miércoles, 7 de diciembre de 2011

Este jueves un relato: Borrachos, borrachas

Sesión de terapia de grupo
Confieso ante todos que soy un borracho.
En mi descargo debo decir que no siempre fue así y aunque no me crean, porque eso solemos decir todos los que estamos aquí, la culpa no es mía.
Mis orígenes se remontan, más o menos, siglo arriba siglo abajo, a la época en que las legiones romanas atacaban el poblado de Asterix y Obelix, sin que se encuentre referencia alguna a que yo fuera consumidor de este venenoso líquido que según cuentan perturba la mente, desinhibe las pasiones y saca lo peor de cada uno;  y que el hombre es bien dado a verter tanto directamente en su gaznate como en todo aquello que ingiere, véase salsas, carnes, pescados, dulces…
Nací con la intención de perdurar. De ahí mi nombre que remarcaba mi doble cocimiento (bis-coctus), de esa manera se aseguraba mi durabilidad como manjar de pobres y ricos en épocas de penurias.
Mi esponjoso cuerpo, suave mezcla de harina, levadura, mantequilla, clara montada, yema de huevo y azúcar no necesita de ese caldo dulzón y ambarino con el que me riegan, que penetra despacio en cada uno de mis poros hasta los más recónditos lugares. Y sin embargo, lo utilizan. Unas veces me bañan en coñac, otras en ron, con licor de café, de cerezas o con whisky… convirtiéndome en un borracho.
Sí señores, soy un bizcocho borracho por arte y gracia del hombre. Sí señores, soy un engendro más de esa creativa mente humana que busca satisfacer al máximo su sentido del gusto y del que se hizo dependiente, denostando mi fórmula clásica por esaboría, empalagosa, seca y sin gracia.
Y aquí me tienen, penando por mis pecados, que no son mis pecados.
En la actualidad. En esta época que nos ha tocado vivir no estoy bien visto, me señalan, me increpan, me rechazan. Ya no sirvo como desayuno y merienda de niños. Totalmente prohibido en enfermos, que antes se beneficiaban de mi nutritiva composición ante su falta de apetito. Ninguna embarazada me prueba, cuando antes era indispensable en su dieta… Ya no tengo cabida en este mundo postmoderno de vida sana, de gimnasio, de comidas asépticas y como no, antialcohólico.
Confieso que soy un borracho y que quiero dejar de serlo. Sólo con su ayuda puedo conseguirlo. Por favor, no me rieguen, no me bañen, no introduzcan en mí ese maldito licor de Baco que embriaga, responsable de muertes y accidentes. Déjenme seco, pastoso, aburrido. Como mucho, échenme algún yogur que lleve bífidus, que no sé lo que es pero que dicen que es muy sano. Es la única manera que tengo de sobrevivir, de perdurar por los siglos de los siglos. De dejar esta intolerable adicción.
(Silencio)
Y sin más, ruego me disculpen pero me tengo que marchar. En unos minutos comienza la terapia de Adictos al Azucar y no puedo faltar, tengo que convencerles de que usen edulcorante.

20 comentarios:

  1. He pinchado enlace en facebook porque en los blogs aun no me he metido, y me encuentro con esto,¡¡Magistral amiga!! ¡¡me has apabullado con tu originalidad!! ocurrente desde mi punto de vista, magnifica descripción de ese bizcocho, y su posición en esta vida tan sana sanísima que se nos recomienda...con un chorrillo de "Canasta" está estupendo ¡¡Ah!! y con azúcar. Un beso grande preciosa.

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  2. Recordé unas escenas en la película El club de la pelea, quien se pierde de sí mismo, imposible que se encuentre en otros.

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  3. Pues en esa terapia voy a tener que entrar yo... cuando comienza la casa a oler a esos dulces navideños griegos que tanto nos gustan a todos, debería entrar por la puerta principal de los adictos a.... a.... a... todo lo bueno???

    Besitos.

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  4. jajajaja! muy bueno m. josé... me encantó... pobres hacemos problemas a los demás! jaja.. bueno amiga, espero que nos reencontremos los jueves del 2012... me voy para mis pagos y allá no voy a poder participar. que tengas felices fiestas y un lindo comienzo de año! besos!

