De lunes a viernes, desde hacía seis meses sube, a las cinco de la tarde en punto, en el ascensor con ella.
El primer día que coincidieron, Daniel quedó atrapado en aquellos labios aterciopelados, que dejaban al descubierto unos perfectos dientes blancos. Turbado ante tan excelsa visión sólo fue capaz de balbucear que iba a la séptima planta. Yo me quedo en la quinta, respondió ella, al instante.
El segundo, se fijó en sus enormes ojos verdes de larguísimas pestañas; el tercero, en la tersura de su piel bronceada, el cuarto en su contorneado cuerpo…. Así, un día tras otro, se fue enamorando de su compañera de cubículo.
Cuando llega a la oficina, lo primero que hace tras sentarse, es mirar por la ventana fantaseando con aquella boca que le susurra palabras de amor mientras le besa y mordisquea en la oreja; con esos luceros que le suplican expectantes y sedientos de sexo; con acariciar aquella sedosa piel; con fijar sus manos a las anchas caderas mientras la atrae hasta escuchar el palpitar de su corazón.
Desde hace semanas planea la manera de acercarse a ella, de hacer realidad la fantasía. Ensaya el inicio de una conversación que le lleve a una cita, a una cena, a su cama…
Los nervios le han traicionado y ha sido incapaz de probar bocado. Mira el reloj cada poco tiempo; fracciones de segundos que a él le parecen horas. Por fin, el, el gran día. Los dos entran en el ascensor y cuando las puertas están a punto de cerrarse Daniel se vuelve hacia la chica para hablarle. De pronto, una mano se interpone y queda a la vista la figura de una esbelta y atractiva mujer. Ambas se miran y se sonríen cómplices. De nuevo, esos níveos dientes y los voluptuosos labios, le pellizcan en su estómago vacío. Se encoge para dejar sitio a la extraña.
Todo su plan se ha ido a la mierda. ¿Cuándo juntaré el suficiente valor para intentarlo de nuevo?, piensa, mientras contempla estupefacto como su enamorada pulsa el botón de stop y el ascensor se detiene entre la segunda y tercera planta. Ambas, riendo, lo acorralan en el rincón. Una le besa con pasión mientras con la lengua le explora en profundidad; la otra, le lame el cuello con deseo voraz, como si fuera una enorme bola de helado de chocolate que se derrite por el calor. A Daniel le domina la impaciencia. Más risas, frases vacías y dedos largos de cuatro manos posados en su bragueta, que le sacan de su letargo, que le vuelven loco, que le hacen elevarse hasta el cielo. Palabras obscenas, divertidas, ardientes; caricias febriles que no cesan. Le aprietan, le comprimen, juguetean con él; mientras, crece, crece y crece…
Tras, tras…
—Don Daniel, venía a decirle que le esperan desde hace un rato. ¿Está bien?
—Sí, no te preocupes. Creo que he dado una cabezada… —responde aturdido.
—Por favor, pasen —dice la secretaría.
Más historias en casa de Gustavo
—¡Vosotras! —exclama Daniel desconcertado.
Más historias en casa de Gustavo
María José ¿de nuevo en el ascensor???? Lo que da de sí para la mente y para la siesta y para soñarrr.
ResponderEliminarTe aplaudo, un relato que entra en el tema de puntillas, del tercero al sexto y al cieloooooo. Así me gusta, nada de tibiezas.
Escrito desde tu elegancia exquisita.
Besitoos, suerte.
¿Te han gustado los ascensores, guapina?
ResponderEliminarPues la verdad es que a mí me ha encantado como has tratado el tema y sobre todo, la cabezadita del hombre. Anda que...
Un besito, amiga.
Estas secretarias........., deberian haberle dejado dormir un ratito más, no mucho, pero si un poquito más, jejejejejejeje
ResponderEliminarUn beso, MJ
Jejeje, qué cabezada más suculenta y aprovechadita, ¿o fue en el momento que despertó don Daniel cuando empezaba lo bueno...?
