Anecdotas de una de 50 y ...
El retorno de Berta
El retorno de Berta
Un día cualquiera puede convertirse en un mal día; un día cualquiera, puedes pasar de ser una mujer normal y corriente a sentirte una top model, una princesa; un día cualquiera puedes darte cuenta de que tu vida no va bien…
Finales de enero es la fecha que siempre escojo para hacer un viajecito a Madrid. Con la excusa de las rebajas aprovecho para darme “el gusto” de pasar un par de días en la capital. La chica de la agencia de viajes me suele acomodar en un hotel de cinco estrellas, de los que se ofertan a buen precio por estar en temporada baja. En esta ocasión, además de una habitación espectacular, el establecimiento tenía un spa de ensueño.
Nada más llegar salí en busca de esa maravillosa prenda, traje, pantalón, camisa… que siempre espero encontrar, por aquello de estar en la cuna de la moda y que, sinceramente, casi nunca localizo.
Paseaba tranquila por la intransitable, debido a las obras, calle Serrano deteniéndome en los escaparates. Llevaba media hora caminando cuando un precioso traje de dos piezas, rojo, llamó mi atención. Me enamoré, como dicen las cursis; elegante y discreto a pesar del color por la sencillez de su diseño. Sin dudarlo me apresuré a entrar en la tienda.
Una chica de unos veinte años con un pantalón que apenas le llegaba a la cadera y un jersey de cuello vuelto que le rozaba el ombligo, dejando una amplia franja de carne en exposición, me saludó con desgana y me preguntó con tono impertinente qué quería. Entusiasmada por mi hallazgo pasé por alto sus malos modales que achaqué al cansancio de las rebajas, y le indiqué el que quería probarme.
Me miró displicente y me preguntó por mi talla. Al responder que la cuarenta puso cara de asco y dijo:
—¿Seguro?
Me quedé anonadada. Más por el gesto de su cara que por la pregunta, pues yo conozco perfectamente cuales son mis medidas.
—Esa es la del escaparate y no voy a sacarla con el trabajo que cuesta para que luego no sea.
Volví a insistirle sin conseguir nada. De manera que unos cinco minutos después me encontraba en el estrecho probador poniéndome una 44 que era la que tenían en tienda, a sabiendas de que me quedaría grande y maldiciéndome por no ser más decidida y haber mandado a la chica a la mierda.
—Salga fuera señora para que la veamos, me gritó.
Y yo como una imbécil, salí.
—Pues…tan mal no se le queda este —dijo mientras me tiraba de la parte de atrás para ajustarlo.
—Me queda muy grande—musité atemorizada.
—Decididamente su talla no es la 40. ¡Qué va, ni mucho menos! ¿Verdad Susana? —preguntó buscando asentimiento en su compañera—. La que lleva le queda casi bien, la del escaparate no le entrará.
—¡Casi bien! —exclamé alzando la voz, sin poder resistir por más tiempo a aquella maleducada—. Estoy hecha un fantoche, me queda enorme y quiero el libro de reclamaciones —le chillé.
—El problema no es la talla, señora —respondió sarcástica—, es la edad. Usted no tiene edad para ponerse este traje rojo, no hay más que ver lo que parece.
Dos minutos más tarde, sofocada y humillada hasta más no poder por aquella mocosa, salí a la calle con un cabreo de mil demonios, después de tirarle a la cara el vestido y escribir mi reclamación, que la dejó bastante perpleja.
Más tarde un alto y fornido chico me abría la puerta de Valentino. Una amable señorita me enseñó todos los vestidos rojos de la tienda. Me trató como a una reina.
Con disimulo daba la vuelta a la etiqueta para conocer el precio. Dentro de mí se debatían mi ángel y mi demonio porque todos tenían cifras de tres ceros. Me sentía tan indignada por lo que me dijo la desagradable chica de aquella tienda que al final triunfó mi parte mala y me llevé uno precioso con la excusa tranquilizadora de que me lo merecía por el mal rato que había pasado.
Cuando regresaba a casa, en el tren, miraba toda orgullosa la bolsa donde iba mi traje y a la vez una punzada en el estómago me sobrecogía por gastarme más de tres mil euros en un traje que no necesitaba y que no sabía si tendría ocasión de estrenar.
