martes, 2 de agosto de 2011

Este jueves un relato: La banalidad del mal







 El mal que nos rodea y nos amenaza.


Desde el funcionario perfeccionista que con su rigidez en los tramites burocráticos impide a un ciudadano que pueda conseguir un objetivo vital; el padre que con sus catálogos de normas basados en códigos ideológicos estrictos empobrece la vida de sus hijos; el marido que antepone dolorosamente las formas al fondo en la vida de la familia, hasta los señores de la muerte de los campos de concentración nazis, todos son productores de mal banal.
En todos ellos, podemos observar que sólo importa el objetivo que se ha de cumplir, el trabajo a realizar, sin valorar si los medios o la forma que se emplea para ello es causante de sufrimiento. Ignoran, porque no perciben, el dolor que causan sus acciones, porque son ciegos a la presencia de la personalidad. “era mi deber, respondía de la misión encomendada, necesario para su educación, cumplía ordenes…”.
¿Qué interpretación tienen estas conductas?
En estos individuos, no existe la percepción del Otro como persona. No se ha internalizado al hijo, al prisionero, a la esposa, o al administrado como seres humanos iguales a el, sino como objetos que transitan en el camino de sus objetivos.
El mal banal no es productor de placer para quien lo produce porque, a diferencia del mal perverso, no se dirige a los afectados con ese fin o como medio de obtenerlo en él, sino que resulta necesario para conseguir unas metas que nada tienen que ver con ello. (1)

Las relaciones entre los hombres deben basarse en la consideración mutua que como personas se tienen los integrantes de dicha relación. Estas relaciones se fundamentan en una comunicación adecuada y sobre todo en el mutuo respeto. Se establecen desde el punto de vista psicológico tras el encuentro entre un Yo y un Tú.

Con el término “vampirismo psicológico o emocional” se hace mención de aquellas relaciones entre personas, en las que uno trata al otro como mero objeto. Es decir, no le adscribe al Tú, la consideración de persona, sino de objeto. Y, ¿qué es un objeto? Objeto es cualquier cosa que es captada por los sentidos, que carece de autonomía y sobre la que puedo ejercer cualquier acción o actividad. Bajo esta consideración, el vampiro emocional se aprovecharía de ese objeto (necesita su sangre fresca), que no persona, para su interés y crecimiento personal.

Es fácil deducir, que no hace falta que estemos en Transilvania para entrar en contacto con alguno de estos vampiros (nos rodean por doquier), que no te chuparán la sangre pero que terminarán apoderándose de tu vida hasta hacértela imposible, al punto de desear la propia muerte.

Modélicos y encantadores en su apariencia, estos individuos pueden llegar a ser peligrosos para el equilibrio emocional de los que les rodean. Son personas que establecen relaciones tóxicas, bajo su control absoluto, y destruyen la autoestima y seguridad de los que se relacionan con ellos.
En realidad estos vampiros son sujetos narcisistas, muy inseguros y envidiosos que ven en los demás aspectos de los que ellos carecen. Su autoestima depende de la minusvaloración de los demás. Quieren tener el funcionamiento de la relación bajo su control absoluto, lo que provoca una enorme inseguridad en quienes le rodean.

Son diferentes de la gente normal, pueden parecer más atractivos, más emocionantes, inteligentes, encantadores, creativos…pero “su necesidad” es superior a cualquier otra y asumen que las reglas no son para aplicarlas a ellos mismos, si no a la gente corriente. Nunca se sienten culpables y cuando se les descubre, se muestran rabiosos y manipuladores, y cambian sus formas. Desempeñan tan bien su papel, que engañan a los demás con bastante frecuencia (A.J. Bernstein (2)).

