No quiero profetas ni profecías.
Todos la conocían, la respetaban
o mejor dicho, la temían. Su don sobrenatural la diferenciaba del resto
de los mortales. Era capaz de adivinar lo que sucedería en el futuro. Siempre acertaba. Adivina, profetisa, pitonisa, hechicera, bruja…todos
esos nombres se le atribuían a la criatura de cabellos rojos que habitaba una
casita baja al final de la calle. La gente se arremolinaba a su puerta
esperando su predicción; ella cogía sus manos y hablaba: La enfermedad entrará
en tu casa, tu marido te abandonará, tu hija no conocerá a su hijo…Lamentos, lágrimas,
gritos desgarrados, desesperación, no creer creyendo, huídas.
Es difícil
aceptar lo que está por venir, es imposible vivir conociendo lo que futuro te deparará ¿Cómo aceptarlo? ¿Hacer algo para modificarlo?
Para ella, el don, era un
martirio. Sin embargo, por su propia supervivencia se lo planteó desde una
perspectiva positiva, si avanzaba lo que podía pasar, actuaba contra el
suceso; adelantarse en el conocimiento abría un abanico de posibles actuaciones
contra él.
Aquella mañana había sido dura; lo
peor estaba por llegar. Era la última persona: una chica muy joven con
su futuro en negro, no había nada en él,
no existía.
Doloroso momento para ambas.
Tras respirar hondo y salivar su boca reseca le hizo una recomendación
larga que la joven escuchó con mucha atención: ponte en mano de los médicos, cuidado
cuando montes en coche, no andes debajo de los balcones por la calle,
no te asomes a ventanas altas, sube las escaleras despacio, no salgas sola por la noche…Cuando terminó la desesperada retahíla
de precauciones, la chica la miró con fijeza y respondió: Agradezco tu interés. Si no te he
entendido mal, según me dices, mi futuro es el no futuro; por tanto, mi vida es
el ahora, este instante y no sé cuantos más; sin embargo al conocerlo, me has
privado también de ellos, pues mi presente se ve ennegrecido por la futura nada. La curiosidad me envenenó.
La profetisa perpleja hundió la
cabeza en su regazo; la chica llevaba razón. Lloró con amargura y maldijo aquel
don. Se prometió no volver a utilizarlo, porque la gente no está preparada para ello, y lo cumplió.
Nuestra endeble condición humana nos
lleva a ilusionar que nunca nos sucederá nada más que lo esperable. De esa forma, cuando llega nos adaptamos y luchamos
con todas nuestra fuerzas contra ello. La curiosidad es mala consejera; por eso digo, que si yo no pregunto por qué me asustan con con profecías. Dejen tranquilo
mi presente y que el futuro sea mi incógnito camino a recorrer. Dejemos las
cosas estar, lo que tenga que suceder, sucederá.
Esta muy bien el blog, no lo conocía hasta ahora, me pasaré más a menudo a leerlo. Aprovecho para felicitarte el 2012, un saludo!!
ResponderEliminarComo dice un refrán la curiosidad mató al gato. Creo que deberiamos vivir el presente, siempre. Porque el futuro se encuentra allí.
ResponderEliminarEncantada de conocerte, espero que la profecía no se cumpla.
Un abrazo.
vi una peli, de las morenas, en la que el prota sabía de lo que le iba a ocurrir al personal con tan sólo tocarlo...aquello era para el tipo una maldición...y en cierta manera, de existir esta característica, por dios, que debe de serlo...