No era normal. No toleraba bien las frustraciones y lo peor, no sabía manejarlas.
Ese fue el día cualquiera, en medio de la nada, a trescientos kilómetros por hora, en que tomé conciencia de que atravesaba una crisis y que sin duda era el momento de pedir ayuda.
Qué buen relato Mª José. A veces me pregunto qué coño hacen algunas y algunos al frente de un comercio, con cara de estar oliendo mierda.
ResponderEliminarA mí me suele pasar lo contrario, yo siempre pido una talla enorme para ir bajando la autoestima a la vez que la talla.
Besos.
Me ha recordado a Pretty Woman, cuando no la atendían bien, aunque claro, en aquella ocasión era por la ropa que llevaba, no por la talla.
ResponderEliminarDesde luego, hay algunas dependientas que te sacan de quicio con sus comentarios y su desinteres por agradar.
Si por tropezarte con una niñata de esas, te gastas 3000 euros en algo que no necesitas, desde luego es para preocuparse, sobretodo porque no estan los tiempos para esos derroches, jajajaja.
Me alegro de que ya estes buena.
Un beso
Pero, amiga, no conozco tu situación económica, pero... ¡tres mil euros! ¡Madre mía! Decididamente esa dependienta de pacotilla te amargó el día, y el bolsillo. Aunque, tranquila, el dinero, si es para darnos una buena lección, es lo de menos. Al fin y al cabo, lo importante es darse cuenta de que hay otras maneras de ganar una batalla.
ResponderEliminarMuy ameno y bien redactado tu texto, como siempre.
Un abrazo.
¡Hola Mª José!
ResponderEliminarJAAAAA!!! ¡como he disfrutado con tu relato!
Si es verídico, chica, ¡como te cuidas! me das envidia.
En todos los sítios hay gentecilla así, incluidos nosotros, lo malo es que algunos te pueden arruinar una buena jornada.
Con tu permiso yo te contaré una anécdota mía.
Tenía una cita de trabajo. Con quien había quedado me hizo esperar una hora, no me fuí por tener más vergüenza que él. Vino de mala leche, y me despachó en un minuto, lo que me cabreó muchísimo porque yo no estaba para perder el tiempo, y así se lo hice saber. Me mandó a la mierda.
Pasado dos años necesitó de mis servicios, y le cité en mi despacho. No le hize esperar, le atendí lo mejor que supe, pero le tuve jugando al gato y al ratón durante la hora que él mi hizo esperar. No veas como sudaba.
Mala leche en la vida, antes o después te viene devuelta.
¡Perdóname por enrollamer!
¡Un beso!
MIGUEL
Bienvenida Berta!!!!!
ResponderEliminarPues si, no hay nada mejor que un "gustazo" para quitarse las frustraciones aunque despues pellizque el estomago el remordimiento sensato, pero.....que le quiten lo bailao, no?
Ademas, seguro que estaba esplendida con el valentino rojo, jejejejejeje
Un beso
Mis queridos amigos, Berta os agradece vuestra cálida bienvenida. Ya sabeis que anda en crisis y quizas esto le sirva para tocar tierra.
ResponderEliminarMercedes, Jose Ignacio
Gracias a Dios no es una anecdota mía aunque yo tmabien tenga cincuenta y...jaja concretamenta cincuenta y dos que cumplo hoy. Berta es un personaje que desde final del año pasado nos cuenta sus anecdotas y demás. Espero que tú tambien te hagas fiel a ella. Tiene muchos admiradores...jeje. Las entradas anteriores podeis leerlas en el blog
Besitos
Miguel
Gracias por contar tu anecdota. Me alegro de que el susodicho estuviera sufriendo, ya era su hora.
Tere
me alegra mucho verte por aqui. Berta se ha retrasado peor ya no nos abandonará y menos ahora que piensa pedir ayuda...
Yo estoy ya mejor pero la medicacion me ha hecho polvo ele stomago asi que me arreglo de uno y me desarreglo de otro.
Manuel
Ni lo dudes el rojo valentino merecia la pena...jajaja pero Berta en el fondo es muy puritana
Dile a Berta que le lance una buena a la impertinente la próxima vez. Una sonrisa, decirles lo buenas profesionales que son y un buen argumento lo más cínico posible para acompañar las desmonta... Lo he probado.
