Me dolían los pies a rabiar. Llevaba todo el día vagando por las calles de Roma y aquel café, en los sombreados jardines de la Piazza de Fiori, se me antojó un lugar ideal para descansar. Nada más sentarme me descalcé con disimulo las sandalias, para comprobar que aquellas finas tiras que al principio parecieron un guante, con el paso de las horas se habían clavado en mi esquelético pie produciéndome un verdadero tormento.
A un amable camarero, que solícito se acercó al verme sentada en aquel estado, le pedí una botella de agua sin gas, que ingerí sin descanso hasta la última gota. En una mesa cercana un chico me observaba. Pude intuir cierta sorna en sus ojos, a la que respondí con una de mis miradas desafiantes e irresistibles.
Más hidratada, pero igual de dolorida, me disponía a continuar mi camino cuando el hombre en cuestión se me acercó. Su voz sonaba algo aflautada y en un romántico italiano me invitaba a cenar. Su boca era de labios finos y sonrosados, su nariz chata y sus negros ojos bordeados de largas y espesas pestañas. ¿Quién podía resistir aquella propuesta? Me recompuse y me dejé guiar por aquel magnífico anfitrión hasta un pequeño restaurante con mesas de manteles a cuadros, rojos y blancos. Una cena maravillosa a la luz de una vela, una conversación chapurreada entre español e italiano y un ligero roce de nuestros labios a los postres. La envidia que daría a mis amigas cuando le contara lo sucedido, pensé.
Cuando salíamos a la calle un inesperado aire fresco nos sorprendió y presuroso se quitó el jersey para echármelo por los hombros. Me echó el brazo por encima y durante el camino mientras él hablaba y hablaba, yo debatía conmigo mismo qué haría al llegar al hotel. Nada más llegar a la puerta de cristales que daba a la recepción lo tuve claro y le invité a subir a mi habitación. En el ascensor, me tomó de la cintura, me cogió la cara entre sus manos de largos y finos dedos y me besó como hasta ahora nadie lo había hecho y pensé, sin apartarme de su boca: con razón tienen fama los hombres italianos.
En la habitación me llevó hasta la cama. Con mucho cuidado me descalzó las sandalias para masajear mis molidos pies, sus manos me acariciaron los muslos bajo la falda susurrando palabras de amor en italiano, que no entendía, pero que me sonaban a gloria bendita, y todo sin dejar de besarme. Cuando ya no podía más y notó mi excitación a punto de desbordarse, me tomó una mano y me la llevó a su entrepierna. ¡No había nada! Al oído me dijo: Ho un problema tecnico, ma come ben presto affrontare. Sono un uomo intrappolato nel corpo di una donna.
Le miré a los ojos con una boba sonrisa y le dije, continúa, no te preocupes, caro amore, nadie es perfecto.
Traducción de google translator: Tengo un problema técnico pero en breve lo solucionaré. Soy un hombre atrapado en el cuerpo de una mujer.
Ayyyyy, uyyyyy, María José, para problemas técnicos los míos con el dichoso modem que no furulla!!!!
ResponderEliminar"Cara, carissima, sei pericoloso gli italiani e ancora molto ma, gli romani" Querida, queridísimia, son peligrosos los italianos y aun más los romanos...del sexo que sean, con problemás técnicos, porque dominan el arte de la seducción desde el imperio romano, jejeje, y el problema técnico de una es no dejarse seducir exclamando un !ave! sea lo que quieran los dioses.
Nunca dirás de esta fuente romana no beberé, conviene refrescar esos piececitos agotados y las fuentes romanas suelen manar de "bellissimi fauni" tienen un problema técnico, son pétreos "!peccato!" o !mecachis!.
María José, lo que me he reído, tú sabes, amiga, trazar relatos con maestría e ironías supinas.
Besito con regusto a yodo gallego.
Que tal te va por Galicia. Ya se que tuvisteis reunión blogguera y que fue genial. Seguro que o pasasteis en grande. ¡Como simepre!.
ResponderEliminarPues si de problemas técnicos se habla, imagin el de esta chica, que que importancia tiene eso a la hora de la recompensa, como tu dices, a referscarse los pies si no qieres verte en vuelta en este lio...jajaja
Besos malagueños
Peligro, peligro! Italianos cerca! Menudas leyendas podría yo contar de Casa Ricordi (la casa de partituras más grande de Italia), cuando pasé dos días enteros husmeando en sus cajones! Qué pesados, qué plastas! Para una vez que estaba en mi salsa... como una niña en una "caramelería" y me hicieron aburrir los caramelos!!
ResponderEliminarMuy bueno, amiga! Si es que nadie es perfecto.
Ay, no sé...
ResponderEliminarHe pensado mucho en eso, de que ni el mejor de mis zapatos, me libera de magulladuras, si deambulo.
Italia, siempre ha sido, sin dudarlo el mejor de los escenarios que conozco.
Y en cuanto al italiano, con un poco de esfuerzo previamente, sí se entiende.
Un relato entretenido.
Tésalo
Leia el relato atento a cuando me sorprenderias, pero reconozco que has logrado rizar el rizo, tanto en el argumento como en la forma de presentarlo.
ResponderEliminarMuy bueno y divertido
Besos, MJ
Me has dejado choffff. Buenísimo el relato. Esperaba un final sorprendente, pero hija, esto es una putada.
