Una suave brisa, aromatizada de azahar, se cuela por la pequeña apertura de la ventana. Ella está en la cama, como un níveo espíritu confundido con las sábanas, semi-inconsciente y su pecho sube y baja en convulsa búsqueda de un soplo de aire.
Desde el sillón, que he colocado a su lado, la observo sin creer que pueda encontrarme allí. Después de casi cincuenta y dos años, la encuentro en su lecho de muerte.
Acaricio con suavidad su mejilla, para no despertarla. Beso su frente y sin querer, una furtiva lágrima se precipita hasta su piel. En ese instante, entreabre los ojos y me mira desde no sé qué lugar.
—Hola, mi amor —le susurro.
—¿Eres real o estoy soñando? —me pregunta.
—Soy yo, en carne y hueso —bromeo.
Una cansada sonrisa se dibuja en su cara, y en sus chispeantes ojos azules descubro un inesperado fulgor. Le tomo la mano y ella me aprieta, para cerciorarse por sí misma de lo que le acabo de confirmar.
—¿Mi familia?
—Espera fuera. Tus hijos son muy agradables, también tu marido.
—No quería morir sin verte por última vez –dice fatigada.
—Lo sé. Han removido cielo y tierra hasta dar conmigo.
—¿Te casaste?
—No. Ninguna era como tú. He vivido de tu recuerdo.
—¡Dios, mío! ¿Cuánto daño nos hicieron?
—Lo intenté todo, pero cansado me marché del país, de esa manera aminoraba mi dolor. Tenerte tan cerca y tan lejos, al mismo tiempo, no lo soportaba. Sin embargo, y sin desearlo, de una u otra forma, los rumores sobre tu vida llegaban hasta mí.
—¿Podrás perdonarme?
—Tú no hiciste nada malo. Sobreviviste, como yo. ¿Qué culpa teníamos nosotros de que nuestras familias se odiaran?
—Sabes —dice con una ligera sonrisa—, me acuerdo de cuando éramos unos niños y jugando me levantabas la falda y luego salías corriendo…
—Ja,ja,ja… Sí, como no lo voy a recordar. Os chinchábamos y de paso os veíamos las braguitas.
—Pero tú siempre me la alzabas a mí.
—Siempre fuiste mi preferida. Cariño, me enamoré de ti cuando aún llevabas trenzas… y aún lo estoy.
La beso en los labios. Más de un lustro deseando saborear de nuevo su aliento.
—Sigues teniendo la boca fresca —le digo.
Ella ríe.
—Siempre que me besabas decías lo mismo. También aquel último día, a la orilla de río, cuando nos despedimos sin saber que no nos veríamos al día siguiente, ni al otro…
Una lágrima escapa de sus ojos.
—Te he echado tanto de menos, a lo largo de mi existencia, que cuando recaí por tercera vez en las fauces de este monstruo que me devora desde hace años, me propuse contar la verdad a mi familia. Quería gritar con todas mis fuerzas que mi amor siempre fue exclusivamente para un hombre, tú —dice acariciando mi cara—. A estas alturas me da todo igual.
—Calla. No hables así —digo con voz temblorosa.
Intento disimular la congoja que invade mi alma. No quiero que se entristezca.
—Mi marido ha sido muy bueno conmigo y he tenido unos hijos excepcionales; a cambio, renuncié al amor. Ahora, puedo permitirme ser egoísta. Y lo quiero todo, aunque sea por unos días o unas horas. Te quiero y hasta el último hálito de vida te querré.
—Te amo y siempre te amaré, en este y en el otro mundo. Tenemos una vida nueva por delante —le digo mientras la arropo con mis brazos.
—Te quiero —me susurra.
Nos abrazamos en silencio hasta que su languidez me revela lo irreparable.
—Nos encontraremos. Siempre nos encontraremos —balbuceo entre lágrimas, a sabiendas de que sus oídos se han cerrado para siempre.
Muy emotivo, MJ. Buena definicion de amor eterno
ResponderEliminarbesossss
Debe ser bonito creer que el amor es eterno.... como el de tu cuento. ¿cuento?
ResponderEliminarUn beso.
Y en nuestro rincón privado...paraiso de nuestro escondido amor... abrazados, amándonos gritaremos al viento y al campo...a las chicharras también y a los cuarenta grados a la sombra... que nos amaremos para toda la vida...
ResponderEliminarEn unos días celebramos nuestro segundo aniversario. Dos años sintiéndonos pareja sin poderlo ser... visitando el cielo a ratitos por semana... dos años, viviendo...
Te amo, mi niño.
CTSTN
El del marido también era un gran amor, generoso además, el se encargó de encontrar al antiguo amor y darle un último minuto de felicidad. Si eso no es amor ...
ResponderEliminarun alegrón haberte saludado esta tarde
abrazo
Esos amores que persisten y sobreviven aún a largas separaciones y desengaños quizás puedan ser reales más allá de novelas o ficciones. De ser esta historia posible también habría que destacar el gran amor del marido, que, como bien dice Any, supera en su generosidad, la mezquindad del egoísmo y del amor propio.
ResponderEliminarUn abrazo.
Manolo
ResponderEliminargracias por estar siempre atento a mis escritos y propagarlos por la blogosfera, facesfera....
Besos
Rosa
ResponderEliminarEste es un cuento, pero se habrá repetido tantas veces...