ResponderEliminarje, je, besitos.
Tanto.. me he quedado pensando en ello..
ResponderEliminarUn abrazo
Con mis
Saludos fraternos de siempre..
Que tengas una semana maravillosa..
Veronica
ResponderEliminarEspero que le cuentes a Berta tu anecdota seguro que asi se anima...jaja
Adolfo
Tanto...lo que yo te diga..
Besos
Seguro que tu personaje está estupenda con 50 años y una 40 y seguro que encuentra otras formas de afrontar su crisis particular que no sea pagando.
ResponderEliminarUn placer leerte.
Abrazos.
recuerda crisis, también es crecimiento.
ResponderEliminarla próxima vez, tu no estarás distraída, ante una vendedora con rebeldía existencial.
saludos.
Hola Berta, ya tenia yo ganas de verte por aquí. Hiciste muy bien en comprarte ese traje carisiiiiimo, por el mal rato que pasantes con la dependienta, amargada. Seguro que encuentras una buena ocasión para lucirlo y presumir de buenas marcas. Pero una cosa te digo, no hagas muchos viajecitos de esos a Madrid, que la cosa no esta muy allá, que digamos.
ResponderEliminarMaría José, me alegro que estés bien de tu resfriado, y controla a Berta que nos ha salido gastona. Estupenda la vuelta, como siempre he pasado un buen rato con sus aventuras. Un fuerte abrazo guapa.
Madre mía , me has dejado pensativa , menudo gasto cielo .
ResponderEliminarBesitos dulces.
Qué bien lo cuentas.
ResponderEliminarPobre Berta, dejar los ahorros para subir su autoestima...
Seguro que la próxima vez que se encuentre con semejante dependienta encontrará alguna otra respuesta aparte del libro de reclamaciones.
Un abrazo
NO lo puedo creer!!! qué indignante y lo más sorprendente es que de un inicio lo hayas permitido cuando a parte de ser una cliente la cual tiene TODO el derecho de exigir hasta lo más mínimo, eres una mujer hermosa (salvo que hayas retoicado la foto...mentiiiira, una bromita para verte sonreir)y con una vasta cultura. Debe ser tu don de gente que siempre espera toparse con personas que pòr lo menos tengan cierto grado de educación . Un gran abrazo y mi solidaridad contigo.
ResponderEliminarDecididamente Berta necesita ayuda. Debió enfrentarse a esa chica maleducada.
ResponderEliminarPor cierto El Drac, gracias por tu piropo hacia mí, pero Berta tambien estaría de acuerdo contigo. Debe aprender a hacer las cosas en su momento.
Besos a todos
Solo por llevar el pelo largo y pendiente, las cajeras de carrefuor me pasan hasta los billetes de 5 euros por el detector de billetes falsos, y a los clientes van delante de mi no, y no vea la rabia que me da, hay empleados que se deberían dedicar a otra cosa que no sea el trato con los clientes o el público, un saludo. (Yo nunca me he gastado 3000 euros en carrefour).
ResponderEliminarA Berta le faltaba un Richard Gere para callar a la niñata y de paso, aliviarle la economia.
ResponderEliminarPuñeteras rebajas, por cierto.
(perdona por la falta de acentos. Me han prestado un ordenador que no tiene.)
Me alegra veros en tan buena forma :)
Un beso.
Hola María José.
ResponderEliminarMe he metido en tu papel. Has estado tan meticulosa en la descripción, que... hasta he probado el traje rojo...
Pienso que deberías de haber vuelto a la tienda de la impertinente y ponerte chula con tu talla y tu adquisición en Valentino.
Pero has demostrado más clase que ese pensamiento absurdo mío.
Y es que algunas veces la rabia nos puede.
Hace tiempo, envié un libro a unas Editoriales y al cabo de unos meses, una de ellas, me responde que está interesada y otra me dice que no, pero que están seguros de que habrá alguien a quien le interese dicha Edición.
Ni corta ni perezosa, les contesto a vuelta de correo sobre sus grandes poderes adivinatoios, y les digo que no lamenten nada... que ya tengo Editor.
Y es que cuando te pisan el amor propio...
Un abrazo y disfruta de tu modelito. Eso que te llevas por delante, hija.
