domingo, 6 de septiembre de 2009

Vampirismo psicológico


Una relación interpersonal debe de estar basada en la consideración mutua que como personas se tienen los integrantes de dicha relación. Estas relaciones se fundamentan en una comunicación adecuada y sobre todo en el mutuo respeto. Se establecen desde el punto de vista psicológico tras el encuentro entre un Yo y un Tú.

Con el término “vampirismo psicológico o emocional” quiero hacer mención de aquellas relaciones entre personas, en las que uno trata al otro como mero objeto. Es decir, no le adscribe al Tú, la consideración de persona, sino de objeto. Y, ¿qué es un objeto? Objeto es cualquier cosa que es captada por los sentidos, que carece de autonomía y sobre la que puedo ejercer cualquier acción o actividad. Bajo esta consideración, el vampiro emocional se aprovecharía de ese objeto (necesita su sangre fresca), que no persona, para su interés y crecimiento personal.

Es fácil deducir, que no hace falta que estemos en Transilvania para entrar en contacto con alguno de estos vampiros (nos rodean por doquier), que no te chuparán la sangre pero que terminarán apoderándose de tu vida hasta hacértela imposible, al punto de desear la propia muerte.

Modélicos y encantadores en su apariencia, estos individuos pueden llegar a ser peligrosos para el equilibrio emocional de los que les rodean. Son personas que establecen relaciones tóxicas, bajo su control absoluto, y destruyen la autoestima y seguridad de los que se relacionan con ellos.
En realidad estos vampiros son sujetos narcisistas, muy inseguros y envidiosos que ven en los demás aspectos de los que ellos carecen. Su autoestima depende de la minusvaloración de los demás. Quieren tener el funcionamiento de la relación bajo su control absoluto, lo que provoca una enorme inseguridad en quienes le rodean.

Son diferentes de la gente normal, pueden parecer más atractivos, más emocionantes, inteligentes, encantadores, creativos…pero “su necesidad” es superior a cualquier otra y asumen que las reglas no son para aplicarlas a ellos mismos, si no a la gente corriente. Nunca se sienten culpables y cuando se les descubre, se muestran rabiosos y manipuladores, y cambian sus formas. Desempeñan tan bien su papel, que engañan a los demás con bastante frecuencia (A.J. Bernstein (1)).

Normalmente existen dos modelos de vampiros emocionales, los que no se ocultan, y por ello son fáciles de detectar y de alejarse de ellos, y los que se disfrazan bajo “piel de cordero”. Estos son los realmente peligrosos, porque te “hincan el diente en la yugular” con múltiples estrategias de las que ni te das cuenta:
—Suelen hacer uso de bromas y sarcasmos muy ofensivos en muchas ocasiones escondidos bajo un tono de enorme amabilidad y sinceridad, por lo que la persona que los recibe, los vive como algo cariñoso y afectivo
—Suelen ser personas que observan muy meticulosamente el comportamiento de los demás. Hasta tal punto de que se creen en el derecho de opinar y criticar lo que los que a su alrededor hacen.
—Suelen cambiar rápidamente de papel. Estos vampiros tienen una especial habilidad para pasar de verdugo a víctima, con lo que consiguen culpabilizar a la víctima.

Este tipo de personas desean continuamente sentirse aceptados y que todo el mundo esté alrededor suyo. Requieren atención, sentirse importantes. Suelen conseguir agotar a su interlocutor. La psicóloga norteamericana Judith Orloff (2), autora del best seller Energía Positiva, clasificó en cinco tipos a estos vampiros emocionales. El llorón, el culpador profesional, el rey del drama, el conversador constante y el adicto a la yugular.

Son depredadores. Manipulan, utilizan, y abusan psicológicamente de los amigos, parientes, e incluso extraños, controlando situaciones y gente para sus propósitos, estos "chupadores de sangre" ganan fuerza para seguir haciéndolo una y otra vez.

