150 palabras para la continuación de una historia
Sebastián limpiándose las lágrimas miró a Tobi; el animal le devolvió un gesto que su dueño interpretó de asentimiento. Estaba de acuerdo con él: era necesario alejarse de los hombres capaces de cometer aquellas terribles acciones. Un movimiento a su derecha le hizo desviar la mirada. Acababa de llegar una mujer con la que se cruzaba a diario. En cualquier estación del año, se cubría con un abrigo y un pañuelo en la cabeza que casi tapaba su raído cabello. Llevaba unas botas viejas y tiraba con esfuerzo de dos carritos de la compra en los que trasladaba todas sus pertenencias. Sebastián se sintió descubierto por ella y giró la cabeza. Unos segundos después volvió a mirarla, de reojo, con disimulo; contempló extasiado que el llanto se apoderaba de ella mientras miraba el cadáver de Cecilia. Algo se quebró en su interior, aquella mujer merecía la pena, debía conocerla.
Al menos la presencia de la mujer del pañuelo impidió que Sebastian dejara de creer en el ser humano.
ResponderEliminarHabrá continuación??????
Besossss
Y........ (PORQUE ME HE QUEDADO CON GANAS DE MÁS.....) ERES UNA BRUJA...
ResponderEliminarBESITOS
Da como reparo mirar de lleno la miseria ¿qué miseria? No será la de esta mujer, la suya no es miseria del corazón, la verdadera.
ResponderEliminarCecilia, Tobi el animal, y Sebastian...sigue la história de los tres personajes, podría convertirse en novela.
Ándale María José, que estás inspiradísima. Besito.
Cada ser humano es una oportunidad para aprender, para asombrarse, para descubrir, para enriquecerse, para reconocerse... No importa la estacion del año para dejar a la intemperie los prejuicios.
ResponderEliminarUn beso
De nuevo alguien se cruza en tu camino para dejarte sentir que sigue mereciendo la pena dar otra oportunidad. Estaba Cecilia, sigue tobi y aparece esa mujer de pañuelo atado a su cabeza, esa que llora por una desconocida y te hace desear conocer lo que vive en su corazón.
ResponderEliminarSiempre sumando.
Un abrazo Mª José.
A veces vale la pena descubrir a las personas que pasan desapercibidas ante nuestros ojos, y que en un momento determinados su invisibilidad se vuelve visibilidad, y nuestra vida cambia.
ResponderEliminarPreciosa historia
Un beso
La miseria que yo he visto por las calles, la que he presenciado de un modo inmediato es algo como tú lo describes doloroso, con accesos de sentimentlismo y desesperaciòn por miedo a que te pase algo.
ResponderEliminarNos importamos poco.
Tésalo
Ganas de más...Mientras tus historias y la gente que se nos cruce por el camino, nos dejen esa sensación, el día a día (y los jueves en particular) es un lindo y bello suceder.
ResponderEliminarUn fuerte y enorme abrazo, bonita.
...Y la historia sigue.
ResponderEliminarSiempre habrá una persona que llame la atención de Sebastián y le haga olvidar, aunque sea por un momento a los inadaptados capaces de hacer aquello.
Besos
Tras la miseria exterior, unas lágrimas delatan los buenos sentimientos de un ser humano al que seguramente merece la pena conocer.
ResponderEliminarNos quedamos a menudo en los signos externos, aquellos que nos hacen mirar hacia otro lado ante el diferente.
Un abrazo.
los olvidos a veces son perdonables...a veces son...son la leche...¿cómo es que te dejé para lo último? ¿quizá por que en el cielo había señales que decían que de las morenas estaba escribiendo algo a partir d eunos personajes que le fueron dados y que...? ¡¡yo qué sé! los hados lo han querido así y mi olvido también...
ResponderEliminarbien..presenta buena cara esta parte pequeña que descubres de lo que , al parecer, va a ser algo más grande...sabes, de las morenas, siguiendo la táctica de la natalí, bien que podrías usar los jueves, algunos jueves, para ir ampliando...sería una táctica...al menos por si alguna vez decaes en el empeño...yo qué sé, al menos te aporto una idea...
y hoy ni medio beso ni leches..todos los medios besos que he ido repartiendo a lo largo de la lectura de este juves reunidos para ti...
El mundo escondido de una persona que vagabundea, cada una con una historia triste.
ResponderEliminarHermoso relato.
Perdon por mi tardanza en entrar a dejar comentario, el trabajo me agobia mucho.
Primavera