ResponderEliminarAcabaremos como Cocodrilo Dundee, echando mano ahí mismo antes de ir a mayores.
Un beso
ahiss que cosas te pasan, mejor que eso nunca nos ocurra, que chascooooo.
ResponderEliminarGenial el relato.
Primavera
Ten esperanza,apenas estas frente a un hechizo momentaneo que desparecera apenas encuentreS el punto G,no desistas,insiste,lo estas haciendo!!!!
ResponderEliminarcariñitos
E vero: nadie es perfecto, JAJAJ
ResponderEliminarMuy bueno. Eso se llama resiliencia? Buen camino en medio de la encrucijada de resolver este tipo de problemas técnicos.
Disfrutable texto.
Te dejo un fuerte abrazo.
jajajajaj ese sí que es un "problema técnico" como para tener en cuenta! ajjajaaja...se ve que tu capacidad para sortear adversidades es muy grande! jajajaaja
ResponderEliminarUn abrazo.
Y digo yo...¿Se enteraron las amigas?
ResponderEliminarPorque la verdad, ir a Italia para encontrarse con unos ojos negros bordeados de largas pestañas, amén de otras lindezas pero, con un serio problema técnico, como que no. ¿No?
Una entretenida historia con un final sorprendente. Me encantó.
Un abrazo.
Maat
Hay problemas técnicos que no se arreglan con un martillazo, hay que ser resolutivo y una vez puestos....avanti ttuto!! ajajajaja
ResponderEliminarUn beso
Veronica
ResponderEliminarEs cierto con los italianos hemos topado. Menudos elementos/as jejeje
Gracias por venir
Tesalo
ResponderEliminarParticipo de tu interes, Roma me encanta pero siempre con un buen calzado para patearla en profundidad.
Besos
Gracias Manolo, me tienes cogido el punto y sabes que al final saldré con alguna barabridad ...ajajja
ResponderEliminarBesitos
Parkerazul
ResponderEliminarjajaja pues igual tenemos que hacerlo, pero ya ves metidos en faena cualquier problema tecnico se minimiza
besos
Primavera
ResponderEliminarA mi no me ha pasado, ha sido mi fantasia lo que la ha creado, pero seguro qe alguien tiene que contral algo verdadero a este respecto.
Gracias por leerme, besitos
yonki
ResponderEliminarNo podria hberlo dicho mejor...jajja
Cass
ResponderEliminarUhhhhhhhhh de resiliencia se yo un rato, pero desde luego queesta chica tenia bastante jajaja...supero el problema tencnico como si nada.
Un besazo
Maat
ResponderEliminarA las amigas, no ls dijo nada. eso quedó en el mayor de los secretos. Incluso ella dudaria de si era real o no jajja
Beistos
Rosa
ResponderEliminarEs cierto, a veces retroceder no te lleva a nada. mejor seguir adelante que algo sacarás...;-)
Besos
Muy bueno, María José, además lo has guardado hasta el final.
ResponderEliminarUn solplo de aire fresco hasta Córdoba.
Muy bueno, María José, además lo has guardado hasta el final.
ResponderEliminarUn solplo de aire fresco hasta Córdoba.
Bella Roma. Magnífico escenario para que surja la ocasión de dejarse amar. El insólito e impactante final, me ha recordado la gran película de Jack Lemmon y Tony Curtis con faldas y a lo loco, en aquel famoso diálogo.
ResponderEliminar"¿Pero es que no me comprendes?: ¡Soy un hombre!.
"Nadie es perfecto".
Precioso tu relato, bien urdido y mejor desarrollado.
Un abrazo.
¡¡¡que mal me sienta la sal marina!
ResponderEliminar¡que mal me sienta el aire marino!
¡¡¡que mal me sienta la mar marina!!!
ya no s distinguir entre macho o hembra en la distancia...¡¡¡si hasta la calor que me desborda me entorpece el sexto sentido!! es mas, incluso decido seguir calentandome aun cuando el cigarro-puro sea concha marina...ay, que me quiero volver para los interiores de esta españa maldita que presenta una costa que me vuelve turulata y....
jajajajjaja
de las morenas, eres un demonio andanteeee¡¡¡
mil besos...
Siguiendo tu estilo, la sorpresa final esta vez es doble, me ha pasado igual que a Pepe, he visualizado a Toni Curtis quitánsode la peluca y a su enamorado diciendo... nadie es perfecto, jajajajaja, nuy bueno, sensual y humorístico!!!, mieles de besosssssssssssss.
ResponderEliminarEste comentario ha sido eliminado por el autor.
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ResponderEliminarQue final!! con traductor y todo... Muy bueno tu relato, y un placer leerlo. Un beso.
ResponderEliminarSi es que... si todo fuera tan perfecto, seguro que terminabamos aburriendonos jeje.
ResponderEliminarAqui me tienes estrenandome en tu casita.
Besos
Ay, como me ha sorprendido el final.
ResponderEliminarY llevas razón: ¿qué importa?, nadie es perfecto.
Un abrazo
Me ha encantado MªJosé pero...habria preferido encontrar algo interesante en la entrepierna de ese italiano...uffff sin comentarios...aunque ya puestos...hay que ser resolutivo jajaja
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