ResponderEliminarleo, escucho, veo...leo cosas relacionadas con los futuros, escucho programas de misma indole, veo algún documental que otro...y sí, se coincide muchas veces en eso de que si viajas al futuro, lo mismo al pasado, en cierta manera acabarás alterándoo, como tu protagonista cuando predice-viaja-al-futuro...bonita manera de salvar al afectado por sus predicciones...aunque quizá se le olvida la circunstancia de pueden existir mundos apralelos que no interfieren necesariamente en los otros...
por otra parte, desde hace no mucho tiempo sé...fíjate bien, digo que sé, no que creo, que todo está predeterminado...con lo cual aquel que pudiera desentreñar la maquinaria que rige ese predeterminamiento sí que sabría lo que puede suceder, sabría del futuro...ah, te cuento...sé que el futuro está predeterminado por la sencilla razón de que todo está intercomunicado y lo que se dé en un instante así ha de ser y no de otra manera por que debido a las circunstancias que interaccionan entre sí tan sólo pueden dar como resultado, como efecto ALGO...algo , llámalo x...todo tiene una causa, en este caso sus causas...
joderse qué rollo te he soltado¡¡
medio beso.
Desde luego que ver el futuro no debe ser algo bueno,no soy de las que sienten curiosidad, nunca quise que me leyeran la mano, me tiraran las cartas ni me leyeran la bola de cristal, por eso mismo que dice porque lo que tenga que pasar pasará ¿para que quiero saberlo?ya llegará.
ResponderEliminarBesos MªJosé.
Coincido!...el hecho de pretender conocer el futuro nos condiciona -por miedo y presión- el propio presente, o sea, nos corta la libertad de vivir como sintamos.
ResponderEliminarMe quedo con la incógnita de conocer el cómo y el cuándo del final. es más sano así!
Un abrazo.
Maldito don, nefasto si existe de verdad. Todo negativo, envenena a los crédulos ofreciéndoles la angustia. Veo algo enfermizo en esa adivina, algo neurótico, creerse a sí misma la matará o la enloquecerá. Pensó que la gente no está preparada para escuchar lo que vendrá de sus labios de profeta, se calló, ella misma daba crédito a sus poderes.
ResponderEliminarSembró el desespero en la chica, le cortó las alas de la vida y la esperanza, no tiene derecho.
Lástima que se busquen futuros incapaces de vivir presentes y el día a día. Lo que hace el miedo y la curiosidad, sobretodo en tiempos de crisis.
Terrible relato María José, impecablemente escrito. Besitos nada agoreros, verdaderos.
Mª José: Maldito don el de tu profetisa, algo agorera por otro lado, porque al menos en tu relato sólamente predice males. Creo que el conocimiento del futuro nos deja en todo aquello que de nosotros pueda depender, sin libertad de elección y ese es un privilegio irrenunciable. No quiero adivinadores en mi vida. No, no y mil veces no.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo.
Y mató al gato.
ResponderEliminarLo que tenga que venir, déjalo que venga o toma precauciones. la mejor receta...
Un beso.
Pues si, está claro que es mejor no saber lo que pasará, porque viviriamos en un continuo sufrimiento. Hay que vivir el presente, y el futuro Diós dirá.
ResponderEliminarUn beso
Con lo duro que es vivir lo único que nos faltaba es saber las desgracias que nos van a ocurrir. Lo que tiene que pasar pasa. Y afortunadamente nunca sabremos cómo será nuestro futuro ni cuando acabará nuestra vida. Yo tengo motivos para no perderme ni un solo momento del presente y lo demás me importa un "as".
ResponderEliminarUn beso.
muy interesante como necesario tu escrito.. para estas fechas..
ResponderEliminarEl agrado de volver a leerte es inmenso..
Un abrazo
Con mis Saludos fraternos siempre..
Feliz Año 2012 mis mejores deseos..
Lo que va a pasar... siempre preocupados por saber lo que vendrá, y así descuidamos el instante que estamos viviendo.
ResponderEliminarEl relato es excelente, me hizo pensar mucho.
Un abrazo.
El presente es lo único que cuenta y lo único que debe de importar, sin descuidar, por supuesto, el posible futuro que nos debemos ir labrando nosotros mismos día a día. Sin autoimposiciones proféticas.
ResponderEliminarEs una buena reflexión.
Llego aquí atraido or la propuesta de San y me ha gustado.
Saludos
Wow es un maravilloso relato! Me ha gustado, yo estoy escribiendo un micro cuento con este tema de las profecías también. Coincido! Yo preferiría no saber de mi futuro, que angustia el saber por ejemplo el dia que moriré!
