El caracol va lento hacia la meta. Siempre llega, eso es lo importante. No bate marcas olímpicas pero su incesante deslizamiento le lleva a donde él quiere.
Desde este momento voy a imitarle y aprovechar al máximo las vacaciones de Semana Santa. Voy a ralentizar mi ritmo; me voy a dedicar a deslizarme por la vida lentamente.
Tengo entre manos la promoción de mi novela Bajo los Tilos, y las correcciones del libro de relatos jueveros que he de enviarle a Alfredo al terminar la Semana Santa, tarea más que suficiente para estos días, además de leer, ver pelis y salir al encuentro de las procesiones. Me queda visitaros en vuestros blogs para leer sobre fiestas de pueblos, lo haré poco a poco.
Espero que Gus me disculpe no estar en su blog esta semana, pero con este caminar tan pausado no llegaría el jueves a tiempo ni aunque me metieran un cohete por el culo (sentido figurado, por supuesto...jajaja).
Nos vemos pronto!!!!!!!
no sé cómo se escribirá eso de shiiiissss punnnn...jajajajaj
ResponderEliminardescansa, guapa.
Lo has dicho muy bien shiiiiissss...
Eliminar¿¿ver pelos?? desconocía este entretenimiento, pero la especie humana es, ante todo, friki por derecho y naturaleza, donde vamos a llegar...
ResponderEliminarJuan Escoplo.
jaja esa ha sido una mala jugada del autocorrección, soy friki pero no tanto me refería a ver pelis, películas jajaja Besitos
Eliminardespacito tambien se llega a todos los sitios, ¿no?
ResponderEliminarun beso!!!!!!
Despacio, lento, tan lento que apenas se perciba movimiento. Descannnnnsaa, es lo mismito que yo estoy haciendo.
ResponderEliminarUn beso
Hola María José:
ResponderEliminarTranquila, yo mas que nadie os comprendo. A veces es mejor ir lento, pero a paso firme.
Saludos
como se ralentiza el ritmo de vida??
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