Normalmente existen dos modelos de vampiros emocionales, los que no se ocultan, y por ello son fáciles de detectar y de alejarse de ellos, y los que se disfrazan bajo “piel de cordero”. Estos son los realmente peligrosos, porque te “hincan el diente en la yugular” con múltiples estrategias de las que ni te das cuenta:
—Suelen hacer uso de bromas y sarcasmos muy ofensivos en muchas ocasiones escondidos bajo un tono de enorme amabilidad y sinceridad, por lo que la persona que los recibe, los vive como algo cariñoso y afectivo
—Suelen ser personas que observan muy meticulosamente el comportamiento de los demás. Hasta tal punto de que se creen en el derecho de opinar y criticar lo que los que a su alrededor hacen.
—Suelen cambiar rápidamente de papel. Estos vampiros tienen una especial habilidad para pasar de verdugo a víctima, con lo que consiguen culpabilizar a la víctima.

Este tipo de personas desean continuamente sentirse aceptados y que todo el mundo esté alrededor suyo. Requieren atención, sentirse importantes. Suelen conseguir agotar a su interlocutor. La psicóloga norteamericana Judith Orloff (3), autora del best seller Energía Positiva, clasificó en cinco tipos a estos vampiros emocionales. El llorón, el culpador profesional, el rey del drama, el conversador constante y el adicto a la yugular.

Son depredadores. Manipulan, utilizan, y abusan psicológicamente de los amigos, parientes, e incluso extraños, controlando situaciones y gente para sus propósitos, estos "chupadores de sangre" ganan fuerza para seguir haciéndolo una y otra vez.

¿En quién se fija el vampiro emocional?
En las personas débiles y vulnerables mentalmente, y las escoge como víctimas. Lo primero que hace es sugestionar al sujeto con impresiones negativas que minan su seguridad. Pero para que esa fuerza exterior sea efectiva, nosotros tenemos que darle permiso para que su negatividad entre en nuestra mente. De esta manera cualquier fisura emocional, es aprovechada por el vampiro para contraatacar porque nosotros mismos le habremos allanado el camino para absorber nuestra energía. Con ello comienza un proceso de destrucción al que contribuye el ladrón de energía y la propia víctima, que inicia un proceso de autodestrucción al dejarse atrapar entre los ambivalentes comentarios del encantador vampiro.

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(1) La banalidad del mal. A. Medina. Blog Lugar de encuentro. El mal desde la banalidad. Junio 2009
(2)Vampiros Emocionales. Bernstein, Albert J.; Editorial: Edaf
(3) Energía Positiva. Orloff Judith.; Editorial: Alama

Reeditado y corregido

19 comentarios:

  1. María Jose !impresionante! TOMO NOTA, GRACIAS.
    Ese catálogo ilustrativo sobre el mal banal es casi un tesina, un rastreo de la personalidad vampírica en sus variantes. Me sirve y me pasmas con tu intenso examen. Me parece que en mi relato, pura ficción que es lo que me gusta, sale algo así, tú me ayudas a ver si acierto.
    Apunto esos libros que mencionas, se nota que tocas el tema.
    Felicitaciones y besitos espumosos con sabor a algas.

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  2. Escribes inquietante, un excelente post, un grato placer leerte.
    que tengas una feliz semana.

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  3. MARÍA JOSE UNA REFLEXIÓN PROFUNDA, QUE HACE PENSAR
    BUEN POST

    SALUDOS

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  4. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

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  5. CARAY!!!!!!!!!!! NI QUE FUERAS MÉDICO PSIQUIATRA!!!!!!!

    Has realizado un paseo por variada tipología de las personas que no miran a sus congéneres como tales.

    Las podemos encontrar por todas partes...por desgracia, incluso a veces, asoma en nosotros mismos.

    Me ha encantado, al iga que Natali, echaré un vistazo a los libros.

    Besitos, princesa.

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  6. La visión de Antonio Medina clara y exacta como siempre. Lo peor no es la existencia de esos vampiros emocionales, que ya es malo, sino el acostumbrarse y aceptar como lógica su existencia a nuestro alrededor. La educación, la formación y la evitación del adoctrinamiento al lider creo que es la única forma de evitarlo.
    Un beso MJ

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  7. Magnifica exposición Mª José, has resfrescado mi memoria, temas que lei hace poco tiempo. Mejor no toparse con alguien tan corrosivo.
    Me quedo con que las relaciones deben basarse en la consideración mutua, en el respeto. Un encuentro entre un tú y un yo.
    Un abrazo.