¿En quién se fija el vampiro emocional?
En las personas débiles y vulnerables mentalmente, y las escoge como víctimas. Lo primero que hace es sugestionar al sujeto con impresiones negativas que minan su seguridad. Pero para que esa fuerza exterior sea efectiva, nosotros tenemos que darle permiso para que su negatividad entre en nuestra mente. De esta manera cualquier fisura emocional, es aprovechada por el vampiro para contraatacar porque nosotros mismos le habremos allanado el camino para absorber nuestra energía. Con ello comienza un proceso de destrucción al que contribuye el ladrón de energía y la propia víctima, que inicia un proceso de autodestrucción al dejarse atrapar entre los ambivalentes comentarios del encantador vampiro.

Extraído de diario de Marina, un personaje de mi novela La caricia de Tánatos.

Marcos tiene unos cambios de humor muy bruscos. Cuando está de buenas es encantador, pero cuando se le tuerce me ataca sin piedad. Yo sé que no puede evitarlo y se lo recrimino, pero cuanto más le digo más agresivo se pone contra mí.
Esta tarde me ha dicho que me quiere. En ese instante fui la mujer más feliz del mundo.
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Soy una inútil. No soy capaz de mantener a ningún hombre a mi lado. ¿Cómo puedo ser tan obtusa y no saber realmente lo que tengo delante de mis ojos? Debería haberle tratado con más cariño.
Es verdad que pienso demasiado en mí, como Marcos me echa en cara. Una persona tan buena como él y le voy a perder por mi forma de ser. ¿Por qué seré tan débil? No tengo empuje para nada. Seguro que si fuese de otra manera, Marcos no me dejaría. Es verdad que no le sirvo para nada, no me extraña que me deje atrás.
Hoy me ha dicho que soy una cucaracha, me dolió muchísimo pero lo soy. Un insignificante y asqueroso insecto. No puedo hacerle feliz, por más que lo intento. No soy suficiente mujer para él. Le pido perdón por no hacer las cosas bien y me mira incrédulo, porque está harto de enseñarme y mi torpeza me impide aprender. No valgo para nada. No podré hacerle feliz y me dejará. Me siento tan culpable.

———————
No tengo fuerzas para seguir tirando. Estoy cansada de vivir.

Para Bárbara, ahora que ha sido capaz de librarse de su vampiro emocional.

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(1)Vampiros Emocionales. Bernstein, Albert J.; Editorial: Edaf
(2) Energía Positiva. Orloff Judith.; Editorial: Alamah




12 comentarios:

  1. ECO,AQUI ME VES SACANDOLE PUNTA A ALGUNAS ESTACAS LUEGO DE LEERTE,MIENTRAS VOY OCULTANDO ALGUNA QUE OTRA VETA EMOCIONAL PARA NO TENTAR A ESTOS USURPADORES.

    CARIÑITOS

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  2. Atento a ellos y cuídate de esta mala gente.
    Gracias por tus comentarios
    un besito

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  3. Me alegro por Barbara si se libró de ese terrible depredador. Es difícil, porque mueven todos los hilos, y sobre todo son seductores a más no poder. Por más que veas que te están chupando la sangre, ese trocito de "felicidad" que te dan, hacen imposible el cortar con ese vínculo que solo destruye y aniquila. Qué duro es vivir, cuando hay tantas emociones que nos minan....pero no hay otra forma, así que a sacarle partido a lo bueno de emocionarse y saber cuando hay que quitarle la piel de cordero a tamaña bestia feroz.
    Excelente texto, excelente recomendaciones para leer, incluída la de tu libro.
    Un abrazo bien dominguero.