ResponderEliminarLo de ver el futuro me suena, lo tengo cerca. Mi abuela lleva adelantándome mi vida desde que era una niña. No puede evitarlo, me mira y me habla. Hay veces que ella tb maldice su don y siempre la ha costado mucho usarlo.
ResponderEliminarBesosssssssssss
Bueeeeeno amiga aquí estamos por si acaso "no dejes para mañana lo que puedas hacer hoy"
ResponderEliminarTu sabes que va para tres años que llego el fin del mundo para una niña muy querida por nosotros e intima amiga de mi hija,aquel momento marco la vida de todos porque yo a mi edad nunca había tenido tan claro que hay que vivir y disfrutar de este momento solo de este porque es lo único que tenemos, hacer planes...si claro el hacer planes te deja soñar y siempre es agradable pero vivir cada momento de nuestra vida como si fuera el ultimo. Un beso grande, grande amiga.
Nunca he comprendido como congeniar la prediccion del futuro con la no predestinacion, en la que creo firmemente. Porque si la prediccion es cierta, haga lo que haga se debera cumplir por lo que ¿Para que me sirve conocerla?
ResponderEliminarUn beso
Estoy de acuerdo, yo tampoco pregunto ni visito pitonisas, el futuro es un misterio que iremos descubriendo día a día, sin prisas, al golpito que decimos en mi tierra. Besitos.
ResponderEliminarSi, lo que tenga que suceder sucedera en cualquier momento y lugar... por tanto vivamos la vida, el presente y a bendecir un dia más...
ResponderEliminarEste es del estilo de tus relatos que más me gustan. Palabra a palabra construyes un relato hermoso que dice mucho.
ResponderEliminarPersonalmente he tenido ocasión de conocer personas que consultan a esas adivinas e incluso vi trabajar a una de ellas. No se si existe o no un don, no lo voy a negar, pero lo que yo vi fue un simple uso del sentido común. Yo habría dado los mismos consejos aunque sin echar cartas.
Por lo demás me sumo al comentario de Manuel y te envío un beso, amiga.
Excelente planteamiento, no sé dónde empieza el relato y acaba la reflexión. Pero tanto uno como otra son interesantes.
ResponderEliminarEl relato brillante y la reflexión discutible.
Es dificil posicionarse en la adivinación, pero cuando no se tiene otra cosa... resulta tan cómodo.
Besos
Ayer vi una película, muy liviana ella, pero que planteaba un poco el tema desde este punto de vista.Vengo de lo de Gastón, y vuelvo a la misma conclusión que me conforma y reconforta: DEJALO SER. Esa es la consigna y me parece lo mejor.
ResponderEliminar(eso sí María José, no me arruines el negocio...firmado Casandra, jajaj)
MUCHOS BESOS Y ABRAZOS DE LAS MORENAS.
Hay que vivir el presente, aprender de todo lo que nos pasa y seguir adelante, fácil receta, pero se torna complicada cuando uno se aferra a lo que no se desea ver, la realidad y ahí tenemos un elenco de pseudoprofesionales de la "voluntad" que hacen su trabajo y en muchos casos te dicen lo que quieres escuchar... No es el caso la profetisa de tu relato, lo sé. Creo que hay que ir aceptando los acontecimientos con su tempo y seguir y ¿quien dijo que la vida es fácil?.
ResponderEliminarUff, que seria me he puesto... me encantó el relato, pero da que pensar y dialogar.
Besos
La angustia de vivir pensando en el mañana no nos deja disfrutar del ahora...pero cuando la adversidad nos toca en el hombro buscamos quien nos allane el camino sin pararnos a pensar en que las piedras de futuro unas veces sirven para construir y otras para machacar.
ResponderEliminarUn beso
Pues pobre mujer la profetisa, sabedora de todos los males humanos, porque bienes poquitos.
ResponderEliminarTu acertada en el enfoque del relato.
Besos racionales