Esta anecdota le sucedio a Berta, pero quien no ha sentido eso alguna vez. Parece que te perdonan la vida, incluso a veces cuando te pruebas te mira con asco. LO malo es que no hacemos las cosas como debiamos y decir unas pocas de verdades en ese momento. Si mas de una hablaramos , otro gallo cantaría.
ResponderEliminarRespecto a Berta, la pore pasa una mala epoca y no sabe como salir de esa situacion, se mete de lio en lio...jajaja y sin quererlo. Seguro que disfrutara de su vestido de Valentino, pero debe de ponerse las pilas o con esta crisis se arruinará.
LE MANDA CULL0NS, DE LAS M0RENAS....
ResponderEliminarEST0Y SEGUR0 DE QUE BERTA ES MI D0BLE...¿QUE N0 T0ERA BEIN AS FRUSTRACCI0NES? ¡ NI Y0, ECHES...NI Y0...QUE ES0 L0 SABE DE LAS M0RENES¡¡¡
ANDA BERTA , HAZME EL FAV0R DE DECIRSEL0¡¡¡¡¡
JJAJAJA...DE LAS M0RENES, ME RI0 S0L0...Y ES QUE PENSE QUE IBA A TERMINAR A BERTA PR0BAND0SE EL TRAJE DE L0S 3000 DE MARRAS UNA VEZ PAGAD0, CLAR0, Y DESCUBRIR QUE ERA CIERT0 QUE...AY, ES0 DE SABER QUE N0 ERES UNA 40...SABES, EST0Y UN P0C0 C0N LA DEPENDIENTA...N0 ME CRE0 QUE BERTA SEA DE ESAS MEDIDAS...QUE PASAM0S DE...MIRA, C0N MIS 47 TENG0 MAS MEDIDAS CASI QUE AÑ0S...
AHH, Y QUE ES ES0 DE IRSE A SERRAN0?...J0DER, Y0 TAMBIEN QUIER0...Y ES0 DE UN H0TEL DE 5 PUNTAS, QUE ES ES0????
LECHES, Y0 TAMBIEN QUIER0...
AHH, E REGRES0 DE BERTA, DICES....JAJAJJA...ME HE REID0 P0RQUE HE PENSAD0 QUE HABIA VUELT0 EL MALIGN0...JAJAJ
BERTA , A MALIGNA¡¡¡ JA¡¡ GUS, ESTAS C0M0 UNA CABRA¡¡¡ BVERTA ES HUMANAAAAA, QUE N0 ES P0C0¡¡¡¡
UN BESAZ0, PSIQUIATRA B0NITA
ALIAS DE LAS M0RENAS
ECHES, CASI P0NG0 AQUELL0
MARIA J0SE M0REN0
JAJAJA
UN MEDI0 BESAZ00000
0YE, DE LAS MRENAS, DIME, ¿P0R QUE ECHES ME CAES TAN BIEN????
JAJAJAJA
Maria José, dile a Berta que casi todas las dependientas de esas tiendas tan exclusivas son más "pavas" o cursis, como quieras...que la que inventó el "osea....."
ResponderEliminarParece que te hacen un favor atendiéndote....
Además dile que recapacite, en que con la que está cayendo, es un pecado gastarse ese dineral en trapitos tan exclusivos que no se vá a poner, como aquél que dice, que además es engordarle el culo a cuatro diseñador@s que se creen que nacieron con la cola del pavo-real incorporada...
En la calle Ortega y Gasset de Madrid, dá verguerza ver los precios de todo... y pensar que hay gente en el mundo pasando habre...
Así que piense, que seguro sentiría más satisfacción comprando un vestidito mono, de modistos españoles, con la tercera parte de ese dinero, que ya es muchísimo y pensar que con los otros dos mil euros, mucha gente en este mundo podrá comer y acceder a medicinas.
Vamos, que no quiero ser muy dura, pero es una pija redomada!!!!!!
Lo siento Berta, las cosas como son.....
Besitos a Maria José y un saludo para ti, osea.......
Pues yo creo que Berta debía haber insistido y conseguir el vestido rojo del escaparate. ¡Que se fastidie la insípida dependienta! Eso sí, no comprarlo y que montara todo el escaparate otra vez.