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  4. Gracias por la dedicatoria, María José. Intentaré no enrollarme mucho :D

    Librarse de un vampiro así no es fácil, y además ello incluye luchar contra varios y distintos elementos. Por lo menos en mi caso.
    En primer lugar, es un maltrato corrosivo, lento, perspicaz e invisible... Como relatas en el artículo, empieza con un tanteo superficial, diciéndote alguna frase juiciosa (que no sabes a qué viene y te ríes porque se equivoca y no te imaginas lo que viene detrás) y sólo espera tu reacción. Recuerdo su sonrisa de satisfacción cuando me la dijo la primera vez y contesté como él quería. Era perfecta para su sádico plan, ya sabía por dónde colarse en mi cabeza y poco a poco me fue haciendo culpable de todos sus males. Volcaba toda su persona, sus defectos, sus miedos, sus inseguridades en mí como si yo fuera un espejo. Me acusaba de hacerle las cosas que precisamente él me hacía a mí. Me hacía responsable y culpable hasta de su exceso de trabajo, su odio contra su padre (que también le maltrató), la carga de sus hijos... Me gritaba, me humillaba, me insultaba, me despreciaba... todo ello a diario y varias veces en el mismo día. Me decía que era una vaga de mierda, una inútil, que no sabía hacer nada ni valerme por mí misma. Que era una engreída y no había nada de humildad en mí y que fuera cambiando el chip porque veía que yo tenía problemas mentales y menuda paciencia tenía por aguantarme.
    Luego se hacía la víctima, a veces yo estallaba y le decía que era un maltratador, un hijo de puta y entonces me llamaba agresiva. Con todo el cinismo del mundo me decía que yo no era una persona de fiar y que más me valiera pedirle disculpas, porque él se portaba estupendamente conmigo para lo mala que era yo y lo poco que me merecía, porque él era único y especial, lo mejor que me había topado en mi triste y puta vida de mierda. Entonces me amenazaba con dejarme o irse con otras, me echaba a la calle... y tenía que ir a suplicarle perdón, sobre todo no ya sólo porque lograra que me sintiera culpable y como una mierda, sino pensando que si me disculpaba, quizás fuera más permisivo e indulgente la próxima vez. Pero no, porque es un ser despreciable carente de empatía y transigencia.
    Ahora me doy cuenta que actuaba así porque le volvía loco el saber que de vez en cuando me rebelaba y tenía que volver a someterme antes de que yo tomara el control o la iniciativa de dejarle o algo. Cuando eso sucedía se ponía más agresivo de lo normal y aunque nunca me pegó (porque los maltratadores psicológicos hacen lo que sea por mantener invisible dicho maltrato para que nadie crea a la víctima y porque él tiene una fachada impecable que lleva años puliéndose), me daban miedo sus ataques de ira, con los ojos inyectados en sangre, furiosos, la boca torcida, con los dientes apretados... varias veces pensé que me molería a palos y de hecho rompió una mesita de madera de un puñetazo... por supuesto, todo ello fue culpa mía, claro...
    Así poco a poco fue decidiendo siempre por mí en todo, hasta en mi perfume y mi ropa y me volví una persona pasiva, triste, apática, aburrida, silenciosa... cuando soy todo lo contrario.
    Me robó dinero (aun ganando él una media de 10.000 al mes), me castigaba como a una niña pequeña, inventaba peleas y discusiones sin venir a cuento sólo para tenerme sometida y volverme loca. Por no hablar del sexo, es un depravado anormal con tintes sadomasoquistas y cree que el sexo en pareja tiene que ser como en el porno: horas y horas, sexo fuerte y duro y tratar a la mujer como a una puta.

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  5. Librarse de todo esto no es sólo dejar a ese ser despreciable. Y además, él fue quien me dejó a mí porque yo ya no tenía voluntad ni fuerzas ni para mirarme al espejo. Me dejó cuando me exprimió como a un limón y no me quedaba ni gota, un vampiro que me absorbió toda la energía. Cuando era tan sumamente dependiente de él, con una depresión tremenda, con ganas e ideas de suicidarme, cuando había perdido toda mi identidad, cuando me sacó de la realidad hasta tal punto que creí que estaba loca como él me decía. Cuando ya no pudo reírse más de mí de lo que se había reído, con bromas sádicas desde el inicio de la relación respecto a acostarse con otras mujeres... qué poco sentido del humor tenía yo, me decía, porque sólo eran bromas... 20 veces al día la misma bromita y se enfadaba porque no me riera con él. Y al final era realidad, claro.
    Después de haberme convertido en un guiñapo, con 49 kg de peso (y mido 1'72), se me caía el pelo, tenía ojeras ya de oso panda... y casi de un día para otro me dice que está follando con otras mujeres (y vi que no era un farol) y que pasa de mí, que o bien acepte eso y me convierta en una de sus guarras ocasionales o adiós muy buenas. Pero que toda la culpa de todo esto por supuesto ha sido mía, porque él siempre me ha tratado con todo el cariño y el respeto del mundo.

