que hacerlo por obligación o por cumplir, bajo presiones de cualquier tipo creo que voy a dejar de disfrutarlo y de hacerlo. Esta actividad tiene que ser mi cable a tierra, una descarga más que una presión.
A relajarse, todos estos momentos pasan, y muy pronto te vas a volver a encontrar escribiendo porque sí.
Un besote enorme.
Gracias por tus palabras, ese don es lo primero que me lleva a plantearme estas reflexiones pues no sería bueno si lo desperdiciara. Es cierto que todo ha subido demasiado deprisa y he de serenarme y lo intento. Deseo relajarme y decidir tranquila. Gracias amiga
EliminarDeseo de todo corazón que pronto encuentres el proceder correcto, y el equilibrio para disfrutar cuando escribas y cuando promociones...Yo no estoy en vuestro mundo, y a lo mejor me equiboco, pero quizá...Si te tomas el tiempo de promoción como parte del juego en el que te mueves, por ser el medio necesario para llegar a concluir un bello sueño, te resulte más llevadero hacerlo.
ResponderEliminar¿ Recuerdas cuanta veces as soñado con lo que estas viviendo ?
De cualquier manera al final tu tienes la ultima y más sabia decisión, escuchate y hablate con cariño. Estoy segura que pronto pasaran estos momentos y volveremos a disfrutar de otro genial libro. Descansa un poco, sonrie y disfruta de tus logros.
Con mucho cariño y un enorme abrazo....Lucia.
Lucía gracias por venir a compartir esta reflexión conmigo y mostrar tu opinión, que recojo por supuesto y que tendré en cuenta. Sobre todo en los de disfrutar, eso es lo que quiero ;-)
Eliminar¿Porqué escribo? Por que juego
ResponderEliminar¿Porqué juego? por que siento
¿Porqué siento? Por que vivo.
He leido tu reflexión y los comentarios de los amigos, mi pensamiento se acerca mucho a lo que Ramón comenta, hay que darse tiempo Mª José, donde los silencios nos alimenten, luego regresar si hay que hacerlo. Tema para profundizar sin prisas.
Un abrazo muy sentido.
Mi querida Chelo, tu sabes más porque me conoces mejor y tus palabras son aliento a mis decisiones. Me gusta parar, pensar y volver a continuar, disfrutando y compartiendo, sin prisa, como tu bien dices. Un besote
ResponderEliminarCiclos, subidas y bajadas, empujes y frenadas de golpe. La vida que nos cuestiona y pocas veces nos responde.
ResponderEliminarCiclos amiga. Cansancio, desborde y de pronto luego de desahogarnos y patalear un poco ya estamos con una idea nueva para desarrollar en lo que sea y le encontramos de nuevo el gusto al juego.
Reflexionas con sinceridad, con el corazón abierto, y con el mío te escucho, y asiento y pienso, a tu lado, respirando un poco de tu paz, compartiendo un poco de la mía.
un fuerte beso
Mi querida alma gemela que bien hablas sobre los ciclos y como nos afectan y nos amoldamos a ellos para luego d enuevo revelarnos. El cansancio hace mucho,es cierto, pero más la disidia de la contemplación adecuada del problema que bulle como una noria en la cabeza. Quiero tu paz, con ella y con el animo d elos demas encontraré el camino. Un beso
EliminarNi siquiera creo que sea la búsqueda del éxito la que te lleve a dedicar más tiempo a la promoción que a la creación. Pienso que es la búsqueda de lectores, la necesidad de que tu obra llegue al mayor número posible de personas. En ese afán, se rompe el delicado equilibrio entre el tiempo dedicado a crear y el dedicado a promocionar lo creado.
ResponderEliminarEntiendo perfectamente el agobio que supone abordar la escritura desde unos postulados alejados del más puro divertimento. Hemos de gozar con lo que hacemos y, si no es así, es claro que algo se nos está escapando de las manos.
Antes de llegar al punto de no retorno, es tremendamente meritorio ese esfuerzo por pararte a reflexionar, por aclarar las ideas, por escarbar dentro de ti y buscar respuestas a la inquietud que te asalta.
No tengo duda de que encontrarás la forma de seguir disfrutando de tu pasión por la escritura y a la vez recobrar ese equilibrio que al parecer tienes algo perdido.
El verano está cercano y con él más tranquilidada y relaz para para hecr las cosas y sobre todo para pensar. A partir de ahí me será más facil tomas decisiones que no afecten a la auténtca diversión. Gracias Pepe por dejar tus palabras en mi reflexión. Un beso
ResponderEliminarMe ha encantado tu reflexión María José, y creo que me servirá de mucho.Yo llevo escribiendo tres años solamente aunque a veces escribía cuando me sentía mal(muchas veces) porque me lo pedía el cuerpo, pero fue por recomendación psicológica por lo que me fui implicando más y empece a ir a talleres de escritura y cuento. No he publicado nada, pero sería mi ilusión, porque quiero que la gente me lea, creo que debe ser algo maravilloso, pero por lo que escribes no hay que dejarse llevar por esa pasión sino disfrutar con ella.
ResponderEliminarGracias por tu reflexión, te admiro mucho aunque no te conozca personalmente.
Un beso