viernes, 4 de septiembre de 2009

"¡Este jueves, un relato!"


El demonio de los celos: ¿Reales o imaginarios?

Suena el despertador y me apresuro a apagarlo para no despertarla.
Aún no he abierto los ojos pero, como una ráfaga de intenso viento, un pensamiento atraviesa mi mente, desgarrándome: Estoy seguro de que me es infiel.
Giro la cabeza en la almohada y la contemplo. Parece que duerme relajada, o puede ser que esté haciéndose la dormida para no tener que enfrentarse conmigo. No. Está durmiendo. Lo confirmo. Está dormida. Respira tranquilamente y ni siquiera nota que la observo detenidamente. ¿Con quién estará soñando? ¿Será conmigo?
Es guapísima. ¿Cómo he podido ser tan afortunado? Nunca imaginé que una mujer de esta hechura se fijara en un hombre tan vulgar como yo. La quiero con toda mi alma y la deseo hasta la extenuación.
Me tengo que levantar o llegaré tarde al trabajo, me digo. Me levanto con sigilo y me encamino hacia el cuarto de baño.
-¿Ya te has levantado? -escucho que me pregunta.
-Sí, cariño. No quería despertarte.
-No importa. Hoy tengo muchas cosas que hacer.
-¿Vas a salir?
-Sí.
-¿A dónde?
-¡Vamos! No empecemos. A comprar comida y al centro. Tengo que hacer unos recados.
-¿Qué recados?
-¡Por Dios bendito! No empecemos de nuevo el bonito juego de pregunta respuesta.
-Si te molesta es porque algo ocultas.
-¡Venga! Dejaló, por favor. Sólo voy a comprar una tela para hacer un mantel.
-¿Con quien vas?
-Sola.
-¿De verdad?
-Ni te respondo -dice enfadada.
-¡Respóndeme! -le increpo.
-De verdad. ¿Con quién voy a ir?
-Pues no sé. Tú sabrás.
-Ya no tengo ni amigas -dice con resignación, mientras se levanta de la cama.
-Júrame que no te vas a ver con otro hombre.
-Te lo juro. Sólo te quiero a tí. Lo sabes perfectamente -dice mientras me abraza y me besa.
Me relajo. Me quiere. No me es infiel. Una gran placidez ocupa mi corazón. Mi mente detiene su alocado razonamiento. No tengo de qué preocuparme. A veces creo que soy demasiado duro con ella.
Entro en el baño y me miro al espejo. Debes confiar en ella, me repito varias veces mientras me afeito. Todo va bien. La ducha me reconforta. Soy feliz. Será un buen día.
Abro el armario para coger el traje y escucho un bip-bip que proviene de su bolso. Ha recibido un mensaje. Es su madre, pienso. Cierro la puerta del armario.
¿Su madre? ¿A esta hora? Es extraño.
Tranquilo. No pasa nada. Tengo que confiar.
Compruebo que ella está en la cocina preparando el desayuno y abro la puerta del armario de nuevo. Cojo el teléfono móvil de su bolso. Lo que hago no está bien, lo sé. Lo dejo otra vez en el bolso.
¿Y si el mensaje es de su amante? Eso confirmaría mis sospechas. Tengo que saberlo de una vez por todas. No puedo seguir así. Se va a enterar esta mosquita muerta de quién soy yo.
Cojo de nuevo el móvil. La mano me tiembla y el corazón me palpita aceleradamente. Leo el mensaje...
El resto de locuras aqui: http://odisea27.blogspot.com/

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14 comentarios:

  1. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

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  2. Esta, ha sido, vez primera. Asì que a todos, doy las gracias.
    Gracias.

    ¿Y el mensaje, de quien era?
    Resulta sorprendente, que al final, estaba màs, en la piel y en los motivos de este tìo, que es celoso, que en su mujer, quien con el sueño, parece ser que olvida...

    Relato, sin duda, interesante.
    Si se piensa, en lo que desde los media, se nos dice, sobrecoge.

    Tèsalo

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  3. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

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  4. Gracias a tì, en particular, Marìa Josè.

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  5. Esta clase de locura, tan común, no está catalogada, pero tiene un lento proceso de destrucción. Es dolorosa, callada y altamente contaminante.
    (No es un prospecto, pero hay que hacer caso de las instrucciones antes de digerir las letras)
    Un beso.

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  6. ¡Ostras, cómo enganchais!
    Qué liantes! jejeje
    Me ha encantado ese final.
    Un buen planteamiento, la locura es una línea que está más próxima de lo que pensamos, porque los locos siempre son esos..., los otros.

    Un placer y un abrazo.

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  7. Gracias Rosa y Mimí por vuestra visita. Es cierto lo que decis ambas y en realidad al final no sabia si era lo que escribia tenia que ver con la locura o era algo que entraba dentro de lo "normal"
    Besote

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  8. Es una locura Majo no cabe duda, infernal vivir así pobre mujer, continuamente bajo sospecha.

    Engancha tu relato, besos.

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  9. Vaya, me había perdido tu relato y algún otro.
    Por supuesto que es una forma de locura, aunque lo que no tengo claro es quien lo vive peor, si la parte que la padece o la parte que la sufre
    Magnifico relato
    Un beso de Mar

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  10. JR, Mar lleva razón. El infierno de los celos es para ambos. Al final ambos lokitos como dice Mimí.
    Besos

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  11. Un poco celosos somos todos, todos los condimentos vienen incluídos, pero cuando la cuota "normal" se desborda es, debe ser, es, absolutamente alienante, desequilibrante, de terror, porque se puede ver lo peor y proceder de acuerdo. Como todas las emociones, llega un punto (el de la locura) en que son imposibles de dominar. Cuidemonos, razonemos mientras podamos.
    Siempre tus textos son sumamente atractivos e interesantes.
    un fuerte abrazo María José.

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  12. Yo me he sentido como el chico del relato sólo una vez en mi vida y fue con mi maltratador... pero porque me daba señales y verdades encubiertas en forma de bromas de que me era constantemente infiel... Le cogía el móvil para ver si le pillaba alguna vez (y de hecho le pillé) y siempre le preguntaba una y otra vez...
    Jamás nadie me ha hecho tener tantos celos que me dejaban la cabeza como una olla a presión.
    Ahora estoy comenzando una relación nueva, poco a poco, con un chico estupendo que me ha ayudado más que nadie y me está tratando como a una reina, y no siento nada de celos ni sospechas ni nada. Estoy bien, estoy relajada...

    Aquellos celos obsesivos que sentí fue por el maltrato, ¿verdad? Vamos, que no estoy loca, ¿No María José? Aún tengo algunas dudillas de mi persona (pero pocas ya) gracias a todo aquello.

    Besos.

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  13. Respecto a los celos es difícil dónde situar la línea entre la normalidad y la patología, todo está a nivel de intensidad de sufrimiento propio y de la otra persona. No te preocupes Barbara, estás bien. Pero, ¡cuidate mucho!, por favor.
    besos

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  14. Complicado asunto los celos. Supongo que emergen cuando hay cierta inseguridad y temor a perder algo que se tenía con seguiridad.

    Buen relato para iniciarte en esta convivencia.

    :)

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