    Y es lo único bueno que hizo por mí: dejarme. Aunque en aquel momento me sintiera peor que nunca, si es que era posible. Tuve que luchar por aceptar y superar el maltrato. Es como un ácido corrosivo el sentirse tan humillada, como una auténtica mierda... que a ojos de los demás sea una gran persona, que no puedas luchar por demostrar lo equivocados que están. De su círculo, sólo su hermana me apoyó y me dio la razón, gracias a que hablé con ella para darme cuenta que todo esto me había ocurrido y no eran paranoias mías como él decía debido a mi "enfermedad mental". Su propia hermana me devolvió un poco a la realidad.

    Y luego de visita al psicólogo donde me diagnostican un fuerte síndrome de Estocolmo y amnesia de la personalidad (tuve que llamar a un par de amigos para que me hablaran de mí misma y recobrar la memoria de cómo era yo y al principio parecía que me hablaban de otra persona... y eso es muy duro).
    Pasé meses angustiosos, luchando con todo esto, luchando para que me devolviera buena parte del dinero que me debía y que no quería devolverme para así seguir teniéndome ahí pendiente de él. Y mientras le pedía el dinero iba diciéndome que había encontrado una novia que era perfecta para él, que estaba en una relación seria y que esta sí que le merecía y no yo... todo para joderme. (Pero era cierto, a la semana de dejarme empezó a salir con otra. Una chica que ahora que he visto, lo tiene que estar pasando fatal, porque si yo con 50Kg era una foca, esta chica que realmente es gorda qué no será...). Luchando también contra una maldita fase llamada "síndrome de abstinencia de la persona maltratada". "Olvidas" el maltrato y sólo te centras en la parte sentimental, le echas de menos... Me volvía loca pensando cómo podía echar de menos a semejante sanguijuela, pero me explicaron que le di tanto, que de hecho le di todo, y como no recibí nada de nada, es como algo que se queda pendiente y por eso caemos en esa abstinencia.

    Por eso no es fácil sólo el vivir con alguien así, sino también el después, cuando ya no está. Cuando te quedas sola, con tu dolor, con tu desprecio, con tu humillación, con cientos y cientos de insultos rondando por tu cabeza... y no haces más que pensar "y por qué me trató así si yo le quería? si soy buena persona, si hice todo lo que me pidió, ¿por qué aguanté tanto a alguien que realmente no me llega ni a la suela?". Y nada tiene explicación coherente.

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  6. Curarse de esto es un proceso lento, un día es como un año y todos los días son iguales... Y además, conocer los detalles de una víctima de maltrato no es sólo bueno para los que estén pasando por ello o para las que lo hemos pasado, sino para los que aún no lo han vivido, porque puede prevenir.
    Quién me iba a decir a mí, que soy de carácter fuerte, que me tocaría vivir esto. Que no sería capaz de echarlo de mi vida a la mínima.
    Al primer mes de relación, salí huyendo y vi lo que era. Le pedí ayuda a María José y ella me aconsejó y me advirtió y supo identificar a mi maltratador en cuanto le describí sus cambios de humor, sus acusaciones y demás. Pero no le hice caso, ya me sentía atrapada en la telaraña y volví con él. Y nadie sabe lo mucho que me arrepiento de no haberle hecho caso.