ResponderEliminarHistorias de escaleras, de ascensores, de áticos... buenos escenarios todos para estos excitantres encuentros :P
Besotes, guapaaa!
Lo que dice Manuel, estaría bien que la cabezadita hubiese durado lo suficiente, pero PARA QUE NO PUDIERA SALIR DEL DESPACHO por la vergüenza!!!!
ResponderEliminarFantasioso Don Daniel, más quisieras! Jejejeje.
Besito, compañera! Estos chicos...
Y es que, como dijo Carderón de la Barca.... Y los sueños, sueños son...
ResponderEliminarTal vez un dia reúna las suficientes fuerzas para acer los sueños realidad...porque soñar está bien, pero..."pillar cacho" de verdad.... es ya es el no vá más....
Daniel, venga, el próximo dia, en el ascensor la aprisionas en un rincón y....
Bueno, ya me entiendes... ¿o no?
Besitos, querida amiga. Extraordinario.....
Onírico episodio, narrado con maestría y rematado con un final en que lo soñado tiene visos de poder convertirse en extraña realidad. ¿Qué se supone que harían la mujer soñada y la espontánea al entrar en el despacho causando la sorpresa del soñador D. Daniel?,
ResponderEliminarUn abrazo.
Si lo se yo, que los ascensores dan para mucho que puedes desde matar a alguien en él hasta cepillártelo.
ResponderEliminarEso si, la cara del pobre Danial cuando las ve aparecer ante su puerta no tiene desperdicio jajaja ya me le imagino al pobre, intentando hablar como si nada.
Un beso
Ascensor, miradas fugaces que se cruzan, miradas que se esquivan en los techos del elevador, espejo cómplice de atención.
ResponderEliminarEl ascensor sube hasta parecer que se ha detenido indefinidamente, puerta que se abre y la figura que desaparece, dejando su olor de toque de vainilla. Mañana, quizás, más.
Pobre Daniel, con lo bien que se lo estaba pasando él.
ResponderEliminarPicante y brillante relato Mª José.
Un beso.
Natalí
ResponderEliminarYa sabes que yo soy muy fina y estos temas me vienen un poco largos ...jajaja pero quería intentarlo y mira por donde salió el ascensor. Buen lugar para la fantasía.
Besos
Celia
ResponderEliminarPues que quieres que te diga, la cabezadita no se si fue tal...jajaj
besos
Manuel
ResponderEliminarVaya que echarle la culpa a la secretaria... eso no está bien porque ella hizo su trabajo ahora él, no sabría decir que andaba haciendo...o sí...jajaja
Besos
Mar Solana
ResponderEliminarMe encanta jugar con la cinfusión dejar la historia abierta para que cada uno la cierre como quiera, de esa manera se participa más.
Un besazo
Verónica
ResponderEliminar¿Y si la las conocia? ¿y si fue verdad? ¿y si el sueño no fue tal? ¿Y si se sorprende de varlas por lo que han hecho antes?...Uffffffffffff
Besos
Maqnifico final, lo que se dice que los sueños si se desean de verdad pues eso que igual se hacen realidad...
ResponderEliminarUn abrazo.
Luna
ResponderEliminar¡Ay! mi querida iaia, estos hombres de ahora tan poco lanzados...jajaja pero yo creo que este termina pilando algo, no sabemos qué, pero algo seguro.
Un beso
Pepe
ResponderEliminarCompruebo que has llegado al meollo de la cuestión con la preguntas que planteas. ¿Por qué se sorprende? ¿Las conoce o no? Ahí estaria el límite entre realidad y sueño.
Besos
Inma
ResponderEliminarLa cara que se le quedó oscilaria entre confundido, boquiabierto, cara de pato mareado...cuaquiera es buena, pero lo mejor es la que puede quedársele después de hablar con ellas.
Un beso
Jose Antonio
ResponderEliminarMuy buena tu aportación. Me encanta lo del toque de su olor a vainilla. Muy bueno
Besos
Elena
ResponderEliminarDe eso se trataba de historias calentitas pero me incliné por pasar de puntillas como dice Natali.