ResponderEliminarY de crisis, nada. Estoy convencida que se merecía ese auto-regalo. De vez en cuando hemos de darnos premios. Yo lo hago de tarde en tarde y cuando la dependienta me pregunta:"¿se lo envuelvo para regalo?", le contesto que no, que es un premio que me doy. Al principio se quedan perplejas, pero enseguida me dicen: "Tiene toda la razón. Yo voy a hacer lo mismo".
Pues ¡ale!. A la calle Serrano...y sin remordimientos.
Me ha parecido leer que cumpliste años el domingo. Te dejo un abrazote y 52 tirones de orejas.
Me ha encantado leer a Berta.
Otro abrazo para ella.
Maat
Te dejo una sorpresa en mi blog, "MIS ENLACES..." un saludo.
ResponderEliminarqué bueno...pobre (?) BERTA, aunque en realidad yo que soy realmente pobre, no tendría que pedir ayuda, sino un préstamoooooo, jajaj.
ResponderEliminarSí, seguramente tú le aconsejarías que se descargara con la dependienta, que se elija todos los vestidos y trajes rojos que pueda, y que por supuesto que los gustos no le acarren más culpas que placer. Me podés averiguar del hotel 5 estrellas para el próximo enero???
BESOTES A BERTA Y MUY ESPECIALMENTE A VOS (cómo va la boda, falta poquito.....)
Gustavo
ResponderEliminarjajaja...si a Berta le sucede como a ti que tolera mal las frustraciones y ya sabes con la edad peor, pero de eso a ese gastooooooooooo...no, no. Debe poner algo de orden en su vida, siempre es bueno que te suceda algo así, para recapacitar por un instante. De manera que ya sabes... a darle a la reflexión....
Besitos
Luna
ResponderEliminarEstoy contigo. Prefiero los diseñadores españoles. En realidad esto que le ha sucedido a Berta es algo parecido a lo que he sufrido mientras intentaba comprarme el traje para la boda de mi hija, no tan escandaloso, pero si muy similar, al final termine con un diseñador español a buen precio y con un vestido precioso, no rojo, pero si fucsia. Ya vereis las fotos cuando se produzca el evento.
Besitos y gracias por tu visita
Maat
ResponderEliminarQue alegria de tu visita.A Berta le encantará leerte. Yo tambien hago como tu. De hecho los regalos que mas me gustan, a estas alturas, son los que yo me hago...jaja.
Pues si el dia 15 cumplí 52 añitos...jajaja, soy de la quinta de Berta, de manera que vivo cosas similares.
Un besazo
Mamé
ResponderEliminarGracias por tu sorpresa, me ha encantado lo que dices sobre mi blog.
Besitos
Cas
ResponderEliminarBerta tambien se ha quedado "tiesa" como decimos por aqui despues de ese gasto, por eso debe de controlarse. A ver que pasa por su cabeza para la proxima semana...jaja
La boda marcha bien, ya queda menos de un mes, y el estomágo se me encoge cada vez más.
Me alegra verte por aqui.
Besitos guapa
Pss que tipa, la verdad, que estrés, yo la hubiera mandado al carajo desde el primer momento, tipa majadera… hay me metí en el relato como si estuviera casi ahí jajajajaja, bueno eso me pasa muy a menudo, para directora cinematográfica o en su defecto actriz hubiera estudiado. Pero hay es que si, malditas tipas, están para atendernos, si para eso se les paga y dejamos nuestro dinero para que nos traten bien no de la patada… uff que coraje…
ResponderEliminarY la verdad que si tiene un problema, le das demasiada importancia a una tipa que no merece ni poquito de nuestro interés… y 3 mil euros se me hace demasiado y más si no sabes para que te lo vas a poner, eso sí es tener un gravísimo problema, yo cuando me pongo depre me da por comer como loca, creo que también es un problema, pero con dieta se soluciona, pero ese problema es peor enojarse y para desquitar comprarse un vestido de 3 mil euros, pss, psicólogo seguro…María José Ayúdala… me agrado… súper cierto.
Saludines y besos…
Estoy emocionada por ver que alguien utilizo la palabra NIÑATA, que emoción, pero esa es otra historia.
Ya me contaras Enma, por qué lo de niñata.
ResponderEliminarBesitos y gracias por entrar