La
sala es pequeña. Dos filas con cinco cómodas butacas de color granate cada una. Roger está sentado en el centro de la segunda
fila. Detrás de él, un haz de luz que pasa por encima de su cabeza enfocado hacia
la pantalla. Silencio. Pulsa un botón del mando a distancia que tiene en la
mano; aparecen unas imágenes difusas y desenfocadas. Colores diversos que se
mueven de un lado a otro hasta que van tomando su auténtica forma. Su mujer y
su hijo en el jardín, al lado de la piscina. El corazón le da un brinco. Por el
altavoz se escucha el balbuceo de su hijo: pa,pa,pa… y la
ostentosa risa de Clara que le dice que lo repita y juntando sus labios le guía
para que una las dos sílabas mágicas: pa-pa. Las lágrimas bañan el barbudo
rostro de Roger. Al poco la imagen se transforma. Delante de la chimenea el
niño recita el papel que le han adjudicado en la representación de Navidad que
organiza el colegio. Rubio, de grandes
ojos azules, mira a la cámara mientras abre las manos y dice: Soy un ángel del cielo y he venido hasta vosotros para traeros la buena nueva…Roger
reprime como puede una intensa arcada. La angustia se apodera de él. No puede detenerla
y al poco se convierte en una culpable desesperación. Esta vez no podrá
superarlo. El tormento se multiplica con el tiempo en lugar de atemperarse como
le dicen los médicos. Decidido toma entre sus manos el arma que descansa en la
butaca contigua; la apoya en su sien derecha. Un segundo, que parece una hora, y
su cerebro da la orden al dedo para que apriete el gatillo. Un ruido sordo y el
cuerpo de Roger se inclina hacia la izquierda. El arma cae de la flácida mano,
se pierde en la mullida alfombra. En la pantalla, las última imágenes. En el
coche, el niño desde su asiento trasero juega
con la cámara de video intentando enfocar los árboles que presurosos se alejan por la
elevada velocidad; la voz asustada de Clara: No corras tanto, no pasa nada porque lleguemos un
poco más tarde…
--Corten --grita el Director
El
clack de la claqueta se escucha y el silencio se transforma en un aplauso.
--Excelente
toma, no tendremos que repetirla. Gracias a todos. Has estado impresionante, Marcos. Mañana nos
vemos a la misma hora.
La ficción del cine (del bueno) logra transformarse en realidad por lo que dura una película...y ahí radica su magia incomparable. No es lo mismo, tampoco, ver películas desde una TV que en una sala cinematográfica.La emoción es diferente, el poder de trasladarnos, también.
ResponderEliminarun abrazo y muchas gracias por participar!
Una última toma irrepetible.
ResponderEliminarEs la magia del cine, a poco que sea interesante, nos metemos en ella ciegamente y nos llegamos a creer practicamente todo. Al menos mientras dura la película.
ResponderEliminarUn abrazo
Hay escenas que no pueden repetirse, cine reality, apretar el gatillo o el botón de acción !claqueta!.
ResponderEliminarMagnífico entramado entre lo real y lo fictício, la mágia del cine, mejor que el vídeo.
Besito peliculero.
Como una buena película que hace sentirnos parte de ell, así ha sido tu historia, a medida que lees vas imaginando, vas viendo y sintiendo la tristeza y la angustia del protagonista hasta el intante de ese !corten!.
ResponderEliminarUn mágnifico guión Mª José.
Un abrazo.
Me tenías con el corazón en un puño (o viceversa). Menos malque Roger era ficción.
ResponderEliminarEl ritmo del relato me parece genial, me ha enganchado totalmente.
Besos, amiga.
Una gran escena dramática, con un buen final, sólo era ficción. me ha gustado.
ResponderEliminarUn beso
las escenas de remordimiento o depresion inasumible son frecuentes y dificiles de hacer creibles, en este caso te ha salido un buen storyboard.