Besos
Gracias Sam, si te das cuenta con el final se inicia un principio, un futuro quizás muy bueno para Daniel.
ResponderEliminarMe parece que don Daniel es de esos que tienen sueños premonitorios porque eso de que aparezca en su despacho la mujer deseada en sueños y su amiga da que pensar.
ResponderEliminarSeguro que al entrar las dos mujeres cerraron la puerta con llave y el no se sintió sorprendido por ello.
Un beso
Daniel no iba al séptimo piso, él ya estaba en el séptimo cielo.
ResponderEliminarLa pasión le turbo en sueños y habrá que esperar a ver que pasa en su sobresaltada realidad, una vez que entren las candidatas a secretarias... ¿continuará el sueño en la moqueta de su despacho?
Besos
Que pena que despertara con lo bien que lo estaba pasando.
ResponderEliminarSeguro que al final de esa reunión, se lazaría a invitarlas a tomar algo, para intentar hacer realidad su sueño. Lo que no sabemos es si ellas aceptarían. ¿O lo tienes guardado para otra ocasión?.
Un abrazo picarona.
Siempre los sueños se interrumpen en lo mejor...lastima de daniel...una historia muy bien contada y llena de fantasias que tod0/as hemos alguna vez imaginado...aunque no fuera en un ascensor...un saludo
ResponderEliminarMar
ResponderEliminarSueños premonitorios, realidad que es fantasía, fantasía que se convierte en realidad. de cualquier forma tendrá que solicionar el tema...jajaja
Alfredo
ResponderEliminarCreo que llevas razón llegó al séptimo cielo de una forma o de otra, que es lo importante. Lo que haga después está por venir.
besos
Cordobesa
ResponderEliminarPuede ser que el despertar, Luisa, le llevara a una realidad aún mejor. ¿quién sabe?
Un besazo
Fibonacci
ResponderEliminarEntonces, ¿esta del ascensor no es lo tuyo? Bueno pues nos tendras que decir que sitios te gustan...jajaja
Un beso
Nos has dado una feliz entrada de año. Gracias guapa
ResponderEliminarLa realidad o sueño me gusto mucho la historia que nos has dejado, bellisima.
ResponderEliminarPrimavera
¿Por qué los ascensores están siempre en nuestras fantasías?¿por qué lo dejamos en fantasías teniéndolos tan a mano? Jeje. Me ha encantado tu historia maria José solo que creo que te has reservado ese registro mas explicito que te conozco jeje...me lo has dejado en un sueño, en una siesta y como dice Luna "y los sueños sueños son" así que espero que cuando vuelva a meterse en el ascensor y se encuentre con ella...él no ya lo tiene pero no hay que dejar espacio entre los dos para que no pueda dar lugar el rechazo seguro que ella también lo desea pero...somos tan tontas.¡¡Ah y entonces nos lo cuentas ¿vale? jajaja un beso preciosa
ResponderEliminar¿Alguien ha dicho que los sueños no se hacen realidad?
ResponderEliminarPues ya veis ¡ Será cosa de soñar con fuerza , digo yo!
Buen relato. Un gusto leerte. Mariví
bueno, muy sugerente y de vuelta a los ascensores de un jueves pasado.... precioso relato!
ResponderEliminarMaruja
ResponderEliminarMuchas gracias a ti por leerme y comentar.
besos
Primavera
ResponderEliminarTomes como lo tomes los deseos están a flor de piel.
besitos
Medea
ResponderEliminarYa sabes que me gusta dejar las historias abiertas y con un sin fin de posibilidades, que a veces sólo las vislumbro yo porque para eso salen de mi cocorota...jajaja
No sé lo que hará pero algo debería hacer este Daniel.Besos
Marivi
ResponderEliminarSi ya has leído los jueves te habrás dado cuenta de que somos muchos los que hemos escogico el suñeo como métafora para representar historias calentitas...
¿por qué será?
un beso
Gastón
ResponderEliminarFíjate que no me di cuenta de lo del ascesnor hasta el final. Pero sí es cierto esos cúbiculos son muy sugerentes en todos los aspectos.