    Aunque un maltratador psicológico, que son los verdaderamente lobos disfrazados de corderos y son astutos para llevar a cabo el maltrato sin que nadie se dé cuenta, te diga que no eres nadie sin él y te ofenda sutilmente con palabras ornamentadas, que parece que te lo dice con cariño pero ahí está el mensaje que se te ha quedado clavado... aunque te diga esas cosas, nunca pienses que tiene la razón. Es un mentiroso de pies a cabeza y por supuesto no sólo lo eres todo sin él, si no que eres mucho más que él. Son personas ruines y mezquinas, acabadas, que están podridas y hechas polvo por dentro y necesitan una víctima para así sentirse mejor. Para transformarla en lo que ellos son y así librarse de su mal, porque realmente su cabeza es un infierno y sufren mucho.
    Él no es nadie imprescindible en tu vida, una persona que te tiene como a una mierda y una esclava es alguien que no merece ni un segundo más de ti. Ojalá yo pudiera dar marcha atrás y pudiera decirle todas las cosas que ahora sé.

    Y hoy ya me he librado de mi maltrato. Digo hoy porque aunque hace 6 meses que rompimos, he pasado 6 meses de infierno intentando superarlo, a la vez que lo revivía cada día porque me armé de valor para escribirlo todo en un libro, un diario con todo lo que viví, que espero algún día poder publicar.
    Ahora me siento fuerte, me he alejado tanto del cuadro que ahora lo veo con total claridad. Ya no me afecta nada que me pueda decir o hacer, ahora es cuando, si yo quisiera, debería temerme. Porque soy superior, porque soy mejor y él es la cucaracha que aplasté anoche con mi zapato.
    Espero que alguien que esté pasando por esto o haya pasado o antes de pasarlo, reconsidere lo que he escrito y saque fuerzas para decir basta. Se acabó.
    Y un último consejo: tratar con indiferencia a un ser así es la clave para dominarles. Jugar con ellos, que vean que no logran la manipulación, no hacerles caso, no obedecer... tú dices que yo haga esto y no lo hago porque no quiero y ahí te quedas, me voy a dar una vuelta. Es lo mejor... las pocas veces que lo hice, ya lo tenía a mis pies. Tonta de mí que no supe ni tuve fuerzas para hacerlo siempre. Pero esa es la clave: la indiferencia.
    Pido perdón por haber escrito tanto.

    Un beso muy fuerte, y en especial a María José por dedicarme el artículo.

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  7. Para Barbara
    He leido tu historia a traves del blog de mi amiga Maria Jose, no te conozco o al menos creo no conocerte pero al no poder decirtelo directamente, desde estas lineas quiero manifestarte todo mi apoyo y simpatia, aunque sea a traves de la red, y si en algo sirve que sepas que como persona me alegro que hayas salido de ese anillo dantessco que es el maltrato psicologico, peor 1000 veces que el fisico puesto que te llega a hacer dudar de tu propia identidad y capacidad.
    Ahora te toca la vista al frente y el corazon abierto sabiendote mas fuerte incluso que antes de esta oscura experiencia.
    De nuevo mi mas sincera enhorabuena

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  8. ¡¡Uauuu!!
    Leía lo del vampirismo y pensaba ¡Pero ilústralo! y me ha encantado tu forma de dejarlo impreso.
    Muy bien, estamos rodeados de vampiros.
    He leído los comentarios y parece que acabarás montando un gabinete en la web, jeje.
    Abrazo y muchos ánimos para el regreso "al cole".

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  9. no es mala idea lo del "gabinete" en la red, pero ya hay precedentes de una consulta en toda regla a traves de la red. Que cosas......

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  10. Me encanta que me visisteis pero de gabinete nada, que de trabajo ya voy lista...jaja
    besos a todos y buenas noches

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  11. me parecio muy interesante el articulo, lei las caricias de tanatos, me recomiendas algun otro libro, te dejo mi correo, me encantaria saber mas del tema
    daviid16_xd@live.cl

    gracias

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  12. ¿y que pasa cuando es un grupo de vampiros? "aquello de la presion de grupo" es una de las cosas mas dañinas para el ser humano, yo me dí cuenta de eso a muy temprana edad, por eso renuncié a todo tipo de grupos porque la gente tiende a creer que su experiencia, (sea exitosa o no) puede aplicarse a todos por igual y se autonombran opinadores y criticos de tu vida.

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