Mañana de frustración

Dicen que el día de Reyes es un día para los niños.

Ese día tan esperado por ellos, en el que con sus caritas ilusionadas esperan recibir todo lo que marcaron con una cruz en ese catálogo, que los centros comerciales y jugueterías reparten para facilitar las cosas a sus "Majestades". 

La mañana de Reyes, mañana  de alegría y de frustración. 

Es imposible abarcar para el bolsillo de los Reyes Magos, y menos en tiempo de crisis, tantas y tantas página marcadas con artilugios de todas clases y familias, ¡tantos deseos! y, algunos de coste tan elevado. 

Pensándolo bien tampoco viene mal que nos demos cuenta de que en esta vida no se puede tener todo; que a veces, ni con esfuerzo, se consigue llegar a final de mes y que un dispendio excesivo puede dar al brete con el pago de nuestra hipoteca, algo más apremiante que todos los juguetes del mundo. 

Sin embargo, los padres de ahora se sienten obligados a conceder todos y cuantos deseos son solicitados porque la consigna es  NUNCA FRUSTRAR. 

Y resulta, que la frustración es una respuesta emocional necesaria para madurar y, aprender a controlarla uno de nuestros objetivos. Pero para ello debemos sentirla en algún momento; en alguna ocasión es bueno sentirse decepcionado, enfadados..., solo desde ahí, y apartar de ahí, podremos estableces pautas cognitivas para su control y que no se transforme en ira o en agresividad (algo que observamos con frecuencia en nuestros niños cuando no se ven satisfechas sus expectativas).

Creemos, ilusoriamente,  que de esa manera nuestros niños serán más felices ¿Y lo son? ¿Son más felices con sus muchos de juguetes que lo fuimos nosotros con "nuestro único" juguete?

La vida cambia, las personas se adaptan al paso de los tiempos, eso es indiscutible. 

No se puede comparar lo que tuvimos y lo tenemos. O quizás sí, y este sea un buen momento para pararnos a pensar qué estamos haciendo con ellos y cual será su futuro; porque de ellos depende el nuestro.

Feliz mañana de Reyes para los alegres y aún más para los frustrados.