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  8. Y sí que existen y pululan inclusive por altas esferas.
    Es difícil detectarlos dado su carisma y su buen hacer, pero son monstruos potenciales y una vez caes en su telaraña...

    Besos, Mª Rosa.

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  9. Concuerdo con Natalia en que has armado un catálogo ajustadísimo de la amplia gama de los depredadores malévolos que pasan encima de lo que se les presente con tal de alcanzar sus inmisericorde objetivo.

    Un abrazo.

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  10. Me ha gustado muchísimo este pequeño análisis, Mª José y acercamiento a un tema tan profundo, impresionante y que da para folios y folios como es el mal en sus distintas vertientes.

    Creo, sin embargo, que en el mal, como en muchos aspectos del mundo, existe una gran jerarquía y yo diría que los "vampiros energéticos" o vita lamias y los "funcionarios peleones" se sitúan en la escala de los males más menores comparados con los señores de la muerte o verdugos nazis que están claramente en la cúspide de la pirámide, siendo considerados por algunos autores verdaderas encarnaciones de demonios...

    Puff, como ves el temas da para mucho... Gracias por compartir este pequeño acercamiento...

    Besos estivales...

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  11. Me ha encantado. Me interesó hace unos meses el tema y lo estudié. Ahora tu exposición es mejor y más concentrada y escueta que la que fui localizando. Al final, conclusión, el mal lo provocan personas sin capacidad de empatizar, verdad?
    Me encantó, besos amiga.

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  12. sin dudas deberías leer a stamateas que habla sobre la gente toxica... así se llama el libro gente toxica... y bueno, derivados...me hizo acordar a eso tu relato! muy bueno por cierto! un saludito!

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  13. He conocido algunas personas de este tipo, sobretodo las que siempre se hacen las victimas, que han coincidido con que no callan, y al final te es imposible seguir escuchándolas, porque te absorven de una manera indescriptible.
    Tienes razón, estas personas buscan un objetivo que se ha de cumplir. y no miran a las otras como personas sino como objetos.
    Muy buenas tus reflexiones
    Un beso

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  14. Wowwww, sin palabras me has dejado mi querida amiga, está claro que lo has enfocado desde tu terreno y que te mueves en el como sirena en el agua, jejeje, perfecto, me ha gustado tanto, tanto que me lo llevo con tu permiso, miles de besossssssssssssssssss.

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  15. Cachis, desde este PC no me lo puedo llevar a Facebook, pero me lo llevaré, que tengo un par de amigas y amigos que le va a venir de arte esta lectura, eres una Crak, que lo sepas tocalla, me encanta!!!, más besosssssss

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  16. Didáctico y entretenido. Necesitaré otra lectura para asimilar el contenido. No por abstracto, que es claro y contundente, si no por detallista y documentado.

    El tema... parece que todos estamos de acuerdo, era de esperar. Pero el mundo de las banalidades también es así, variado y explícito, cada uno tiene su razón, su percepción y su valoración de las cosas y como la justicia absoluta también está podrida, seguiremos dándole vueltas a la noria.

    Besos

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  17. Desde hace días estoy enganchada con el tema de los sicópatas. Tu "ensayo" me ilustra en tantos aspectos nuevos que abarcar y analizar que me resulta sumamente interesante y atrapante.
    Agradecida quedo por este aporte tan fundado que hecha luz a mis dudas y abre nuevas preguntas muy buena para seguir investigando.

    un fuerte abrazo, de lo más normalito que se pueda!

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  18. Con retraso voy leyendo "el mal" de cada juevero y compruebo que nadie se libra de haberlo tenido cerca, sufrido, observado,inventado...
    Lo que tu nos has regalado, es para leer como una letania para no olvidarse de ese disfraz tan cotidiano.
    Gracias Maria Jose. Un abrazo

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