Un beso
maría jose: Como garpa lo del ascensor! Diríase en mis pagos.
ResponderEliminarQuiero decir, como puede un cubículo tan minúsculo prestarse tanto para fantasía tan grande y extensa!
Y es que los sueños mientras lo son, todavía patrimonio de la mente es más colorido, y la mente más prolífica y duradera, y excede con creces al espacio escueto real.
Delicioso relato! me gustó mucho!
Besos calurosos
Fantasías masculinas, al menos de momento, ¿quién sabe lo que pasará a continuación? Sea lo que sea, ya quisieran muchos, jaja.
ResponderEliminarBuen fin de semana.
El mundo de los sueños, mezclado con el de la fantasía, creo que Daniel estaba bajando en la montaña rusa vertiginosamente. Aún así creo que hay que vivir sueños, siempre...
ResponderEliminarIntenso relato...
Un beso
no sé los ue he leído ya..unos 7, más o menos...y si contamos conmigo, maría josé, hemos decidido ya tres, si mal no recuerdo, fastidiar a uno de los protas el final..si es que somos de lo que no hay..creo que somos malutos...
ResponderEliminarpero esa escena de tres en el ascensos, esa escena de un tipo que se ha enamorado de unos labios y deunos ojos y de una piel y de...ese tipo que ni se atreve a decirla nada....ese tipo...mejor dicho, a tipos como ese es imposible que le sucedan estas cosas..pues si así fuera, ¿qué demonios hago yo aquí?
h, maría josé, menos al que has dejado una puerta abierta a la posibilidad de que esos tres aún puedan regocijarse con sus cuerpos, pues así entiende la entrada en la oficina de las dos mujeres y la sorpresa del prota..
mil besos, maría josé.
Efectivamente Gus, somos malos muy malos, pero dejamos puertas abiertas y eso siempre da buen resulrado.
ResponderEliminarBesos
Digamos que Daniel debe estar sufriendo taquicardia al despertar. No solo la mujer de sus sueños, sino otra mujer en sus sueños. Y en su realidad, de nuevo las dos, lo cual no tiene por que ser bueno.
ResponderEliminarNada, que un beso, me encantó leerte y espero el próximo jueves.
Hola María José.
ResponderEliminarEstá visto que el ascensor es un buen punto de inspiración. Ya dije yo, cuando las jueveras escribisteis sobre él, que es el lugar donde se tienen las conversaciones más cortas y vanales, pero ahora añado que también es donde se tienen los pensamientos más recurrentes, sobre todo en el ámbito de la fantasía sexual...
Dicen que es el sitio preferido por mayor nº de personas para sus ensoñaciones morbosas.
Saludos.
Solo me resta desearle al señor Daniel en cuestión, que sus sueños se hagan realidad, con una, con dos ,con tres..con las que necesite para llegar al piso que sea, quizá no lo tenga tan alto el piso ni el sueño, y en la moqueta de su despacho al abrirse la puerta ya encontró su premio consuelo, jajaj.
ResponderEliminarLo del ascensor me parece atrapante, claro, si se me permite la redundancia, también resultaría una lata de arvejas si eso nos permitiera estar cara a cara con lo deseado por cinco minutos siquiera.
Tu relato, da para mucho, la prueba está en los frondosos comentarios!
Siempre en el top-top, ud. señora escritora.
un fuerte abrazo
Juan Carlos
ResponderEliminarLa taquicardia del despertar nada tiene que ver con la que tuvo después. Seguro que hizo realidad sus fantasia.
besos
Adelaida
ResponderEliminarComo bien dice Cass después de ti, el ascesor es muy sugerente, pero no se sí cómodo. de todas formas creo que la fantasia sexual más extendida es hacerlo en el water de un avion y ese sí que e spequeño...jajaja
Cass
ResponderEliminarTus cariñosas palabras son el mejor colofón para este magnífico jueves. Lo de escritora suena muy fuerte, hago lo que puedo.
Un besazo, amiga