lunes, 8 de agosto de 2016

Paseando con... David Jiménez "El Tito"





Amanece y el azul del mar comienza a hacerse visible. Las olas se estrellan con furia contra la orilla como si les fuera la vida en ello. En el horizonte, los tonos anaranjados de los primeros rayos de sol se confunden con los azules dando lugar al sexto color del arcoíris: el precioso añil. El mar, ese mar, que por motivos de trabajo tiene que patrullar nuestro invitado de hoy. 
La semana negra de Castellón fue el escenario en el que conocí a David Jiménez con el que había cruzado algún que otro tuit meses antes. Allí, precisamente, compré un ejemplar de su novela, Muertes de sobremesa, y después de leerla y disfrutarla en el mes de julio, he querido pasear con él y conocer más a fondo a este joven escritor de novela negra.



La cita para nuestro paseo es al alba. A David, como al protagonista de su novela, Marcial Lisón, le gusta recorrer su ciudad, Cartagena, en coche y de madrugada, cuando parece que descansa, pero en realidad tiene un ojo cucado, como él mismo dice. Siempre que puede sale a pasear sin rumbo alguno y descubre cosas que el día, cargado de premura, oculta en un segundo plano. 


Yo también quiero conocer más pero sobre él, sobre su afán por escribir y sobre el porqué de otras muchas cosas que iremos desvelando en nuestro paseo.
¿Te parece que comencemos presentándote ante tus lectores? 

¿Quién es David Jiménez “El Tito”?
David Jiménez es un licenciado en Biología que, por mor de las circunstancias, desempeña un trabajo (que me apasiona) que nada tiene que ver con lo que estudié. Soy agente de Vigilancia Aduanera: un cuerpo policial perteneciente a la Agencia Tributaria (sí, Hacienda) que se encarga de la represión del contrabando y la lucha contra el fraude fiscal y el blanqueo de capitales.

¿Por qué lo de “El Tito”? No sé si te lo habrán dicho alguna vez, pero a mí me suena más a torero que a escritor.
El Tito es el sobrenombre por el que me conoce el grueso de la gente de mi ciudad, y que nace de la época en la que, mientras estudiaba en la universidad, trabajé como camarero para desahogar un poco a mis padres.
La verdad que es un poco largo de explicar, así que trataré de sintetizar. Por cierto, empezaré declarándome antitaurino, para matizar tu primera impresión.
Yo, como veterano del bar, me encargaba de «bautizar», unas veces con más acierto que otras, a los nuevos trabajadores que se incorporaban. Una vez entraron dos de golpe: Mariano, al que decidí llamar Mari, y David, al que un compañero, para no confundirlo conmigo, denominó Bruno. A ellos les hizo gracia aquel cambio de nombres y Mari, por haberle puesto yo ese nombre, comenzó a llamarme papá, mientras que Bruno me decía Tito. Con el tiempo Mari nos dejó y Bruno se quedó, así que todo el que entró después de él asimilaba que yo era el Tito, de manera que desde finales de los 90 soy «El Tito».
He dejado numerosos matices por el camino, pero si no necesitaría veinte folios. 
Espero haber solventado tus dudas.
Todo aclarado. El caso es que estuve varias veces para preguntártelo en Castellón y al final no lo hice ;-)

¿Té, café o chocolate para desayunar?
Café, sin ninguna duda.

¿Cómo es un día cualquiera para David?
Mis días, debido a lo particular de mi trabajo, varían mucho si son laborales o de asueto. 
Cuando toca currar estoy las veinticuatro horas pendiente del teléfono, por si surge algún aviso y toca embarcarse. Si estoy libre, después de dejar a los niños en el cole y, aprovechando que mi mujer va al gimnasio, leo, atiendo redes sociales, salgo a correr (no hago running), en realidad lo que me apetece, no me planifico. Después de comer es el momento en el que mi mujer y yo aprovechamos para ver series (somos adictos). La tarde la ocupan los niños (salen a las 17:00) y la noche es mía: escribo, escribo y escribo.

¿Cuántas horas necesitas dormir para encontrarte bien?
En eso soy un poco raro. Duermo entre cuatro y cinco al día, y me encuentro de lujo. Eso sí, por mi trabajo no siempre pueden ser por la noche.

¿Recordar o soñar?
Ambas. Sueño siempre, cada día, pero para anhelar metas lejanas es imprescindible recordar el trabajo empleado en las conquistadas.

¿Una figura importante en tu infancia?, ¿por qué?
Mis padres. De mi madre heredé la pasión por la lectura y de mi padre por el fútbol. Entre esas dos aficiones consumo el tiempo de ocio.

¿Cuál es tu comida preferida?
Aquí le decimos olla de cerdo, pero se resume diciendo comida hipercalórica en la que hay mucha carne, patatas y habichuelas.
Eso suena a suculento...

¿Te gustan los animales? ¿Tienes mascota?
Adoro los animales. Tengo perros (no precisaré cuántos para que la propietaria de mi casa, si nos lee, no se escandalice), un gato y una tortuga.
De hecho, uno de los protagonistas de su novela, Muertes de sobremesa, es Sola, una galga fiel compañera de Marcial Lisón. Cuando leáis la novela, sabréis el porqué.


Una canción.
«El perro verde» de Marea. Adoro a Kutxi Romero.

