No entro en el blog desde hace cuatro meses.
Una caída que sufrí en junio (me fracturé el hombro izquierdo) me ha alejado durante este tiempo de las redes sociales y por supuesto de este blog.
Ahora, a sabiendas de que mi recuperación no va ser completa y de que tengo un pronóstico incierto que me puede llevar en algún momento (no se sabe cuando) al quirófano, me sitúo en una encrucijada vital en la que parece haberse suspendido el tiempo. Es como si desde aquella aciaga tarde (aún no sé cómo me caí por más que intento revivir el instante) hasta hoy, apenas hayan pasado unos pocos días en lo que he estado en un limbo de esfuerzo por recuperarme físicamente y a la espera de buenas noticias que no han llegado.
Y es ante estas circunstancias cuando una vez más me doy cuenta de la fragilidad del ser humano y que, sin duda, algo o alguien maneja los hilos de nuestra vida y nos pone en el lugar que quiere en cada momento.
No somos dueños de nuestra existencia.
Es verdad que podemos cambiar determinados aspectos, que influímos con nuestras decisiones, que nos creemos libres porque ilusionamos que escogemos lo que queremos o deseamos (y de hecho lo hacemos); sin embargo, solo es eso, una ilusión. Lo importante, lo trascendental, nos viene dado.
Durante este tiempo he tenidos altibajos y muchas veces me he rebelado contra eso que me aconteció, como cualquier ser humano que ve su trayectoria vital interrumpida de manera inesperada. Después me he consolado sabiendo que lo que me ha sucedido no es nada comparado con otros males que nos acechan y que sufren tantas y tantas personas. He intentado pasar de puntillas por la penumbra de la incertidumbre y la melancolía, pero a veces tiraban de mí con tanta fuerza que me arrastraban a la abulia y la apatía, cuya única salida era sumergirme en la rutina. Rutina consoladora que no me ofrecía oportunidad de pensar en otra cosa.
Pero esto tiene que pasar, he de colocar el punto final (por ahora), volver a empezar, recobrar la ilusión para disfrutar de todo lo bueno que me rodea y agradecer —pues a pesar de todo siempre hay que agradecer— seguir aquí, en esta vida que no manejamos, que es jodidamente imperfecta, pero que, al fin y al cabo, es la única que tenemos.
Bienvenida!!! Abrazo en la distancia..
ResponderEliminarMUchas gracias. Recibe con ganas ese abrazo. Un beso
EliminarTe estábamos esperando. Bienvenida.
ResponderEliminarUn millón de besos.
Pues aquí estoy ;-)
Eliminar¡Me alegro! Hay que disfrutar de lo que tenemos. Lo contrario no es opción. Un gran abrazo 😘😘
ResponderEliminarEn efecto, hay que espabilarse. Gracias, Sara, por tus ánimos
EliminarLos planes son esos de los que la vida se cachondea. Espero que vayan pasando esos momentos duros y seas capaz de disfrutar de lo que tienes.
ResponderEliminarBienvenida de nuevo. Un besote muy fuerte
Gracias, amiga, dejemos atrás el pesimismo. Besos
EliminarEs bueno verte por aquí, es bueno porque tienes ganas de comunicarte con nosotros y estaremos aqui para lo que quieras contarnos. Abrazos
ResponderEliminarSí, hasta ahora no me he sentido con fuerzas para volver. Un beso fuerte y gracias por estar aquí.
EliminarNo nos damos cuenta pero siempre vivimos en el "filo de la navaja", el ser humano es frágil y con nuestro ritmo de vida estamos siempre sujetos a posibles percances. Nada de ello nos debe hacer retroceder puesto que nunca podremos estar a salvo por medidas y cuidados que pongamos. Visto así lo único que nos queda es el ánimo de recuperar nuestra normalidad, asi que... animo y como dice el refrán "hacia atrás ni para coger impulso". Un beso
ResponderEliminarExacto, recuperar la normalidad ya es algo. Besos
EliminarEspero que te recuperes pronto y como bien dices siempre hay cosas peores .,
ResponderEliminarUn fuerte abrazo y mis mejores deseos .
Muchas gracias por tus deseos. Un beso fuerte
Eliminar¡Vaya! no sabía nada, aunque te había echado de menos.
ResponderEliminarEsperoque todo vaya mejorando y que pronto te leamos por aquí
Espero volver al ritmo normal y a escribir que es un gran consuelo. Besos
EliminarA cuidarse y recuperarse prontito! Y a disfrutar de las cosas buenas que nos da la vida!
ResponderEliminarBesotes!!
Gracias por tu apoyo y por leerme. Un besote fuerte
EliminarRecupérate Marijose y ya tendrás tiempo de escribír muchos más libros. Si te tienen q operar, ya te pondràs bién. Yo, sigo con mis anteriores males, y el añadido de la infección, todavia lo tengo. No fui de vacaciones este verano y la semana de Londres està sin reservar. No tengo fuerzas, pero sigo adelante. Un besazo amiga!
ResponderEliminarY tú, también. Cuídate mucho, amiga.
EliminarPues por la completa mejoría del hombro. A escribir, que como terapia es estupenda también.
ResponderEliminarUn abrazo
GRacias por estar aquí y leerme. Besos
EliminarAdelante, María José. Tú eres una persona fuerte y tienes una familia fantástica que te quiere. Lo superarás. Hay caídas que producen efectos indeseados, pero el tiempo y la rehabilitación consiguen repararlos. Cuídate. Besos.
ResponderEliminarA verces cuesta tirar hacia delante pero hay que hacerlo. Gracias por tus palabras de aliento. Besos
EliminarYo te aconsejo que no vuelvas a empezar, sino que sigas caminando con una experiencia más: el dolor físico. Tus personajes están esperando que les des vida y si vuelves a la casilla de salida se van a enfadar. De cualquier manera, mucho ánimo, amiga, que de los baches se sale más fuerte.
ResponderEliminarCOn volver a empezar me refería a salir de mi reclusión forzada y luego prolongada por mi estado de ánimo. Es verdad, suy soy más rica, porque tengo una vivencia nueva y espero que me sirva para llegar a ser más creatuva. Al menos a nuestro querido Sigmund Freud le sirvió. Besos
EliminarHay que volver y seguir... las veces que sea. Mientras volvamos es que estamos vivos. Y eso hay que celebrarlo, a pesar de las circunstancias.
ResponderEliminarAbrazo muy grande y que te recuperes lo mejor posible! 💓