Nerviosa sonrisa, inquietud en la tripa, ojo avizor... el niño espera; ésta es la tragedia de la marioneta.
La puerta de la calle se abre y papá aparece. Viene a recogerlo, es su día. Un día más, de una semana más, de un mes más, de un año más, desde que se separaron.
Cruzan unas palabras. Por ahora no hay peligro, el tono de voz es normal; un saludo insustancial reflejo de los alejados que están el uno del otro.
El niño confía, se tranquiliza, dispuesto a disfrutar del padre, al que tanto echa de menos, cuando escucha como un rugir siniestro la consabida letanía de insultos de su madre: Lo mal que va el niño en el colegio por culpa de la poca atención que le dispensas. Ultimamente está muy raro, no quiere salir a la calle, ni jugar al fútbol. Está muy respondón, me contesta a todo de malas maneras. A saber lo que le dirás de mí cuando estáis a solas. Lo consientes demasiado y se está convirtiendo en un niño mimado, insoportable y yo aguantándolo todo el día...
El niño baja los ojos, mira al suelo. Quiere que se lo trague la tierra para no presenciar el tan duro final de lo que se avecina.
Vapuleado una vez más, cansado de lo mismo, utilizado como medio para volcar la agresividad que sienten entre ellos, ésta es la tragedia de la marioneta.
Más en casa de Monica
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Entre dos que se detestan, rotos los hilos de la comunicación, el niño como marioneta llora y se siente manipulado y quiere ser querido, ciegos no ven al niño, qué triste función de marionetas, la dan cada día, lamentable.
ResponderEliminarSensibillidad a flor de piel humana la tuya. Besitos.
Una historia tan dolorosa y triste como real. Son pocas las separaciones en donde los hijos no son tratados como marionetas sin voluntad, víctimas inocentes de la violencia entre sus padres o también botín de guerra en medio del combate que se teje diariamente entre la ex pareja que acaba de romperse.
ResponderEliminarMuy triste.
un abrazo y muchas gracias por participar!
Tragico, muy trágico, el destino de un niño que es usado como arma arrojadiza de unos padres que, más que eso, son unos valientes gilipollas.
ResponderEliminarUn beso
Real y triste tu relato. Ningún niño debería sufrir, de ninguna forma, y mucho menos si el sufrimiento viene de sus padres, los que deben velar por su felicidad y bienestar. No entiendo ningún maltrato pero menos el de los niños o los ancianos.
ResponderEliminarUn beso.
Un hijo, arma arrojadiza cuando entre dos despedazan el pasado, el presente y el futuro. Pobre marioneta.
ResponderEliminarUn beso
Los pobres niños son los que siempre salen perdiendo en cualquier separación. Se es egoista y se barre para casa.
ResponderEliminarBuena reflexión
Un abrazo
Y verdad que es. Nunca entenderé como se puede manipular a un hijo en favor de uno de los conyuges. Eso no es querer a un hijo.
ResponderEliminarMuy bueno tu relato.
Bss.
Es un uso que me duele. Hacer daño al inocente para que revierta sobre el que se supone más fuerte que el pequeño, es un acto de cobardía monumental.
ResponderEliminarMarionetas somos un poco todos, si no nos vapulean por aquí lo hacen por allá... si no llega la ayuda alimentaria son los impuestos...
Un beso y un café.
Qué triste historia, pero desgraciadamente muy real!
ResponderEliminarBuenísimo tu relato, madrijuevera!
Muchos besos!!
Dolorosamente es la marioneta de los padres, cuando estos pierden el sentido común, por sus propios egos. Los padres se transforman en dos egoístas, utilizando la marioneta para dañarse.
ResponderEliminarAlgunas marionetas tienen la suerte de volar y recuperarse, claro después de haber padecido.
Una dura realidad.
Que bien plasmada la tragedia.
Un abrazo Maria Jose.
Una auténtica canallada de imposible justificación. Anteponer el orgullo, el despecho, el egoismo, el desamor por la ex-pareja al amor debido al hijo, es de seres sin moral y sin escrúpulos. Lo lamentable es que esta situación abunda, lo cual nos deja entrever la escasa o nula calidad humana de muchos de nuestros congéneres.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo.
Marionetizan a los hijos hasta extremos imposibles, haciendo daño al otro haciéndoselo al niño. Este relato es muy bueno y serviría como toque de atención frente a quienes ignoran la personalaidad del niño para desarrollar con él sus venganzas.
ResponderEliminarBesos.
¡Y cuantos casos hay de estos!madre mía, toda una tragedia para estos niños.
ResponderEliminarUn abrazo
Lola
Marionetas que sienten y padecen la ira y la intolerancia ajena.
ResponderEliminarMarionetas con un futuro, espero que no demasiado lastimado para cerrar el círculo y acabar de una vez con ese teatro miserable que parece repetirse en sesión continua.
Duro y actual.
Besos
que tristeza y que dolor pero es realmente cierto vaya que suele suceder en este mundo que estamos viviendo,
ResponderEliminarUn relato que lo dice todo, que muestra como los adultos dañamos a los niños, a veces sin querer y otras porque no importa.
ResponderEliminarMe quedé con esa imagen del nene bajando la vista, y me trajo a la mente una profunda sensación de soledad.
Un gusto leerte María José.
Un beso
Una historia muy real que al leerla deja una tristeza espesa. Estos niños si que son realmente marionetas en manos de unos adultos que solo se miran su propio ombligo.
ResponderEliminarUn abrazo.
Cuando ya no hay nada en común parece molestar lo único que no se puede separar de esa comunión en la que se incluyó un hijo como culmen de felicidad. Al final son las victimas de la falta de amor y la infelicidad...
ResponderEliminarBesos!!
En la mayoria de los casos, además, el dolor a la marioneta- niñ@, le perseguirá de por vida, sin que nadie haga nada para evitarlo. Duro...Pero actual y real. besos
ResponderEliminarDescribes a la perfección y de una forma aleccionadora (para quien quiera oir y entender) una situación tan dramática como cada vez más corriente. Un buen giro has dado al tema
ResponderEliminarExtrañaba leerte. Bueno, bah... ¡te extrañaba!
besos
lo que me jode del cuentito es que quizá haya una acepción así para eso de la tragedia de la marioneta. ES MÁS, VINIENDO DE TI, DE TU PROFESIÓN, ME TEMO QUE DEBE DE SER VERDAD QUE EXISTA ESE SIGNIFICADO...
ResponderEliminarMECAGUENRUSIA, PUES...
medio beso, psiquiatra bonita.
Moneda de cambio cuando cuando el amor se vuelve odio. Un beso.
ResponderEliminarQue le vaya mal en el colegio y conteste mal casi diria que es usual en su edad. Más con esos padres conflictivos.
ResponderEliminary qué tragedia tan común.
ResponderEliminarese niño feliz de lunes y éste.
yo no creo que sea usual; eso siempre es un llamado y un aviso.
excelente punto de vista.aunque duela.
abrazo
Uno casi puede ver al niño físicamente lanzado, como una pelota, contra la pared del frontón. Que duro, con la disposición a la felicidad que se le intuye. A veces estamos tan ciegos y somos tan egoístas...
ResponderEliminarSaludos, algo empañados por la tristeza, hoy.
Y el niño no se siente querido, sino un arma de destrucción entre quienes debían protegerlo
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