Anónimo
ResponderEliminarDisfruta de tu amor mientras puedas....
Any
ResponderEliminarSin duda. Otro gran amor eterno aunque no correspondido. Me gustó hablar contigo, Fue un buen rato imbuidos de ardor patriota por nuestra parte y por empatia por la vuestra.
Un besazo
Monica
ResponderEliminarNo creo que sean de novela exclusivamente, ya sabes que la ficción está basada en la realidad
Ahisss que he tenido que ir a buscar los clines...mujer no me hagas eso que bello amor y al final el encuentro esperado para vivirlo en el otro mundo, bueno no se que final quisistes darle al chico, pero prefiero pensar que el ya esta en el otro lado esperandola...ahisssssss que me dejo sensible, que lo he vivido, eso es bueno eh.
ResponderEliminarPrimavera
Siempre queda de una historia en su final, esta delicia de una ilusiòn al fin cumplida.
ResponderEliminarDe ahí que las historias de amor que màs me han motivado, son inevitablemene muy tristes.
Buen relato,
Tésalo
Amor que está por encima de todos los escollos, de todas las trabas, de todas las dificultades. Amor eterno, los tres personajes de tu relato han dado muestras de amar de esa manera. Dos de ellos víctimas de la intolerancia. Otro (el marido), dando pruebas de un amor infinito.
ResponderEliminarMe gustó tu relato.
Un abrazo.
María José, tus palabras sencillamente dulces bellas y penetrantes, me dicen una cosa:
ResponderEliminarNUNCA ES TARDE, jamás, aunque una vida hayamos equivocado, si en el último instante, ese amor cual chispa poderosa, nos invade, no importa que después quede el silencio, ya fue posible ese instante.
Gracias por este intenso relato de amor. Bsitooos y a disfrutar del verano.
Ahora, puedo permitirme ser egoísta!!
ResponderEliminaren su ultimo suspiro encontrarse rozando la piel del amor,al cual acobijo intimamente pero no lo disfruto por circunstancias esquivas de la vida,al menos consuela al mas esceptico.Nos veremos,nos veremos,merecido deseo ante la espera que carcome.
cariñitos
Hola, qué relato más emotivo, el diálogo sigue siendo tu fuerte.
ResponderEliminarUn saludo,
Juanma
Muy bien narrado, muy bien contado; un relato intenso y doloroso, quizá tanto por la injusticia como por el amor en sí mismo. Porque amores puede haber muchos, pero las injusticias parecen siempre una; la misma.
ResponderEliminarBikiños
Querida Maria José.
ResponderEliminarGracias por tus palabras en mi blog.
Es muy reconfortante sentir el cariño de los amigos.
Todavía seguiré ausente una temporada, pues tengo todo muy atrasado (la mudanza)
Tu relato....¿que te voy a decir?.....
Maravilloso.
Un besito
Tuvo dos amores, el de verdad y el de fantasía, fue afortunada.
ResponderEliminarNo todas ni todos saben apreciar lo que tienen, ella sí.
Un abrazo y buen fin de semana.
Bravo! siempre gana aquel amor, aquel que fue deseado con el corazón que siempre estuvo con él....increíble y hermoso relato.
ResponderEliminarMuy buena narración Mª José...me gusta como enlazas las palabras y terminas emocioándome.
ResponderEliminarEs una historial real, vivida por muchos...pero triste.
Un beso
a mi me dio por la sangre...
ResponderEliminarsabes de las morenas?...casi que prefiero la sangre...joderse....eres mala, muy maluta....¿acaso abias que te iba a leer en domingo por la mañana y que estaria despierto y descansado y por lo tanto con casi los 5 sntidos alerta, incluso con el sentido de las sensibilidades abiertos, desprevenidos?
¡acaso sabias todo eso y me has tendido una celada para que unas lagrimas se me escaparan?
mil besos.
Estoy emocionado.
ResponderEliminar¡Un beso!
Miguel
Se cumplió su última voluntad, aunque breve, estuvo con él hasta su último aliento.
ResponderEliminarUn beso.
Esta vena romántica tuya juro por papá pitufo que no me la esperaba, en realidad venía y a ver como habías capeado el tema y me encuentro con un relato al más puro estilo romántico, con muerte incluída, con nudito en la garganta al leerlo, casi salgo como Primavera a por el paquete de clinex, me has dejado boquiabierta tocaya!!!, miles de besossssssss.
ResponderEliminarYo creo que esos amores imposibles se idealizan en la distancia, porque siempre piensas que hubieran sido mejor, más autenticos e intensos que el que tienes al lado.
ResponderEliminarY a veces nos equivocamos.
En tu relato, el marido demuestra quererla mucho llamando a su rival, para que su mujer le diga cosas que seguramente hubiera deseado escuchar para él y no para otro.
Muy bonito y muy conmovedor tu relato, Maria José.
Besitos
Querida Mª José, como tu bien dices,
ResponderEliminar¡tantas veces se habrá repetido esta historia! Es muy triste tu relato, pero a la vez, ese encuentro, ese saber que toda la vida han sseguido siendo el uno para el otro, es un final reconfortante, dentro de todo y, además, muere ella con la esperanza de él: Siempre les quedará otro mundo. Quizás, otras vidas. Siempre se encontrarán.
¡Qué bello! Ojalá, ojalá,
Mar
Buen comienzo
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