ResponderEliminarUn beso
¿Sabes? He escuchado hasta el disparo. Muy bueno.
ResponderEliminarTe dejo un abrazo.
Maat
apa... excelente amiga. increible final! me encantó el cineadentro que nos mostraste. un beso!
ResponderEliminarExcelente clima de tensión, magnífico retrato de la desesperación de un padre mientras rememora escenas de esa infantil vida truncada por su imprudencia, desesperación que le lleva al climax final de acabar con su vida mientras en la pantalla se escenifican los momentos finales. Y la relajación final que llega a golpe de claqueta. Todo era ficción, aunque esa ficción refleja una realidad mil veces repetida. Me has atrapado en tu relato, María José.
ResponderEliminarUn abrazo.
Menos mal que era ficción. Has logrado meternos tanto en el papel que nos hemos quedado angustiados pensando en el protagonista, sobre todo en el momento del tiro. Un beso.
ResponderEliminarEste comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarmira, de las morenas...
ResponderEliminarcreo que me conoces en mis formas de hablar...así que no voy a reproducir ninguna aquí por que he dicho más de una..
no te jodeee¡¡, va la niña y al final dice eso de que cortennnn¡¡¡
en serio...esas frases cortas, esa velocidad adquirida en el relato, me han puesto de los nervios...
y al final, va la niña y dice eso de COOORRRTENN¡¡
CULLONS, de las morenas...
y mira que yo he hecho un relato igual....en siendo el mío triste...este este...
insisto, me has puesto de los nerviosssss¡¡¡
y por lo tanto, MUY BUENOOOOO
medo beso....
p.d.
he borrado el anterior, por que con los nervios hasta había escrito aquello de había,por ejemplo, sin h y con v
Por suerte el director dijo corten! yo también me había puesto triste ya. El tipo viendo la filmación con el arma al lado, una especie de despedida, la culpa no lo deja vivir, terrible
ResponderEliminarMuy buen relato para este jueves de cine
un beso
Menos mal que era ficción, ya se me estaba helando la sangre esperando lo peor.
ResponderEliminarEsto es el cine con toda sus realidades y ficciones.
Me mantuviste alerta, jaja.
Me gusto mucho.
mira que en el cine y eso que es un tipo de arte mira que se ve de todo eeee
ResponderEliminarHe ido pasando de una filmina a otra en tu texto con la rapidez misma de la escena. Irrepetible, debería de serlo pues en ella hay tanta realidad...
ResponderEliminarBesos
Si señora, has conseguido tenernos con el corazon en la garganta hasta el final.
ResponderEliminarPor Dios, ¿es que tu todo lo haces bien? hasta guiones de cine ¡ole!
Un besazo
Un buen director, sabe donde interrumpir la escena. Ud. sabe manejar la cámara, y no solo la de imágenes fijas....
ResponderEliminarbesos y buen domingo!!!
HORRIBLE. Sobre todo porque el final me parece que está abierto. No he visto que Marcos responda. ¿O soy demasiado pesimista? Un abrazo
ResponderEliminarQue ritmo tiene este texto, no pude parar ni a respirar, pasé por todas las emociones juntas, impresionante tu forma de relatarlo.
ResponderEliminarMe gustó mucho y me sorprendió el final.
Un abrazo.
Uyy, al principio pensé que se estaba grabando una pelicula de video casera y familiar, pero resulta que al final se estaba grabando una escena, menuda escena, creí que me había equivocado de canal. Un abrazo.
ResponderEliminar¡Uff, menos mal! no sabés el alivio que me dió leer la estrofa final!!
ResponderEliminarMuy buen suspenso, excelentemente llevado, la tensión, el clima opresivo de tu personaje, muy buen relato Ma. José, se veia venir un desenlace como el que sugerías, pero al final: corten la ficción!
por cierto acabo de leer el capitulo de la novela y la verdad es que me encantó, me parece que tiene un gancho fantastico. Te felicito!
Besote amiga