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  5. Gracias Monica y Natali, lei vuestros comentarios pero no se que hice luego que borre la entrada y por supuesto los comentarios...jajaja vaya faena.
    Os los agradezco. Besitos

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  6. Medea
    Salio asi, de pronto. Al pensar en borracho me salio el bizcocho, que por cierto me encanta.
    Un besote

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  7. Belikis
    No he visto la pelicula, pero este pobre bizcocho no estaba perdido sino confuso y caotico.

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  8. Mari Carmen
    Sí todos los conocemos. Los pobres tan regaditos...jajaja Mucho mejor que los sequerones.
    Besos

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  9. Vero
    Yo creo que despues de estas fiestas todos entraremos en terapia, unos por una cosa y otros por otra, pero bueno como dice el dicho: que nos quiten lo bailao...jajaja

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  10. Gaston
    Pásatelo muy bien y nos vemos muy prontito en el primer jueves del 2012.
    Que seas muy feliz.
    Besos

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  11. Jajajaja me has hecho reir mucho, es super divertido y original!!!
    Me da pena pobre bizcocho, quería ser mejor y encima tenía todo en contra hasta el azúcar.
    Excelente
    Un beso :)

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  12. muy buena historia muy imaginativa y original ...

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  13. Muy bonita la historia. Yo había probado esos bizcochos; pero hace mucho tiempo que no los veo ni los pruebo, tendrá razón el bizcocho de tu historia, ahora van más los bífidus y otras pijadas.
    Un abrazo

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  14. decía yo para mis adentros, de las morenas, mientras te iba leyendo, y en un principio, pero esta de qué moños me está hablandoo??...ya me creñia yo,un abstemio perdurable, embriagado por las sensaciones de la borrachera...joderse...pero..pero, hete acá que me lo aclaraste o, más bien ese tipo al que le das la palabra, se aclaró...que desde luego, un poco alborotado está...es de los que no pasan un control d ela poli. y que se deje de decir ya que la culpa es de los humanos...ja. no he conocido bizcocno que dijera pestes de esos baños a los que son sometidos...es más, suelen pedir más y másss...
    eso sí, que en este mundo de dietas y de cuerpos sanos...al carajo con los cuerpos sanos...seamos todos como ese bizcocho, todos ebrios de...tras los puntos suspensivos se ponga lo que apetezca, incluso el azúcar...
    medio beso, psiquiatra bonita.

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  15. Maravillosa ironía puesta en boca de un entrañable (y sabroso) bizcocho borracho. Me ha encantado.
    Muchos besos, amiga.

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  16. Que dulce tentación tomar uno de esos borrachitos, pero los pobres es verdad que tienen que luchar `por mantenerse en las estanterias que le vienen empujado esos bifidus saníiisimos jajaja. Muy buena esta declaración borrachil.
    Un abrazo.

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  17. Me voy a la pastelería a comprar uno. Se me ha hecho la boca agua. Gracias. un beso

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  18. Este bizcochito no sabe lo que se hace... buena idea, al menos aporta otra visión más distendida y diferente. A mi que no me toquen los "borrachitos" con lo buenos que están!!

    Besos!!

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  19. Pobre bizcochito...tanta comida sana, lo tienen descolocado, jejje.
    Muy buena historia, sacas una buena sonrisa con ella.
    Gracias por tu visita y animo con las fotos!!!!
    Petonets

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  20. Juas, que bueno!!!, ehhh, no el borracho, el relato, ahí en el ladillo de mi blog donde solo salen las primeras líneas voy y me digo, ya está la psiquiatra bonita (como dice nuestro Gus), contandonos algo de las terapias que tanto domina, y noooooo, dominamos el tema de la repostería ehhhh???, jajaja, lo que está claro es que entre las bromas y la sorpresa ahí queda alto y claro la denuncia social ante las costumbres, vamos, por Dios, que un borracho nunca le ha hecho daño a nadie, esta moral tan moralista de lo mal y bien visto, digo yo que si uno se lo come (lo que sea, la vida de un bocado) y no le sienta mal, ¡¡¡es que no es malo!!!, miles de besossssssssssssssss

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