Una película.
La vida es bella, Matrix, tesis, Nueve reinas, El hijo de la novia… No tengo una definida: me gusta que me hagan pensar. 

Un libro.
«Los renglones torcidos de Dios» de Torcuato Luca de Tena. Me marcó mucho su lectura y me ayudó a saber qué quería escribir.

¿A qué país te gustaría viajar?
Me queda tanto que ver en España que no tengo un país concreto al que desearía viajar.

¿Crees en el amor a primera vista?
No. Creo que alguien te puede atraer a primera vista y cuando lo conoces te pueden dar ganas de tirarlo por un barranco, y que otro que, en un primer momento ni fu ni fa, conociéndolo puede llegar a ser lo que siempre has soñado.

¿Qué importancia das a la familia?
El cien por cien. Son el motor de todo. Mi día a día se hace pensando en mi familia.

¿Qué es para ti la amistad?
Para mí la amistad es algo que se construye muy despacio, sin premeditación y que cuando te quieres dar cuenta está ahí. Sé que se trata de amistad cuando, a pesar de haber pasado mucho tiempo (a veces años), quedas con alguien y hablas con él como si la última vez que lo hubieras visto fuese ayer.

¿Tienes muchos amigos o muchos conocidos?
No creo que nadie pueda tener más de una decena de amigos de verdad, al menos según mi concepto de amistad. Yo cubro ese abanico. Conocidos muchísimos. Y que no falten: aún me queda hueco.

¿Soledad o bullicio?
Depende el momento. Como norma general la soledad, pero me encanta que en los eventos importantes haya muchísima gente.

¿Cómo llegaste a las redes sociales, facebook, twiter…?
Por curiosidad, pero casi toda mi actividad en ellas es referente a la literatura, mi vida personal no tiene cabida en ahí.

¿Quién o cómo te aficionaste a escribir?
Desde que tengo uso de razón recuerdo a mi madre con un libro en la mano, así que, por imitación, comencé a leer muy pronto. No recuerdo, en cambio, qué me hizo dar el paso a escribir, aunque imagino que fue la curiosidad de saber si yo era capaz de contar con destreza las historias que brotaban en mi cabeza.
En esto coincidimos, yo también recuerdo siempre a mi madre, una vez que terminaba con las labores de la casa, coger una novela y perderse en la trama. Muchas veces he pensado si así no viviría nuevas vidas... 

¿Libro en papel o lector de ebook?
Me gustan más en papel, pero por motivos de almacenaje me pase al digital hace un par de años. Desde entonces solo he comprado en papel uno, pero no diré cuál.

¿Cuántos libros has publicado?
Solo he publicado «Muertes de sobremesa», aunque escribí uno titulado «Un yonqui de traje y corbata» que ninguna editorial tuvo a bien asumir el riesgo y que me sirvió para pulir defectos.


¿Por qué escogiste el género negro-policíaco? ¿Es tu preferido, en el que te siente más cómodo?
Casi el cien por cien de mi lectura es de este género (algo que debo solucionar si quiero enriquecerme), así que solo acuden tramas de esta índole a mi cabeza.

¿Nunca pensaste en autoeditarte, en ser un escritor independiente? 
Claro que lo pensé, pero necesitaba saber que alguien, además de mi familia y yo mismo, creían que mi trabajo merecía la pena; tanto como para arriesgar su dinero.
No solo puedes autoeditarte arriesgando dinero. Si lo haces en Amazon, no solo no arriesgas sino que puedes ganar bastante, te lo dice una autoeditada que ganó muuuucho más que lo que lleva ganado desde que publica con editorial. me refería 

¿Lees mucho?
Cuando escribo algo menos, pero si no suelo leer cuatro o cinco libros al mes. Si es mucho o poco será en función de con quién lo compares.
Creo que en eso lleva razón, lo mismo ocurre cuando le preguntas a alguien si bebe mucho o poco (yo por cuestiones profesionales lo hago a menudo) jajaja

¿Cuál es tu momento del día preferido para leer?
Para leer no tengo uno preferido. Siempre leo algo antes de acostarme, pero la mayor parte de la lectura la hago en los huecos de tranquilidad que le robo al día.
Los escritores a tiempo parcial, como nosotros, siempre andamos robando tiempo al tiempo ;-)

¿Qué te aporta el contacto tan directo que mantienes con tus lectores y con otros escritores?
Con los lectores descubres las sensaciones que han sentido con tu trabajo y puedes comprobar si has trasmitido aquello que imaginabas cuando escribías. Yo he de decir que he recibido mensajes privados que me han emocionado y que han hecho que todo el tiempo empleado merezca la pena y se vea recompensado con creces.
Con los escritores me permite humanizarlos. De muchos solo conocemos sus obras y gracias a las RRSS hoy podemos conocer a las personas, qué piensan, qué opinan, cómo aceptan (o no) las críticas…
Creo que somos unos afortunados por tener las redes sociales y el contacto tan cercano con nuestros lectores y amigos virtuales o no.

¿Algún secreto inconfesable que quieras contarnos… jaja?
Dejaría de serlo. 
Nos deja con la intriga, espero sonsacarlo algún día.

Te animo a que conozcas a este escritor que dará que hablar: 



1 comentario:

  1. Parece un experiencia estupenda,me lo he leído con calma a pesar de las horas que son.un abrazo

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